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Así asaltaban y violaban en “taxis seguros” en zona de bares de CDMX

Elegían a clientes en notorio estado de ebriedad: los hombres eran golpeados, despojados de sus pertenencias; a mujeres, las llevaban hacia zonas oscuras de Olivar

Escrito en METRÓPOLI el

A las 4 de la mañana, al salir de un bar en la colonia Condesa, en la Ciudad de México, una mujer en compañía de un amigo, abordó un taxi “seguro” tras fracasar en su intento por conseguir un Uber.

En el semáforo de Nuevo León y Benjamín Franklin los abordaron dos sujetos armados. A él lo sometieron a golpes. Luego los obligaron a agacharse, mientras fingían asaltar también al conductor, relató el periodista Héctor de Mauleón en su columna publicada en el periódico El Universal.

El “taxi seguro de sitio” avanzó sobre Benjamín Franklin, Avenida Revolución y Eje 5 Sur. Luego se internó en las callejuelas oscuras de Olivar del Conde, en la Álvaro Obregón, detalló.

“A él lo bajaron del auto después de propinarle una tremenda golpiza. “¿Cómo te quieres morir?”, le preguntaron, mientras le ponían el arma en la cabeza. A ella la condujeron hacia una zona solitaria. Un cuarto agresor se les sumó después: había ido a comprar un paquete de condones”.

La violaron los cuatro. Uno de ellos incluso le dijo: “Ponte feliz, porque no me excitas así triste”.

DENUNCIA Y DETENCIÓN

Días después, la Policía de Investigación identificó cinco eventos ocurridos con el mismo modus operandi.

De Mauleón describió que los taxistas violadores rondaban de madrugada los antros de la Condesa, la Zona Rosa y Polanco. Eligen clientes en notorio estado de ebriedad: los hombres eran golpeados, despojados de sus pertenencias y abandonados en alguna calle de Olivar del Conde. Invariablemente, las mujeres eran violadas por los cuatro miembros del grupo (hombres de entre 23 y 39 años).

Según los policías de investigación, los taxistas llevaban operando largo tiempo. Pero las víctimas “no recordaban bien lo que había ocurrido, no sabían en qué rumbo las habían abandonado o preferían guardar silencio”.

Cuando la mujer, que sí recordó detalles e hizo la denuncia, la Procuraduría tuvo tres datos invaluables: la hora de los hechos, el lugar donde las cosas habían comenzado, y el sitio en el que terminaron. Buscaron un auto que a las 4 de la mañana hubiera ido de la Condesa al Olivar del Conde.

LOS MOVIMIENTOS QUE SIGUIERON PARA ATRAPARLOS

Las cámaras del C-5 comenzaron a seguir los movimientos del Tiida a lo largo de la ciudad. Se advirtió que el conductor trabajaba exclusivamente de madrugada. El vehículo pasó por un arco detector que leyó sus placas. Los policías de investigación analizaron los datos y dieron con el propietario y su domicilio.

La noche de la violación, los taxistas se quedaron con las tarjetas de crédito de sus víctimas. Hicieron retiros de dinero en efectivo sobre Avenida Revolución y una de las cámaras bancarias registró la llegada del auto y el rostro de las personas que hicieron los retiros.

Los cuatro presuntos violadores seriales fueron ubicados. En la confronta fotográfica, sin embargo, las víctimas solo lograron identificar plenamente a dos. Hoy están acusados de abuso sexual, violación, violación agravada, secuestro exprés y robo.

AJ