Sucedió hace catorce años. La Federación Mexicana de Futbol se percató que Tirso Martínez Sánchez, personaje ligado al Cartel de Sinaloa, tenía el control de los equipos Querétaro e Irapuato. En una rápida operación, le ofrecieron 10 millones de dólares por las dos franquicias para sacar al narco de la Primera División y evitar un escándalo mayúsculo.
Esa situación originó el nacimiento del Consejo de Dueños, órgano que hasta la fecha decide todo lo relacionado al futbol mexicano.
Y con el paso del tiempo, la Liga MX se ha convertido en El Club de Tobi.
La imaginación de la norteamericana Marjorie Henderson Buell creó esta palomilla de niños en el Siglo XX, dentro de su historieta La Pequeña Lulú. El comic fue un hitazo en los Estados Unidos y trascendió fronteras por más de cuatro décadas.
Tobi era el líder de los niños que rivalizaban con las niñas y estaban en pleito permanente con Los Chicos del Oeste, otros infantes de su misma calle. Se reunían en una casita de madera construida sobre un árbol. Su principal regla: “No se admiten mujeres”.
Pertenecer al Club de Tobi es sinónimo de privilegio. No es fácil entrar ni pertenece a él… y pasa lo mismo con el Consejo de Dueños de la Liga MX.
Los propietarios del balón investigan con lupa a quien desea ingresar en el negocio que mueve millones de aficionados y también de pesos en México. Esto dio pauta a la multipropiedad. Aparecieron los Grupos Televisa, Salinas, Pachuca y Orlegui, que se reparten el control de varios equipos, a pesar de que FIFA no avala este hecho.
Para ser integrante del club, hay que tener recursos y honorabilidad aunque se les han colado polémicos directivos como Fidel Kuri, presidente del desaparecido Veracruz. Les costó trabajo pero se deshicieron de él y los problemas que provocaba.
El Consejo de Dueños tiene una regla básica: proteger su negocio. Tampoco se tientan el corazón para imponer sus condiciones, dentro o fuera de la cancha.
¿Ejemplos? Cuando el Grupo Pachuca se asoció con Carlos Slim, otros dueños pusieron en grito en el cielo porque vieron amenazado el millonario ingreso que generan los derechos de televisión y la Selección Nacional. Desataron un golpeteo mediático sobre los Tuzos y León. A la larga, se deshizo la sociedad con Slim.
Esta misma semana, el Chicharito Hernández reveló que es mal visto en la Selección Nacional por preguntar a dónde van tantos millones de dólares que genera el Tricolor. Obvio: a los bolsillos de las televisoras y sus dueños.
La nueva idea en el Club de Tobi es desaparecer el descenso por cinco años. Rumores aseguran que Alejandro Irraragori, de Grupo Orlegui, impulsa la iniciativa. ¿Adivine qué? Eso salvaría al Atlas de la quema o pagar 120 millones de pesos, pues ocupa el último lugar en la tabla de porcentajes. Los Rojinegros, claro, son de la organización Orlegui.
La tentación: subir a tres equipos del Ascenso MX que pagarían mucho dinero por su lugar… mismo que se repartiría entre los dueños, saltándose cualquier consideración deportiva.
Evidentemente, entre ellos a veces hay golpes bajos pero, al final, la Liga MX se ha vuelto sociedad de empresarios que manejan a su gusto el lucrativo negocio del futbol.
REMATE
La Pequeña Lulú fue creada en el año 1935 por Marjorie Henderson Buell, Marge, mujer pionera dibujante de comics en Estados Unidos. Ella realizó la historieta hasta el año de 1947 y después supervisó cada publicación de la misma; en la década de los 60’s vendió los derechos de su obra.