El “síndrome de la chica buena” es identificado principalmente en mujeres, pero también puede presentarse en varones. Aunque se habla poco de este síndrome, es más común de lo que parece y puede llegar a afectar la independencia  y autopercepción de las personas que lo padecen, incluso, puede llegar a provocar ansiedad y sentimientos de culpa. 

De acuerdo con Psico.mx, un sitio web sobre información psicológica, el síndrome de la chica buena se presenta en aquellas personas que actúan tratando de adaptarse mejor a las peticiones externas. Tienden a eclipsar sus propios deseos, dando más valor a las necesidades de los demás. 

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Carmen, una jóven de 23 años, asegura que ha vivido con el síndrome de la chica buena durante muchos años, y que fue en terapia donde identificó que no era sana la necesidad de complacer a todos. “Viví en una familia de padres divorciados, mi hermana mayor siempre fue muy desobediente, yo me convertí en la niña buena de la familia, y aunque todos creían que mi vida iba muy bien, en realidad me hacía daño a mi misma”, cuenta en entrevista para La Cadera de Eva. 

La joven cuenta que el motivo por el que comenzó a tener un proceso terapéutico fue distinto, pero en el proceso se dió cuenta de que gran parte de sus problemas estaban relacionados con la dependencia de las opiniones y validaciones externas:

“Con la terapia fue como enfrentarse también a un proceso de autoconocimiento, así fue como entendí que querer darle gusto a todas las personas y sentirme mal poniendo límites o diciendo ‘no’, no era algo normal”, dijo Carmen. “Mi familia me hizo sentir como que yo debía cumplir con todas sus expectativas, y si fallaba me hacían sentir mal y culpable. Ya de grande trasladé esos traumas a toda mi vida y me volví incapaz de poner límites, incluso llegué a hacer cosas que no quería hacer solo por no poder decir que no”, agregó.

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¿Cómo afecta la vida de las mujeres? 

De acuerdo con los expertos, las emociones de quienes experimentan el "síndrome de la chica buena" por lo general son la ansiedad y el sentimiento de culpa. 

Diversas teóricas feministas han señalado que a las mujeres se les enseña a servir a los otros y ponerse siempre en segundo plano. Al adoptar la sumisión como un mandato de género que está presente siempre en su interacción con los otros, las mujeres tienden más a sentir culpa o ansiedad cuando no pueden cumplir con las expectativas de otros. 

Pero ¿cómo se presentan estas emociones en una mujer con el síndrome de la chica buena?

Respecto a la ansiedad, esta emoción que surge cuando la otra persona parece crítica, "malhumorada" o distante. La ansiedad a menudo viene con preguntas como "¿qué hice mal?" La respuesta que sigue es a menudo autoculpable: "tal vez no he tenido suficiente tiempo con ella / ellos"; "tal vez no le di importancia a ...". La ansiedad también está ligada a la frustración, a menudo inconsciente, de actuar en función de otros y no de uno mismo. No es raro que los ataques de pánico sean el resultado de esto.

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“Sentía mucha culpa cuando no podía cumplir con lo que otros me pedían o y a veces eso hacía que me agarraran ‘de su burrito’. Me sentía pésimo cuando decepcionaba a mi mamá, pero lo peor fue cuando esto se cruzó con mis relaciones amorosas porque llegué a presentar ataques de pánico por crisis en una de mis relaciones” cuenta Carmen.

“Mi novio me mintió y me engañó con otra chica, ahí mi autoestima se cayó al piso porque yo, con esta idea de que debo ser siempre buena y satisfacer las expectativas de todos, pensaba que la infidelidad había sido mi culpa. Fue una época horrible para mi, la terapia me ayudó a entender que no había sido mi culpa y que yo no tengo la obligación de cubrir las expectativas de los otros”, agregó.

¿Cómo enfrentar el síndrome de la chica buena?

Sin duda no se trata de una tarea sencilla, tal como el famoso síndrome de la impostora, se trata de actitudes e ideas aprendidas que requieren ser atendidas con cuidado y compasión. Lo ideal es asistir a terapia psicológica para sanar todas las heridas necesarias y poder cultivar la independencia y el amor propio.

 

 

Con información de: Psico.mx

 

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