“Actrices, políticas, artistas, empresarias, referentes sociales … mujeres, todas, bah.. no vamos a levantar la voz? NOS ESTAN MATANDO” , así se expresó la periodista Marcela Ojeda el 11 de mayo del 2015 en un Tweet, en respuesta al feminicidio de Chiara Páez, una joven embarazada con tan solo 14 años, quien fue brutalmente asesinada por su novio y encontrada en un pozo en casa de sus suegros.

Minutos más tarde, su colega periodista Florencia Etcheves, respondió “Se me ocurre mujeres referentes grosas convocando a mega marcha. No sé si sirve, pero visibiliza”.

Y fue así, sin saberlo, el momento en que surge Ni Una Menos, donde un 3 de Junio del 2015 se reunieron decenas de miles de mujeres marchando en 80 ciudades argentinas para exigir el fin de los feminicidios. Ahora, 4 años después, aquello que empezó como una convocatoria se ha convertido en uno de los movimientos políticos más influyentes en la agenda feminista del Siglo XXI a nivel mundial. Un movimiento que surge de la necesidad por defenderse contra la violencia, el acoso, el abuso y la indiferencia de los sistemas de justicia ante estos casos.

Tan solo este fin de semana, Argentina fue azotado con 4 feminicidios que sacudieron al país: Laura Cielo López de 18 años fue descuartizada y arrojada a un río de la provincia de Neuquén. Cecilia Burgadt, enfermera de 42 años, fue asesinada a golpes en Santa Fe por su ex-pareja. Navila Garay, de 15 años, enterrada en la localidad bonaerense de Chascomús. Vanesa Caro, de 38 años, falleció tras haber sido quemada viva por su marido delante de sus hijos. 

Los casos de Navila, Laura, Cecilia y Vanesa horrorizaron a la sociedad entera y nos demuestran que la violencia machista sigue vigente pese a los esfuerzos y movilizaciones creados para erradicarla. Sin embargo, historias como estas no son exclusivas de Argentina.

Feminicidio en América Latina y el Caribe

Según cifras de LatinAmerican Post, se registraron un total de 1757 casos de feminicidio en lo que va del 2019, en países de America Latina y el Caribe: 

  • México: 470 casos
  • Guatemala: 243 casos
  • Honduras: 60 casos
  • El Salvador: 120 casos
  • Nicaragua: 44 casos
  • Costa Rica: 8 casos
  • Panamá: 17 casos
  • Argentina: 33 casos
  • Bolivia: 81 casos
  • Brasil: 126 casos
  • Chile: 44 casos
  • Colombia: 248 casos
  • Ecuador: 82 casos
  • Paraguay: 19 casos
  • Perú: 105 casos
  • Uruguay: 14 casos
  • Venezuela: 14 casos
  • República Dominicana: 29 casos

En América Latina, este tipo de crímenes alcanzan índices sumamente elevados en recurrencia, se presentan de forma sistemática y alcanzan niveles alarmantes de crueldad y sexualización. 

En la mayoría de los casos, los agresores son hombres con los que la víctima tuvo algún tipo de relación afectiva (ya sea pareja o ex pareja) y en muchas más, algunas agresiones ya habían sido denunciadas contra del victimario, sin embargo, el Estado  falló en otorgar protección o intervención alguna.

El despertar de un cambio social

“Aquella primera marcha de Ni Una Menos se convirtió en algo imparable y sin dueños, con ramificaciones en todo el país, en todo el mundo, que despertó un cambio social profundo, que logró sacar la discusión sobre la violencia machista de los ámbitos tradicionales, de las trincheras, para ponerla en la charla cotidiana y en la agenda política”, señala la periodista Mercedes Funes para El Pais.

Mujeres latinoamericanas se han acostumbrado a vivir en constante miedo. La violencia se ha normalizado tanto que ahora es parte de una realidad torcida en la que una mujer debe mantenerse alerta, preparada para defenderse y si es necesario, pelar por su vida. Es por esto que movimientos como Ni Una Menos han cobrado tanta fuerza en tan solo unos años, pues no solo reflejan el deseo de una comunidad, sino una necesidad global por alzar la voz a favor de la equidad de género y la búsqueda de justicia en casos de violencia y feminicidio.

Ahora, cada 3 de Junio, se realizan marchas en diversos países del mundo para visibilizar los feminicidios, la violencia contra las mujeres y las desigualdades de género en todos los ámbitos. Donde se reúnen miles de mujeres para devolverle la voz a incontables víctimas que perdieron la vida a manos de sus agresores anónimos.