En el marco del Día Internacional de la Niña, el Museo de la Mujer de la Ciudad de México abrió un espacio en sus redes sociales para la exposición del tema “Las niñas como sujetas políticas del feminismo”. La Doctora Raquel Ramírez Salgado habló sobre la condición de las niñas en la actualidad y su lugar en el movimiento feminista. 

Pese a las leyes nacionales e internacionales que defienden los derechos de las niñas y los niños, la realidad de la infancia en nuestro país es muy diferente. Las niñas se enfrentan a la explotación laboral, la explotación sexual y a las brechas educativas, sociales y culturales.

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De acuerdo con la ponente, es difícil encontrar información sobre la condición de las niñas, cuestión que refleja su invisibilización dentro de la organización social y el monitoreo de su condición como mujeres menores de edad. “Por lo regular encontramos información que está mezclada con la condición de los niños, y eso, por supuesto, también es preocupante, y también nos indigna la situación de violencia que viven los niños, pero es difícil encontrar indicadores que nos hablen sobre la condición de las niñas”, dijo Raquel Ramírez. 

Las niñas como sujetas políticas

Según la Dra. Ramírez, la categoría “sujeto” y “sujeta” continúa teniendo una importancia y una pertinencia. “Pensemos en lo que significa la palabra ‘sujeta’, significa que estás sujeta, que estás como amarrada a algo y a lo que estamos sujetas las mujeres es a un sistema social estructurado que se llama patriarcado”, dijo la ponente, quien enfatizó que todos los movimientos sociales están conformados por sujetos y sujetas políticas. 

“Cuando hablamos de sujetas políticas es que estamos haciendo una crítica al poder patriarcal [...] Lo que queremos al contemplar a alguien como a una sujeta política es simplemente liberarla de esa sujeción a esa estructura específica”.

Pero, para hablar sobre las niñas como sujetas políticas del feminismo, la Dra. Ramírez enfatizó la importancia de hablar sobre la edad y los puentes etarios entre las diferentes etapas de la vida de las mujeres como la niñez, la adolescencia y la adultez en las sociedades occidentales u occidentalizadas. 

Asimismo, invitó a la audiencia a pensar en las implicaciones de la condición etaria en la vida propia, y puso sobre la mesa de discusión la importancia de pensar en una tríada, una relación entre la niñez, la adultez y la vejez, o en otras palabras, la niña que fuí, la adulta que se es y la vieja que se será.

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De acuerdo con la ponente, hablar de las niñas como sujetas políticas del feminismo no es únicamente hablar sobre quienes, en el presente, son niñas, sino también hablar sobre las condiciones en las que las mujeres adultas del presente vivieron sus infancias. Todo a través de darle la importancia requerida a las genealogías de las mujeres. 

Las genealogías

Las genealogías son más que una simple sistematización; son una forma de encontrar los vínculos y los niveles de influencia que hay en la construcción de algo, en la construcción de un legado. Así, las niñas también forman parte de las genealogías de las mujeres, porque dichas genealogías no sólo se construyen con mujeres adultas.

De acuerdo con la ponente, la forma en la que los mandatos de género se instauran en la subjetividad de las mujeres también se encuentra relacionada con la forma en la que las niñas aprenden su lugar en el mundo desde temprana edad. No por nada la Plataforma de Acción de Beijing habla, en su capítulo “La Niña”, sobre las violencias subjetivas a las que se enfrentan las niñas, al aprender a colocarse ellas mismas en último lugar. 

Captura de pantalla, Plataforma de Acción de Beijing.

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Las violencias que atravesaron las ancestras durante su niñez, las cosas aprendidas de la niñez de nuestras ancestras, van conformando la concepción social del ser mujer en las sociedades patriarcales. 

“Interiorizamos la infravaloración, la vamos naturalizando. No nos sentimos merecedoras”, dijo Raquel Ramírez. “Estoy hablando de una huella, una herida que tenemos las mujeres en nuestra historia, las niñas. Una herida que tenemos en nuestra historia”, enfatizó.

Por ello, tal como lo señala la antropóloga Marcela Lagarde, es fundamental reconocer la marca de género en el autoestima de las mujeres, que se instaura desde muy temprana edad en la subjetividad de las individuas. “La Plataforma de Acción de Beijing nos habla sobre la importancia de hacer un trabajo subjetivo”, enfatizó la Doctora. 

Las niñas feministas

Además, la experta habló sobre los peligros de la mercantilización del movimiento feminista y la relación entre el feminismo y las niñas, que ha sido creada y utilizada por el capitalismo para beneficio de las empresas y corporaciones. 

“Se habla de las niñas feministas, pero yo ya no estoy tan segura de que eso pueda ser posible” dijo la ponente. Según sus palabras, desde el corporativismo se ha colocado a las niñas como carne de cañón y como un nicho de consumo. Se trata de una relación entre las niñas y el feminismo hecha desde el capitalismo, para vender mercancías o servicios que se hacen pasar por feminismo pero que no incitan a la reflexión profunda sobre la condición de las mujeres ni a la conciencia de género.

“El mensaje que se le está lanzando a la niñez es que ellas tienen que cambiar y no el sistema” dijo la ponente. “El camino hacia el feminismo es muy complejo y, además, no es lineal. Se llega al feminismo desde la conciencia”, agregó.

“¿Cuando estamos hablando de las niñas feministas no será que las estamos responsabilizando de algo que nos toca a nosotras? [...] No nos olvidemos de las niñas. Tenemos una deuda con las niñas. Tenemos una deuda con nosotras mismas para aprender a dejar de ponernos en último lugar”, concluyó.