Alba Rodríguez iba a dar sepultura al bebé que había parido unas horas antes en su casa, pero no pudo hacerlo. Mientras se bañaba, la policía toco a su puerta.

“Me leyeron un papel que decía que estaba detenida por el delito de homicidio agravado de mi propio hijo”.

Los dolores comenzaron desde antes, cuando fue por las compras para la cena de navidad, sintió dolores en el vientre y empezó a sangrar. Al llegar a casa, pidió auxilio a sus vecinas. Fue una de ellas quien la denunció, narra al semanario El País.

Cinco meses antes, su hermano mayor la había violado. Era una práctica frecuente desde que tenía siete años, nunca lo denunció, vivía en el municipio de Opico, fuera de la ciudad. Ella consideraba que esos abusos eran normales.

Fue sentenciada a 30 años de cárcel por homicidio agravado, se dijo que ella misma boleó la cabeza de su hijo e intentó asfixiarlo, es normal que no sean condenadas por aborto sino por este otro delito.

Dentro de la cárcel le recomendaron que no dijera que estaba por aborto porque le iban a pegar, sino que dijera que era por droga.

Amalia fue asesorada por la Agrupación Ciudadana para la Despenalización del Aborto, cuando conoció a sus compañeras se dio cuenta que tenían un perfil similar.

“Éramos pobres, sin estudios, sin dinero, sin abogados”. Estas fueron las razones por las que 10 años después fuera liberada.

A NIVEL MUNDIAL

A 45 años de que El País publicara su primer reportaje sobre el aborto en España, mujeres que viajaban a Londres para practicárselo y regresaban en secreto, éste sigue siendo un mito.

El Salvador junto con Nicaragua, República Dominicana o Malta tienen las leyes más duras del mundo, incluso si la vida de la madre está en riesgo.

Cada año tienen lugar, 25 millones de abortos inseguros en el mundo, según cálculos de la Organización Mundial de la Salud, al menos 22 mil mujeres jóvenes mueren por esta practica.

El 97% corresponden al sudeste asiático, Latinoamérica y África donde muchos casos, al margen de las legislaciones, resulta inaccesible para la mayoría.

En los desafíos del aborto, se encuentra China bajo la política de único hijo, vigente desde 1979 hasta 2916, donde el Estado orillaba a las mujeres a abortar contra su voluntad. En el país cada año interrumpen su embarazo 28 mujeres por millar, más del doble que en Estados Unidos o España.

AVANCE MUNDIAL

En los últimos 25 años, 47 países han modificado sus legislaciones para posibilitar un mayor acceso. Algunos lo han hecho despenalizado supuestos casos concretos como la violación y otros plazos que establecen hasta que semana está permitido.

En este caso, Gibraltar fue el último en aceptarlo, Latinoamérica está siendo el foco de grandes avances. La decisión de la Corte en México, libró a Amanda de haber tenido acceso a unas pastillas, después de tomárselas se puso mal, asistió al hospital y ahí la denunciaron.  Sin embargo, como se ha dicho “la despenalización no garantiza un acceso efectivo”, apuntó Estefanny Molina.

En Texas, Estados Unidos hubo un retroceso, desde el 1 de septiembre está prohibido abortar tras las primeras semanas de embarazo en todos sus supuestos, un periodo donde las mujeres ni siquiera saben que lo están.

FALTA DE INFORMACIÓN

En el reportaje de el semanario El País se abordan diversas historias, una de ellas fue la de Antonia quien estaba embarazada de 20 semanas cuando detectaron que su hija venía con agenesia del cuerpo calloso completo, ausencia total de la estructura que conecta los dos hemisferios del cerebro.

A Antonia le explicaron que era mejor hacer una ecografía en la semana 24, pero nunca le dijeron que no era legal el aborto a partir de la semana 22. “Me ocultaron información para quitarme mi derecho a decidir”. A partir de entonces un comité ético valoró el caso.

Cuando ella decidió abortar tuvo que esperar dos semanas a esperar la decisión del comité. Su caso prueba, en opinión de la abogada Estefanny Molina, de la organización Women’s Link “como por causas religiosas” se ha intentado impedir un aborto. Si la ley se hubiese aplicado correctamente, Antonia no habría tenido que recorrer 400 kilómetros hasta clínica en Madrid, ni habría parido embarazada de 28 semanas y sola a su hija muerta, declaro para el País.

En cuanto al duelo de vivir una muerte, Eva Puig, filósofa de 47 años especializada en terapia de duelo se dio cuenta que hace 11 años cuando fue a buscar información para poder acompañar su duelo, se dio cuenta que no había información y  creó Proyecto Kora, especializado en duelos gestacionales, sobre todo en interrupciones voluntarias.

Por otro lado, también existe el fanzine Abortos Felices, de Elisabeth Falomir de 33 años habla sobre la importancia de escuchar las diversas emociones que se enfrentan ante esta práctica, para conocer los diferentes panoramas de las mujeres cuando deciden abortar.

Con información de El País Semanal