Berenice Vallejo, tatuadora y sobreviviente de cáncer de mamá, se enteró 11 años después que era propensa a contraer tres tipos de cáncer y que podían regresar las lesiones en el útero. Tenían que hacerle otra biopsia. Ella estaba inmersa en un círculo de tabaquismo y alcohol. Su padre había fallecido hace dos años y hace uno se había separado de su pareja.

“Mi mamá quería que me fuera a la casa, le dije ‘deja que me lleve la chingada, estoy destruida, no puedo más, necesito que me dejes llorar, me dejen caer profundamente, si yo me levanto de aquí yo creo que anda me va a volver a tirar, fumaba y bebía diario”, revela Berenice en entrevista para La Cadera de Eva.

El cáncer de mama es el que causa más muertes en México, falleciendo una mujer cada 2 horas, de acuerdo con el Instituto Mexicano del seguro Social (IMSS).

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ANTES Y DESPUÉS DE SER DIAGNOSTICADA

Para Berenice Vallejo, socia de Octattoo Studio, fue un antes y después de haber sido diagnosticada con cáncer, a los 30 años. “Cuando me  diagnosticaron había terminado con una pareja de cinco años y no me di cuenta que estaba en un periodo de depresión”, reveló.

La UNAM alertó sobre una tendencia detectada, las mujeres jóvenes están llegando a consulta por esta enfermedad.

En México hay quince defunciones por día de mujeres a partir de 20 años por cáncer de mama, si bien la mayoría de los diagnósticos está en la población de que oscila entre los 50 y más en México, apuntó la Universidad de Guadalajara.

El acompañamiento de las mujeres con cáncer de mama suele ser multidisciplinario. En el caso de Berenice, después de 11 años de haber sido diagnosticada con cáncer, aceptó tratamiento psiquiátrico. Durante la pandemia llegó a tomar hasta 10 horas de terapia con Alejandra Tovar, especialista en crisis vía telefónica.

“Me ofrecen un psiquiatra dentro del instituto, me lo ofrecieron hace muchos años y no lo acepté por prejuicio, sé que fue un gran error, les dije ‘me pongo en sus manos, hagan lo que quieran de mí, les juro que voy a poner de mi parte porque no puedo más’”.

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“Tomaba 10 horas a la semana terapia, después me empezaron a ver bien cómo evolucioné, creyeron que eran los antidepresivos o que empecé a andar con alguien, no puedes estar sola y estar feliz. Entendí que estar en confinamiento era una oportunidad y no un desgaste”, compartió.

PANDEMIA COMO OPORTUNIDAD

La pandemia para Berenice fue una forma de parar el mundo. “Para mí no fue un cambio, a mí me ayudó muchísimo, se paró el mundo, hace 11 años yo quería que se detuviera el mundo conmigo eso nunca sucedió”.

El cáncer de mama representa 37% de los tumores malignos detectados en mujeres. La enfermedad se recrudeció en pandemia. De acuerdo con una encuesta realizada por Avon, 7 de cada 10 mujeres dejaron de hacerse chequeos para prevenir cáncer de mama durante la pandemia.

“Durante 10 años me encerré en mi vida que era trabajar, la escuela y el hospital. Pocas veces asistí al cine y el teatro, a un concierto no pude ir. Viví un síndrome postraumático porque todo se volvió muy familiar, casi no salía, también me descuidé en la alimentación, hábitos, fue una cadena, me llevaron a no poder dormir y tener un estrés excesivo”, compartió Berenice.

Antes de la pandemia Berenice había terminado una relación, para ella fue un momento en el que se pudo conectar consigo misma. 

“Me criticaron mis amigas de que si no podía sola, un año antes de mi ruptura, falleció mi papá, un año antes, 2017 el sismo. Había tenido mucha muerte a mi alrededor, no había hecho un trabajo completo de desprendimiento de apego”, señaló.

La pandemia le ayudó a darse tiempo para ella misma, poder salir a la calle sin el temor de que hubiera gente que podía asaltarla. Fue la pausa que había esperado para poder aceptar su enfermedad y saber que estuvo a punto de morir. Ahora, con una serie de cuidados puede controlar al cáncer y sus emociones.