Main logo

Vivir con autismo en tiempos del covid

La llegada del covid dejó expuestos a los niños con autismo, sin poder salir y replanteándose sus hábitos

Escrito en VERACRUZ el

“Él no sabe qué es guardar distancia, él no entiende que hay un virus, que se puede enfermar, que nos puede contagiar”, dice María Argentina al relatar el problema de autismo que presenta su hijo y el nuevo reto que impuso el covid a este sector poblacional.

Manuel fue diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista (TEA) a la edad de dos años, momento en el que María comenzó la búsqueda de información, pues en aquel entonces el síndrome era desconocido por muchas personas y médicos.

La información era escasa y tuvo que recorrer un largo camino para que su hijo lograra tener una buena condición de vida. Los cuidados y vigilancia debían ser constantes, pero a través de los años Manuel logró adaptarse a una rutina que María ya tenía establecida para la convivencia diaria.

Estos hábitos cambiaron drásticamente con la llegada de la pandemia del covid. El proceso para que Manuel se adaptara a las nuevas normas de sanidad que impuso la emergencia sanitaria no fue nada fácil.

Mientras que para algunos resultó normal ponerse el cubrebocas o tomar la sana distancia, para las personas que sufren esta condición se convirtió en una odisea.

“Él agarra lo que quiere, no sabe que no debe de tallarse los ojos y ha sido un proceso. Ahorita ya se deja el cubrebocas, se pone gel antibacterial cuando le pongo y ya está un poco más consciente porque ve que alrededor todo el mundo trae cubrebocas. Pero sí, su cuidado ha sido más cansado”, contó María.

Cierre de escuelas especiales por pandemia, otro obstáculo

Para tranquilizar la ansiedad que el encierro y sobre todo el cambio de rutina había causado en su hijo, María recurrió a un medicamento extra para controlar las crisis.

Otro de los problemas a los que se enfrentó fue a la suspensión de actividades no esenciales, lo que llegó con el cierre de escuelas especiales.

Esto ocasionó que María dejara su trabajo y se dedicara por completo a la atención de su hijo, pues también la persona que la ayudaba dejó de ir por temor a contraer el virus.

Las terapias que tomaba no las puede realizar mediante clases a distancia, ya que comenta que no todos los casos de personas con autismo son iguales.

Existen niños que sí logran poner atención a las actividades y otros, como Manuel que no son candidatos para la educación a distancia.

Los padres que tienen a niños con autismo tuvieron que convertirse en maestros, terapeutas y adquirir más responsabilidades para sobrellevar el tiempo de encierro, aseguró Monserrat Castillo, presidenta de Verautismo.

“Su vida como tal les ha cambiado muchísimo más a ellos, porque les cuesta más trabajo entender que ya no van a salir, que ya no van a ir a la escuela”, dijo Monserrat Castillo.

Monserrat también es madre de un niño con autismo, por lo cual se encuentra consciente de las complicaciones que el covid trajo para ellos. De los 40 alumnos que la asociación tiene, solo 10 lograron tomar las clases en línea que se les proporciona.

“Es una población vulnerable muy afectada, porque es muy difícil. Habrá la gente que tiene una casa grande y pueda tener a su hijo, pero hay gente que vive en departamentos pequeños y estaban acostumbrados a ir a los CAMS o ir a sus escuelas y todo eso se acabó”, lamentó Monserrat Castillo.

También aseguró que debido a la contingencia algunos padres tuvieron que contratar a personas para que fueran a realizarle sus terapias hasta sus casas, lo que significó un gasto extra, que equivale a 500 pesos por terapia, algo difícil de costear para muchos.

Hacen falta más espacios recreativos para niños con autismos

La llegada de la emergencia sanitaria no desvió a la asociación de las cosas que resultan ser indispensables para esta población, como la creación de más zonas recreativas que sean seguras para los niños con autismo.

A pesar de que en el municipio ya se encuentran varios espacios que son especiales para personas con capacidades diferentes, aún no existe un sitio que sea hecho a beneficio de este grupo.

“Se necesita un lugar cerrado donde uno pueda ir y que su hijo esté haciendo lo que quiera hacer, pero tranquilo sin que tú estés preocupada de que en cualquier momento se cruzó la calle o se salió”, explicó.

La asociación tiene la meta de crear un parque que sea especial para que los niños con autismo y así puedan realizar tiempo de calidad y distraerse al igual que los demás con todas las medidas de seguridad.

Debido a la pandemia este proyecto tuvo que retrasarse, pero esperan que con la llegada de la vacuna y cuando esté controlada la emergencia sanitaria, puedan retomar los planes para la creación de más espacios y áreas para ellos.

ac