TUXTLA GUTIÉRREZ.- Desde hace años, Tapachula se convirtió en una ciudad fronteriza de estadía forzosa para cerca de 50 mil migrantes que esperan continuar su camino, aunque tengan que aguantar la lentitud de un trámite ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) y una valla policiaco-militar que ya no solo se extiende por todo el río Suchiate, sino que comienza desde Guatemala.
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Para Luis García Villagrán, director general del Centro de Dignificación Humana, AC y quien ha sido una voz importante en defensa de los indocumentados, considera que la visita a México de Kamala Harris, vicepresidenta de los Estados Unidos, no busca generar condiciones de paz o estabilidad en el tema migratorio, sino “que viene a reclamar lo que no les ha llegado en dinero producto del crimen organizado”.
Está en este país (México) porque quiere hacer cuentas claras con el gobierno que encabeza el morenista Andrés Manuel López Obrador, afirma; “lo más extraño es que EU supuestamente reconozca una crisis humanitaria que nuestro país no reconoce, en primer lugar”.
Las condiciones para quienes buscan el “sueño americano” siguen siendo iguales o peores. José, originario de Honduras, ya no esperó más un trámite en Chiapas (el INM se lo negó pese a tener documentos suficientes para ello), y con su familia decidió avanzar estado por estado, hasta penetrar la frontera norte.
Para él, estos encuentros entre autoridades de países vecinos son solo una “cortina de humo” para esconder lo que en realidad sucede desde que pisan la frontera sur de México: abusos, violaciones, hostigamiento, persecución del crimen organizado.
BIDEN, UN MURO MÁS COMPLEJO
“Kamala es parte del gobierno de Joe Biden, quien es sin duda más severo que Barack Obama y el mismo Donald Trump”, se sincera quien, desde hace un mes, se instaló en Los Ángeles, California, luego de tres intentos fallidos de cruzar la frontera.
Aunque por el momento ya tiene un empleo y su familia vive en relativa calma, siente que en cualquier momento la situación se complicaría.
Luis García Villagrán coincide con lo expuesto por José, pues advierte que si Barak Obama fue severo en su política migratoria durante su gobierno, pudo ser peor, pero no permitió que “metiera mano” Biden.
Sin embargo, también considera que el Instituto Mexicano de Migración (INM) se ha convertido en un “foco rojo” de corrupción, pues a través de Paola López Rodas se venden las visas humanitarias, las residencias permanentes y las citas.
Para obtener una de estas últimas, revela, un migrante tiene que esperar por lo menos cinco meses, lo que se agiliza si se proporciona, por debajo del agua, entre mil 500, 2 mil o hasta 7 mil dólares por algún tipo de trámite o hasta traslado lejos de Ciudad Hidalgo, Chiapas.
Hay un equipo corrupto del INM que se aprovecha y le vende al crimen organizado a los migrantes que sí llevan dinero, y de esa forma una visa humanitaria o residencia o lo que se requiera
Entonces, reitera, por eso Kamala Harris viajó a México para reclamar el recurso “que se está fugando”, es decir, los miles de millones de pesos que genera el narcotráfico.
Mira cómo está el negocio: tengo el nombre de 15 cubanos que pagaron, cada uno, cerca de 3,500 dólares a funcionarios de Migración para obtener su visa humanitaria, y ese es solo un ejemplo, pero sabemos que no pasará nada, a pesar de que ya pedimos una investigación seria
El negocio es “tan jugoso” que, dice, solo en la frontera norte hay más de 1,800,000 migrantes varados, “eso representa un negocio, y esa es la verdadera intención de Harris, insisto, porque de eso se trata el imperio gringo, de venir por el dinero que se queda en México y Guatemala… hablamos de millones de dólares”.
De acuerdo con la Comar, desde marzo de este año, las solicitudes mensuales rebasan las 9 mil, de forma consecutiva, de las cuales el 80 por ciento ingresan por Chiapas, donde hacen su respectivo trámite.
AGENDA NO SE ABRIÓ PARA ONG
El Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova y Ordóñez (Frayma), con sede en Tapachula, manifestó su desconcierto por la visita de la funcionaria estadunidense, debido a que su agenda no se abrió para atender y conocer las perspectivas de otras organizaciones y actores no gubernamentales que trabajan en la ayuda humanitaria y defensa de los derechos de los migrantes.
En entrevista vía telefónica, Yuridia Salvador, coordinadora de Cambio Estructural del Frayma, externó que, con base en la firma de un memorándum de entendimiento en materia de cooperación internacional para el desarrollo, “eso nos sugiere que de nueva cuenta la migración y el refugio son abordados desde una lógica económica, con grandes inversiones para el sur del país”.
Es decir, comentó que con ello se busca echar andar acciones que mitiguen la migración y el desplazamiento de personas con necesidad de protección internacional, lo que invisibilizará aún más las verdaderas causas de esta materia como: la pobreza, violencia, corrupción, desastres naturales, entre otras.
Insiste en que, en este acuerdo entre Kamala Harris y AMLO, se prioriza otra vez la militarización de las fronteras por encima de la seguridad humana.
De alguna forma, comenta que hay una presión política constante de los EU para contener los flujos de personas migrantes y refugiadas en esta región, la cual no es ajena al gobierno de Joe Biden, “el avalar la militarización de los territorios es grave no solo para los migrantes, sino para todos los que habitamos en el país, porque sabemos de los abusos que se cometen”.
En este sentido, el Frayba refiere que el 50% de los elementos que se utilizan para la contención migratoria son policías militares de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena); el 10% de la Marina y alrededor de 17% son nuevos reclutas que también fueron capacitados en bases militares.
Lo que se ha “alimentado”, dice Yuridia Salvador, es una lógica de que las personas migrantes y refugiadas son el enemigo, lo que también impacta en las comunidades de acogida, donde aumenta el racismo, la xenofobia, la discriminación, lo que las pone en mayor condición de riesgo y vulnerabilidad.
De hecho, Luis Rey Villagrán advierte que el dejar varados a miles de migrantes en Chiapas, sobre todo en Tapachula, ha permitido que éstos vivan en condiciones deplorables, “que deambulen en las calles, que duerman a las afueras de la Comar; o ver a los haitianos que no tienen dinero y tienen que vender rábanos afuera del mercado, y eso es el problema”.
El activista está convencido de que México es un territorio manchado por la corrupción, y prueba de ello es que una gran cantidad de candidaturas fueron subsidiadas por el narco. “Habríamos de preguntar mejor: ¿cuántas no fueron apoyadas por el narco? Y en Chiapas sucede lo mismo, pero con el dinero que los migrantes pagan por uno o más trámites”.
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