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Verónica sufrió discriminación y desempleo por estudiar enfermería en pandemia

Al inicio de la pandemia, fue una de las enfermeras y personal médicos que recibieron agresiones por la idea que ellos "traían el virus"

Escrito en VERACRUZ el

Verónica tuvo que pagar un taxi para regresar a su casa en la zona sur del puerto de Veracruz, después de ser agredida físicamente por una mujer al salir de su servicio social como enfermera.  

A más de un año del ataque, le es difícil recordar el incidente, pues asegura no esperaba que su vida cambiara drásticamente, después del inicio de la pandemia de covid-19.

Apenas salió de sus prácticas en el Centro Médico La Boticaria, en el Ejido Primero de Mayo en la ciudad de Veracruz, los ataques comenzaron.


Una mujer, aparentemente molesta y con una cubeta llena de agua con cloro, la abordó para cuestionarle el porqué de su uniforme blanco, ya que pensó trabajaba en el Hospital Regional y podía contagiarla del corovirus, hasta ese momento desconocido.  

A pesar de la negativa de Verónica y mientras intentaba alejarse, la mujer logró aventarle todo el contenido del recipiente encima.  

“Me gritaba, ustedes traen el bicho llévense su bicho para otro lado”, explicó afligida.

Tras el ataque se vio obligada a pagar un taxi, aun cuando tenía el dinero contado para la semana, pues aseguró ningún chofer del transporte público le permitió subir a las unidades, por ir mojada y asegurarle tenía coronavirus.

Además, sin previo aviso la estudiante de la Facultad de Enfermería de la Universidad Veracruzana (UV), de 22 años, fue despedida de su empleo como cuidadora de una persona de la tercera edad con cáncer terminal, el pasado 20 de marzo del 2020.

“Tu agencia llamó para decir que ya no ibas a trabajar y además vas al hospital donde hay coronavirus”, le dijeron.

Al no formar parte de una agencia establecida y solamente ser contratada por días, no pudo hacer nada al respecto. Sin embargo, recordó que al llegar como de costumbre a su trabajo otra persona ocupaba su lugar.

Obligada a moverse de ciudad

Actualmente, realiza sus prácticas en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Orizaba. Antes de estar en el IMSS fue obligada por los directivos de su facultad a firmar los papeles del servicio social en el Hospital Regional de Orizaba, puesto que le mencionaron que de no hacerlo se le negaría el título.

Para ir al Hospital Regional despertaba con miedo todos los días a las 4:30 de la mañana, sin la posibilidad de buscar un trabajo por los horarios del hospital que no le daba ningún incentivo económico.

“Me hicieron comprar una careta, porque no nos quisieron dar de los insumos que tenían guardados en las bodegas”, agregó.

Después de soportar extensas jornadas en el hospital tuvo una crisis de ansiedad y depresión que la obligó a permanecer internada por algunas semanas.

Aun así, reconoce que su labor es importante en tiempos de crisis.

Nueva forma de Cuidado

Por otro lado, Rosario, de 25 años, madre de familia y enfermera, quien fue contratada por una familia de Villa Juanita, Veracruz, para cuidar a un enfermo de covid-19, reconoció que los posibles casos de SARS-COV2 en el lugar, deciden asistir a médicos particulares por supuestas vacunas que les ponen sin permiso al llegar a los hospitales públicos.  

Al igual que Verónica, no forma parte de una Agencia de Cuidado, pero ofrece los mismos servicios de forma particular, por lo que nadie le proporciona los insumos necesarios para ejercer su labor.

No obstante, reconoce que su trabajo no aumentó ni disminuyó y, de perderlo, conseguiría otro con rapidez, pues en Hospitales Públicos están contratando.

Este tipo de agencias de cuidado, brindan personal capacitado en la atención contra el cáncer al público en general, de modo que necesitan tener licencia o acreditación para llevar a cabo su trabajo, de acuerdo con la American Cancer Society.

Sin embargo, Verónica no formaba parte de una agencia con licencia ya que se trataba de un proyecto escolar que buscaba posicionar a egresados y futuros egresados de enfermería en el campo laboral; por esta razón no contaba con los beneficios que una empresa formal ofrece.

Ante esta situación, Martin Flores Escandón, asesor jurídico en materia laboral y seguridad social indicó que todo tipo de agencia que ofrezca servicios de subcontratación como este tipo de agencias, no cuentan con una regulación especial en la Ley Federal del Trabajo, por lo que evitan cualquier tipo de problemas con las Juntas Locales de Conciliación y Arbitraje.

“Tenemos mucho cuidado, porque son empresas rápidas que se deslindan y desaparecen”, afirmó.

Flores Escandón, añadió que, a partir de la pandemia algunas organizaciones recortaron la jornada laboral sin previo aviso, lo que obligó a toda la planilla de trabajadores a trabajar diario por un sueldo menor.

Estadísticas durante la pandemia

Verónica se convirtió en una estadística más en las encuestas de ocupación laboral, donde tan solo en el primer trimestre del 2020, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI, Veracruz constituía el cuarto mercado de trabajo más grande en el país.

De los más de 8 millones de habitantes en el estado, registró 3 millones 430 mil 708 personas económicamente activas (PEA), del mismo modo 95 mil 280 personas no económicamente activas (PNEA) después de Jalisco, Ciudad de México y Estado de México, que presentaron 3.8, 4.2 y 7.7 millones de individuos respectivamente.

A pesar de que las afectadas no forman parte de una Agencia de Cuidado, en el puerto de Veracruz existen al menos cinco empresas dedicadas a ofrecer servicios de cuidado a domicilio, y más de 158 cuidadores de enfermos, conforme a datos publicados por Nidmi plataforma de selección de personal especializada.

Verónica y Rosario, como otros especialistas de la enfermería que ofrecen servicios de cuidado particular, se enfrenten día con día a una rutina exhaustiva para cuidar al paciente, a su familia, y a su propia integridad mediante el cuidado continuo dentro y fuera de sus espacios de trabajo.

Por otro lado, Verónica mencionó que la ignorancia no radica sólo en los empleadores, añadió que el desinterés por parte del personal de salud pone en riesgo a la población desinformada que no conoce cómo protegerse durante la pandemia.

“Perdí mi trabajo, cuidando gente enferma, por la SARS-COV2 que enferma gente”, concluyó.