De acuerdo con los resultados de una investigación realizada por la organización Data Cívica, Veracruz es uno de los estados más homofóbicos del país.
Los datos arrojados por la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2017, colocan al estado de Veracruz en los primeros lugares en intolerancia y poca aceptación a las personas de la comunidad LGBTTTIQA.
Asimismo, los datos reflejan la poca aceptación en los matrimonios de personas del mismo sexo.
Solamente 43 por ciento de los encuestados de Veracruz estarían de acuerdo con que un hijo o hija se case con una persona de su mismo sexo, mientras que 56 por ciento se opondría a esta decisión.
En este rubro de la encuesta, Veracruz figura en el quinto lugar de todo el país, detrás de Oaxaca, Guerrero, Tabasco y Chiapas (el estado con los peores resultados de la encuesta).
No solo eso, 59 por ciento de los encuestados no justifica para nada que dos personas del mismo sexo vivan juntas como pareja.
Solamente 6 por ciento acepta por completo que personas LGBTQ compartan un hogar.
El miedo, odio e intolerancia son producto de la ignorancia y el desconocimiento, y los resultados lo muestran claramente.
Esto se puede ver con los resultados del nivel de estudios de las personas encuestadas, en los cuales, a nivel nacional, entre mayor es el grado de estudios, mayor es el porcentaje de personas de acuerdo con la unión con persona del mismo sexo.
Otro dato relevante es que 65 por ciento de las personas sin algún grado de estudios rechaza que un hijo se case en una relación homosexual.
Se rompe el mito
Se tiene la idea que, dentro de la cultura de Veracruz, existe gran inclusión y tolerancia a los y las miembros de la comunidad LGBTTTIQA, debido a tradiciones y festividades como el Encierro de Burros en Alvarado, o la visibilidad que se le da a la comunidad en los diversos Carnavales de la entidad.
Sin embargo, la encuesta de Data Cívica muestra algo contrario. Los veracruzanos aún mantienen desconfianza y miedo a las personas de sexualidad diversa.
Veracruz es un estado donde los grupos conservadores y la iglesia católica mantienen una dura campaña en contra del matrimonio igualitario, la despenalización del aborto y lo que llaman “imposición de la ideología de género”, mientras replican las ideas del Frente Nacional por la Familia.
Prueba de ello, recientemente fue pintado de forma simbólica el cruce peatonal con los colores de la bandera LGBTQ, sin embargo, cuatro días después fue devuelto a su habitual color amarillo a pesar de que el alcalde Fernando Yunes dijo que se mantendría el arcoíris durante todo el mes.
De acuerdo con Guillermo Izacur, presidente del colectivo “Jarochos LGBT”, muchos de sus miembros decidieron no acudir a la ceremonia donde se pintó de colores el paso peatonal, debido a amenazas recibidas a través de sus redes sociales. En Veracruz la intolerancia no solo se refleja en datos.