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Tianguis de los Lavaderos, un segundo ingreso para Pablo en pandemia

La pandemia de la Covid también afectó a vendedores del tianguis de los Lavaderos, a inicios de la contingencia sanitaria estuvo cerrado por seis meses

Escrito en VERACRUZ el

Los sábados y domingos la avenida Veracruz en la zona norte de la ciudad, se llena de puestos ambulantes de comida, ropa, herramientas, juguetes y cualquier otra “chachara” nueva o de uso que se pueda vender.

El tianguis de los Lavaderos es uno de los principales puntos de ventas de cientos de jarochos, que encuentran en este lugar una segunda fuente de empleo.

Este es el caso de Pablo quien desde hace 16 años sale los fines de semana de su casa en la colonia Rosa Borunda para montar su pequeño puesto de herramientas, bocinas, ropa e infinidad de objetos que algunas personas le venden o regalan y que revende a un bajo costo.

Todo comenzó como una forma de completar sus gastos, Pablo llegaba en las tardes al tianguis, después de salir de trabajar.

Ahora que ya está jubilado se adentró más a este negocio, pues afirma que con lo que le dan de su pensión no le era suficiente para comprar todo lo que necesitaba.

“Tiene uno que salir a buscar para poder sobrevivir”, dice.

COVID SUSPENDIÓ VENTAS EN EL TIANGUIS POR SEIS MESES

La pandemia de la Covid también afectó a este sector de la población, pues a inicios de la contingencia sanitaria el tianguis de los Lavaderos estuvo cerrado por seis meses, los únicos que permanecieron en el lugar fueron los vendedores de frutas y comida.

Pero los puestos de ropa y otros productos no esenciales, tuvieron que mantenerse en confinamiento, hasta el momento el regreso de los visitantes ha sido paulatinamente, afirma Pablo.

 

Esto dañó la economía de los vendedores quienes ocupan hasta los fines de semana para trabajar y llevar dinero extra a sus casas.

“Ha estado malísimo, para empezar, no hay ni gente, si vienen nomás preguntan, pero ha estado mal, antes de la pandemia pos había bastante gente y se vendía más”, contó.

Durante los meses que estuvo clausurado el lugar, Pablo hizo de todo, fue limpiador de terrenos y ayudó a albañiles en una construcción, esto con tal de conseguir más dinero, afirma que por su edad no es tan fácil que le den trabajo.

En el mes de noviembre fue que regresó de nueva cuenta, pero los ingresos no son los mismos, aunado a eso muchos clientes llegan a regatear aún más los precios que de por si son bajos, pero afirma Pablo que es mejor llevarse a la casa, aunque se 10 o 15 pesitos más que llegar sin nada.

“Las bocinas que yo les pido 80 pesos me vienen dando 40 o 50 tienes que rematarlas porque no hay dinero y si va cayendo no hay otra más que agarra los que te ofrecen”.

A PESAR DE TENER PENSIÓN ADULTOS MAYORES BUSCAN SEGUNDO EMPLEO PARA COMPLEMENTAR GASTOS

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), una tercera parte de la población adulta mayor del país trabaja para el mercado laboral con marcadas diferencias entre mujeres y hombres, 19.4 por ciento de ellas y 50.8 de ellos.

Un estudio realizado por el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) señala que 23 por ciento de los adultos mayores de 68 años siguen trabajando a pesar de estar en edad de retiro y de ellos, 43 por ciento lo hace en actividades con alto riesgo de desempleo.

El documento "Adultos mayores y COVID-19: Vulnerabilidad económica ante la crisis sanitaria", señala que la pensión que reciben adultos mayores no les alcanza para cubrir sus necesidades básicas.

Por lo que se ven obligados a adquirir una segunda fuente de empleo, como Pablo. El monto de la pensión es de 1,310 pesos mensuales y se entrega de forma bimestral mediante una transferencia de 2,620 pesos.

La cantidad no es suficiente para cubrir la canasta básica de alimentos que los adultos mayores requieren, al igual que los medicamentos y otros gastos que pudieran necesitar.

Son las personas que viven en las grandes ciudades las más afectadas, con esa cantidad se cubre la línea de bienestar mínima rural y 80 por ciento de la línea de bienestar mínima urbana.

Es por esto que adultos mayores como Pablo buscan una segunda fuente de ingresos, muchos de ellos se encuentran en el tianguis de los Lavaderos, pues les es muy difícil encontrar otro trabajo por su edad.

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