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Tarjetas desinfectantes y otros producos anticovid que no funcionan

Estafadores en redes sociales venden productos y remedios que, además de no curar la covid-19, ponen en riesgo la vida de quienes los consumen

Escrito en VERACRUZ el

A más de un año del inicio de la pandemia de covid-19, los brotes del virus han comenzado a disminuir en los lugares donde la vacunación avanza de forma considerable, sin embargo, antes de existir vacunas contra el virus, se difundió una diversidad de supuestas curas, que resultaron ser falsas.

Entre estas, algunas eran simplemente inefectivas y se vendían con el propósito de estafar, sin embargo, algunas de estas “medicinas” resultaron ser peligrosas y dañinas para las personas que caían en estos engaños y las consumían.

La Silla Rota Veracruz hace un recuento de estas falsas curas y remedios, que por meses fueron promocionadas por charlatanes de internet.

Dióxido de cloro

Esta falsa medicina se vendió como pan caliente en internet y redes sociales, además que se llegó a promocionar en la televisión abierta, sin embargo, este compuesto está más cercano a ser un poderoso desinfectante más que un medicamento, debido a sus componentes.

El dióxido de cloro, también conocido comercialmente como clorito de sodio y MMS, es un compuesto hecho con hipoclorito de sodio y ácido clorhídrico, sustancias que en el mundo común son conocidas como blanqueador de ropa y ácido muriático.

Esta mezcla, supuestamente descubierta por el economista alemán Andreas Kalckler, quien se autodenominaba como doctor, era vendida como un remedio mágico para tratar la covid, ya que según desactivaba el virus por medio de procesos casi místicos.

Sin embargo, este compuesto venenoso causó más daño que beneficio: en Estados Unidos, durante junio de 2020 se registraron al menos 100 intoxicaciones y una muerte en el estado de Arizona.

En México, además de pacientes covid, hospitales atendieron a varias personas con síntomas como vómito, dolores de estómago y daño renal a causa del consumo de la mezcla de cloro con ácido muriático.

Gárgaras de bicarbonato

En los primeros meses de la pandemia se rumoró de todo, sin embargo, un remedio casero que se difundió hasta en portales de noticias fueron los lavados o gárgaras con bicarbonato de sodio.

De acuerdo con la falsa información, para matar el virus las personas debían hacer gárgaras con una solución de agua y el bicarbonato, con lo que supuestamente se “moría” el virus alojado en la garganta.

Este falso remedio se recomendaba realizarlo después de salir a la calle o a algún lugar con más personas, para eliminar cualquier rastro de virus que hubiera traspasado el cubrebocas.

Sin embargo, este remedio en realidad no tenía efecto contra la infección, ya que al respirar, el virus se aloja además de la garganta, en la tráquea, los pulmones y la nariz, donde no llega el lavado; además que es imposible saber si una personas se expuso al virus a menos que presente síntomas o se haga una prueba PCR.

Agua caliente o vapor

Como remedio de abuelas, algunas personas recomendaban que las personas con cualquier malestar de garganta, uno de los múltiples síntomas de covid, tomaran agua o bebidas muy calientes, para “quemar” el virus en la garganta.

Sin embargo, esta técnica además de peligrosa era inefectiva, ya que de igual forma que con las gárgaras de bicarbonato, el virus no se aloja únicamente en la garganta ni en el tracto digestivo, sino en todo el aparato respiratorio, en donde esta técnica no llega.

Por otro lado, el consumo de bebidas o comidas hirviendo o muy calientes puede ocasionar quemaduras severas en el tracto digestivo, lo que pondría en juego la vida de quien intenta curarse o prevenirse del virus SARS CoV-2.

Medicamentos

Asimismo, varios medicamente fueron promovidos por personajes fuera de la comunidad médica, como posible curas para la covid-19, sin embargo, las autoridades médicas se perfilaron en contra de dichos tratamientos, ya que podrían derivar en complicaciones de salud.

Entre las medicinas que fueron desmentidas como auxiliares en la cura de la enfermedad fueron la ivermectina, hidroxicloroquina, dexametazona; además, se especuló que el consumo de vitamina C ayudaba contra el virus.

Además de estas falsas medicinas, otros mitos de artefactos que supuestamente combatían el virus también fueron desmentidos.

Tarjetas desinfectantes

Junto con el dióxido de cloro, en redes sociales y páginas de internet se venden unos aditamentos llamados “tarjetas desinfectantes” o bloqueadoras de virus.

La “tecnologías” detrás de estos artefactos es simple: un recuadro de plástico imbuido con las propiedades casi místicas del dióxido de cloro, y que al usarlas colgadas en el cuello, producían un campo desinfectante alrededor de las personas.

De acuerdo con la publicidad, este campo protector mataría todas las bacterias, virus y microorganismos que se encuentren flotando alrededor de la persona, por lo que el nuevo coronavirus no llegaría incluso a llegar a la nariz y boca del usuario.

Nada de esto es real, ya que no existe tal efecto por parte de los compuestos del que se hace el dióxido de cloro, además que en caso de existir una sustancia capaz de desinfectar con tal capacidad del aire, sería extremadamente tóxico para las personas.

Aún así, en lugares abierto todavía es posible ver grupos de personas sin cubrebocas, pero con estas tarjetas mágicas anticovid colgadas al cuello, lo que en realidad los expone a un contagio más severo en lugar de protegerlos, al no usar protección facial.

“Cubrebocas” que no cubren

En el mismo ángulo, algunos grupos anticientíficos argumentaban que el uso de cubrebocas quirúrgicos o de grado médico infeccioso como los N95, producían la pérdida de oxigenación y causaban problemas.

Debido a esto, un sector de la sociedad optó por el uso de “cubrebocas” plásticos que cubren total o parcialmente la cara, pero sin filtrar el aire.

Estudios hechos sobre la suspensión del virus en el ambiente revelaron que las partículas con carga viral podrían flotar por varios minutos en un área no ventilada, y las caretas y cubrebocas plásticos no evitaban que se absorbieran por medio de la respiración.

Incluso, en las calles y espacios abiertos se pueden observar personas que en lugar de cubrebocas utilizan barreras faciales plásticas, las cuales no sellan ni filtran el aire, pero que se utilizan en la industria de alimentos para evitar que gotas grandes de salivan caigan al hablar.

Casetas desinfectantes

Un artefacto de “alta tecnología” que no sirve de mucho son las casetas o arcos sanitizantes, los cuales rocían a la persona que pasa debajo con una nube de químico desinfectante, el cual supuestamente elimina el virus que covid-19 que la persona podría tener en la ropa.

Sin embargo, las autoridades médicas determinaron que la transmisión de covid-19 se lleva a cabo de forma aeróbica, al momento de respirar partículas con virus, por lo que desinfectar la ropa no es un método contra la propagación.

Incluso, estas cabinas han sido criticadas porque en caso de entrar a ellas una persona contagiadas que esparce el virus al respirar, las gotas con SARS CoV-2 se quedan dentro de la cabina y las siguientes personas pueden contagiarse.