Main logo

“Supuran” irregularidades en Fiscalía de la Mujer de Chiapas

Pareja denuncia omisiones, abusos y burocratización de trámites, mientras victimarios siguen en libertad

Escrito en ESTADOS el

TUXTLA GUTIÉRREZ.- José Luis Ochoa y Marina Fernández Urbina son esposos desde hace algunos años, pero por desgracia se enfrentan a una situación en común: en la Fiscalía de la Mujer de Chiapas han sufrido una serie de violaciones a sus derechos humanos, incluso por parte de la misma encargada de esa dependencia, Xóchitl Fabiola Villatoro Solórzano.

También lee: Turba quema vivos a dos presuntos asesinos en Ocosingo, Chiapas

A la mujer, de profesión médica, se le ha negado abrir la carpeta de investigación luego de que ella y su mamá interpusieran una denuncia por el maltrato físico y sicológico que ha sufrido su hermana durante al menos 16 años, a manos de su pareja.

Incluso ella misma ha recibido amenazas de muerte por parte de su cuñado, algunas frente a otras personas, mientras que la justicia es cada vez más burocrática, con muchas “trabas”, pese a ser también una mujer violentada.

Parada casi en la entrada de esa dependencia en esta ciudad capital, explica que en una ocasión una sicóloga de esa instancia, cuyo nombre no recordó, le rompió unos documentos oficiales en su rostro, con el argumento de que su denuncia no prosperaría.

Minutos antes de esa acción, la misma trabajadora intentó manipular la información, pues le decía a Marina que tenía que decir que sentía miedo y que no podía dormir en las noches, entre otros argumentos falsos, a lo que la denunciante no accedió.

Pese a que no solo la vida de su hermana está en riesgo sino el de ella misma, su madre y una hermana con síndrome de Down, lamentó que les hayan retirado las medidas cautelares, debido a que el caso estaba a punto de cerrarse.

Nunca me mandaron a llamar, no hicieron nada, ni siquiera me han dado el número de carpeta de investigación, es decir pedí el de 2017 y el de este año, pero me los negaron, y que ni una copia simple me otorgarían

Tanto daño le han causado a su hija que, por desgracia, las pruebas siquiátricas advierten que ella no está en condiciones para decidir si ella quiere estar con su pareja o no, lo que la deja más vulnerable.

Lo peor de todo, insiste, es que en la misma dependencia les aseveraron que si su hermana quiere ser golpeada, “‘que sea’, y ahora me dicen que el casos e cerrará, eso no es justo, y ayer venimos y nos dijeron que nada, que no es cierto, y para colmo, tiene un año que no veo a mi hermana, la di por perdida, por muerta”.

Ha visto las huellas de la violencia en su ser amado: un día, recuerda, la vio en el techo de su casa, donde temblaba de frío, y presentaba marcas de golpes producidas con un cinturón. Prácticamente pasó toda la noche así, y la autoridad tampoco hizo nada.

EN 2018 FUE SECUESTRADO, PERO LUEGO LO ACUSARON DE VIOLENCIA FAMILIAR

A esta denuncia pública acudirían otras dos personas, con diferentes casos, pero según José, casi a última hora se negaron por temor a represalias, es decir a que a sus expedientes les den el famoso “carpetazo” o sean manipulados.

No obstante, él sí habló, pues apenas el año pasado fue acusado de violencia familiar, delito que —advierte— ya se comprobó que no tuvo responsabilidad alguna.

De acuerdo con su versión, desde un principio le violaron sus derechos, pues lo llevaron a un juicio cuando ni siquiera hubo una pesquisa del caso, “y un año después de iniciado ese expediente, a petición y presión mía, lo hicieron”.

Lo que sí le queda claro, agrega, es que ha habido irregularidades palpables en su proceso, debido a que en esa fiscalía le han desaparecido pruebas que presentó para comprobar su presunta inocencia.

Ante lo que llamó un acto de desesperación, acudió hoy a la misma instancia pero para alzar la voz, pues teme que de ser víctima de secuestro, tortura y otros delitos en el año 2018, ahora se convierta en imputado de un ilícito que no cometió.

UNO DE SUS “VERDUGOS” SIGUE ACTIVO

El también empresario se tomó el tiempo para, con su dedo índice derecho, señalar hacia la entrada de la Fiscalía de la Mujer donde, sin tapujos, estaba uno de los cuatro policías que hace dos años lo sometieron a tratos inhumanos. “Están activos, ¡eso es increíble!”, asevera quien, sin duda, posee videos y más pruebas que lo eximen de cualquier responsabilidad.

Aunque carece de pruebas, considera que quizá la acusación en su contra del año pasado esté planeada, debido a que desde el 2018 hay un proceso legal en contra de esos uniformados que lo violentaron, “tengo miedo, sí, porque puedo ser encarcelado, me pueden matar, o le pueden hacer algo a mi familia, porque sabemos que si te quieren desaparecer, lo hacen fácil”.

Además, confiesa que, en su búsqueda, detectó que uno de ellos tiene antecedentes de robo a casa habitación, e incluso fue enjuiciado por ese delito. También continúa activo como comandante.

Apenas ayer martes, solicitó ante la juez de la Mesa 7 de la misma Fiscalía de la Mujer, un expediente de 23 fojas donde está demostrada su inocencia, pero cuando se vio de frente con la fiscal, ésta le advirtió que no podía determinar el ejercicio no penal, para lo cual se amparó en el código de la materia, lo que para él también es violatorio.

Tanto José como Marina ya acudieron ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), pero insistirán ante otros medios para que se les haga justicia, cueste lo que les cueste. “Por mi parte, daré mi voto de confianza al recién nombrado fiscal de Justicia de Chiapas, Olaf Gómez, y confiaré en que será justo”, resaltó el empresario.