Main logo

Sin vivienda digna, Carmen y sus hijas enfrentan la pandemia

En pandemia Carmen y su familia se enfrentan a la pobreza y a la falta de una vivienda digna

Escrito en VERACRUZ el

Las huellas que dejó la máquina de excavar es lo único que quedó plasmado en la zona que comprende la Laguna Olmeca en el municipio de Veracruz, eso y varios utensilios, láminas oxidadas, maderas y cascajos de lo que alguna vez fueron unas chozas donde al menos 14 familias estaban asentadas irregularmente.

En el lugar yacen esperando tres de esas personas que recogen lo que quedó después del 15 de enero, cuando personal de la Policía Estatal y la Procuraduría del Medio Ambiente (PMA) arribó a la zona con maquinaria pesada para derribar las casas.

Las vibraciones que se sienten en el suelo cada vez que algún carro pasa cerca del lugar hacen honor al nombre que tiene: Tembladeras-Laguna Olmeca, un Área Natural Protegida en la categoría Reserva Ecológica.

Tembladeras abarca 346 hectáreas y cuenta con una vegetación de selva baja, selva inundable, popal y tular.

El humedal es un área de recarga del manto freático, con capacidad para mitigar las inundaciones y en cierta manera contribuir a la degradación de la contaminación del agua. Además, el sitio constituye un vaso regulador hídrico que mantiene un equilibrio entre el área superficial y subterráneas.

Pese a eso, en los alrededores se logran ver edificaciones que se asentaron desde hace varios años, que le robaron terreno a la laguna. En una de esas casas que fueron derribadas por la PMA vivían Carmen, su esposo y sus hijas.

Hace cuatro meses que se habían establecido en aquel lugar junto con otras 13 familias que, al igual que Carmen, carecen de una vivienda digna, por lo que creyeron que esa zona sería un buen sitio para establecerse, pues muchas personas ya lo habían hecho antes.

Carmen dice que quienes la acompañaron en la invasión del predio son personas de escasos recursos, que vienen de otros municipios del estado a buscar un empleo en el puerto; otros más se quedaron desempleados a causa de la pandemia y como consecuencia no contaban con la solvencia económica para pagar renta.

Este es su caso y de los cinco integrantes de su familia, quienes viven en un pequeño cuarto de seis metros de largo por cuatro de ancho, había noches en las que dormían en aquel lugar, otras se la pasaban en la laguna.


Las carencias al entrar al cuarto se notan a simple vista, solo tienen una cama donde dormir, el gas hace más de un mes se le terminó, ahora cocina en un fogón.

El techo de lámina de zinc se encuentra partido a la mitad, lo que causa que en temporadas de lluvia se moje parte de su cama. Con la humedad, el repello de las paredes se está cayendo. Por dicho lugar pagan 600 pesos mensuales, sin embargo, ya deben tres meses de renta.

El sueño de Carmen era ser secretaria

Hace 15 años salió de su natal Playa Vicente, municipio perteneciente a la región del Papaloapan, para huir de la pobreza que la aquejaba y buscando una mejor vida.

Su primer trabajo fue como empleada doméstica; hasta antes de la pandemia seguía laborando, limpiando casas, pero desde hace 10 meses dejaron de contratarla. Su esposo es empleado en una pescadería, su sueldo es de 200 pesos diarios.

Para Carmen el covid-19 es una de sus últimas preocupaciones, por el momento lo que más le angustia es saber qué le dará de comer el día de mañana a sus hijas.

“Ahorita hay que buscarle para comer o para pagar la renta”

Con los 200 pesos que le da su esposo compra menos de los productos que conforman la canasta básica: arroz, frijol, azúcar y tortillas, para una familia de seis integrantes.

De 2008 a 2018, la población con carencia por acceso a la alimentación en Veracruz tuvo un aumento de 1.4 puntos porcentuales, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

En términos absolutos se traduce en un aumento de aproximadamente 283 mil 600 personas en esta situación, al pasar de casi un millón 938 mil 700 en 2008 a alrededor de dos millones 222 mil 300 en 2018.

La mujer de 38 años se frota las manos y saca una sonrisa de nerviosismo, recuerda que cuando era pequeña le decía a su madre que quería ser secretaria, pero la falta de oportunidades solo la llevaron a acabar el cuarto grado de la primaria.

En la actualidad admite no querer lo mismo para sus hijas, es por eso que a pesar de que no cuenta con un teléfono celular ni mucho menos dinero para realizar recargas, sigue con las clases en línea, a veces apoyada por los compañeros de escuela de sus pequeñas.

“A ellas (sus hijas) les digo que le echen ganas, porque no quiero que anden limpiando casas o recogiendo cartón o botellas, tienen que estudiar, porque uno no pudo”, dijo.

En el 2018, el número de personas en Veracruz que contaba con rezago educativo fue de alrededor de dos millones 055 mil 600.

“Solo quiero un triciclo para poder trabajar”

La desesperación de Carmen se refleja en su rostro, hay veces en las que la falta de dinero la agobia. Para ayudar a su esposo sale todos los días con sus hijas a recoger cartón, botellas y demás cosas que puedan aprovechar de la basura.

Una de sus metas es conseguir un triciclo con el cual pueda transportar lo que va recogiendo de la basura, así como también desea vender bolsas de frutas y verduras en la colonia donde vive, para ir subsistiendo durante la pandemia.

Carmen no cuenta con ningún apoyo, hace tres años solicitó una beca para sus hijas, la cual fue negada. Ahora admite que con la pandemia su situación se volvió más difícil, pues en los primeros meses su esposo fue suspendido del trabajo por las pocas ventas que había.

Fue cuando tomaron la decisión de irse a establecer a la laguna, alentada por sus demás vecinos y algunos conocidos que también se encontraban pasando por la misma situación.

Aseguran que nunca pagaron por estar en el sitio, pese a que en los primeros días llegaban personas a chantajearlos para que dieran una cuota mensual por estar el lugar.

Más de un millón de veracruzanos cuentan con carencia de vivienda

El Coneval considera que una persona tiene carencias si la vivienda que habita cuenta con al menos una de las siguientes características:

El material de los pisos es de tierra, el material del techo es de lámina de cartón o desechos, el material de los muros es de embarro o bajareque; de carrizo, bambú o palma, de lámina de cartón, metálica o asbesto, o material de desecho y que la razón de personas por cuarto (hacinamiento) es mayor de 2.5.

A pesar de que del 2008 al 2018 la población que contaba con carencia a la vivienda tuvo una disminución de 13.6 puntos porcentuales, lo que equivale a 918,100 personas menos en esta situación, al pasar de casi 2 millones 307 mil 500 en 2008 a alrededor de 1 millón 389 mil 400.

El estado se seguía manteniendo 5.8 puntos porcentuales arriba que el porcentaje nacional. Ese mismo año, el estado ocupó el quinto lugar entre las 32 entidades federativas, por sus niveles en esta carencia.

Carmen y su familia forman parte de este porcentaje. Juntos tomaron la decisión de invadir un terreno federal y a pesar de que sabían las consecuencias que les podría causar, la necesidad y angustia por la falta de trabajo las orillaron a construir sus casas.

ac