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Semivacíos y con más gastos, pero respiran restauranteros jarochos

Para subsistir en el negocio de la comida, restauranteros jarochos tendrán que reducir el gasto operativo y cerrar los negocios que dejan menor ganancia

Escrito en VERACRUZ el


Xalapa, Ver. -  El 15 de marzo de 2020, el Ayuntamiento de Veracruz anunció que, para reducir los riesgos de contagio del virus SARS CoV2, era prioritario el cierre de restaurantes y bares. Tras una espera de casi tres meses, esta semana se empezó a dar la apertura de establecimientos, lo que da un “respiro” a los dueños.

Santiago Martínez Dordella es propietario de Chelitas Bar -ubicado en el Puerto de Veracruz-. Él cuenta que la falta de ingresos por el cierre de negocios lo llevaron a solicitar un crédito para solventar los servicios. Ahora le apremia cubrir la mensualidad de los préstamos.

El representante de Grupo Líder -que tiene siete restaurantes y bares en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río-, considera que el principal reto con el regreso a la nueva normalidad es mantenerse a flote. 

Cámaras empresariales calculan que 4 de cada 10 negocios cerrarán en el siguiente semestre a consecuencia de la falta de ingresos y ante las obligaciones financieras contraídas.

La reapertura, dice, lo llevó a invertir desde cinco y hasta 50 mil pesos para cumplir con el protocolo y las medidas sanitarias que estableció la federación y el municipio. Al inicio de esta semana él y sus empleados se encargaron de redistribuir el restaurante, cada mesa debe estar a metro y medio de distancia. 

El también presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados en la zona adquirió equipo como caretas y cubrebocas para el personal; gel antibacterial y tapetes sanitizantes para los comensales que debe colocar a la entrada del comercio; también pagó por la desinfección de sus locales.

“Es una retahíla de 20 cosas o más que hacer, pero bueno, ya estamos consiguiendo esa certidumbre y la semana que viene los alcaldes de la ciudad (Veracruz-Boca del Río) van a sacar un protocolo que trabajamos con ellos desde la Canirac, y se va a dar la apertura ordenada de todos los establecimientos”, platicó en entrevista.

Las ganancias en esta primera semana han sido mínimas, comparte. Logró reabrir cuatro de los siete negocios de su propiedad, en los que se han ocupado dos de cada 10 mesas, “esto ya es mucho comparado con nada”.

Cuenta que en sus restaurantes y bares tenía una plantilla de 200 empleados hasta el mes de marzo. En la actualidad su nómina es de solo 60 trabajadores y el número le resulta excesivo dada la poca asistencia de comensales a los restaurantes; los bares siguen cerrados.

Santiago Martínez liquidó al 70 por ciento de sus empleados, lo que generó más gasto que pagar su nómina. Él tiene claro que para poder subsistir en el negocio de la comida tendrá que reducir el gasto operativo, cerrar los negocios que dejan menor ganancia y operar con el número mínimo de trabajadores.

En sólo dos meses y medio perdió las ganancias que le habían generados sus negocios en los últimos dos años, por lo que considera que ese mismo periodo le llevará regularizarse. Confía que si mantiene un buen historial crediticio contará con los fondos para consolidar nuevamente su patrimonio, y generar nuevas fuentes de empleo en la zona conurbada.


ygr