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Puente Moreno: el miedo de vivir expuestos al desastre

María del Carmen Núñez y Alejandro Almazán temen verse afectados si vuelve a ocurrir un desastre como fue el paso del huracán Karl hace 9 años

Escrito en VERACRUZ el

Veracruz, Ver. María del Carmen Núñez y Alejandro Almazán temen por su vida y la de sus seres queridos al pensar que la inundación que devastó el fraccionamiento Puente Moreno el sábado 18 de septiembre de 2010, vuelva a ocurrir.     

“El impacto fue el 17 de septiembre de 2010, el golpe de agua fue un día después. El 18 y 19 de septiembre siguieron los efectos,” contó Isidro Cano Luna, exdirector de Protección Civil de Veracruz.

Mientras el río Jamapa y el Cotaxtla que en un momento determinado se deben unir, y en el marco de un huracán categoría dos, Karl, las aguas del río comenzaron a desparramarse lo que ocasionó la gran inundación del 2010.

Flores del Valle, Las Vegas, El Jobo, la colonia Carranza, la Miguel Alemán y sobre todo, Puente Moreno, fueron las colonias con mayor afectación por la inundación.

Las precipitaciones comenzaron el viernes 17 de septiembre de 2010 cerca de las nueve de la noche y poco a poco fue incrementando en intensidad, por lo que miles de familias veracruzanas fueron sorprendidas al día siguiente con el inicio de lo que sería una de las mayores catástrofes pluviales del Puerto.

Familias, como las de don Alejandro y doña Carmen cuyas viviendas se encuentra a nivel de calle, perdieron todo en un solo día.

Según Isidro Cano, gran parte de esta inundación se debió a las zonas donde estas colonias y fraccionamientos fueron construidas.

“Por eso en las zonas donde ahora creas, inmediatamente hay rompimientos en las calles, hay grietas en paredes, hay hundimientos, es porque están asentadas sobre sistemas lagunares, o inclusive sobre arena de mar, que es muy finita y no propia para sostener cimientos”, dijo Isidro Cano

MARÍA DEL CARMEN CUENTA SU HISTORIA

En la noche ella y su esposo le ayudaron a un amigo que vivía en la zona a subir varias cosas a su auto, pues se rumoraba la inundación, pero hasta ese momento, dudaban de la veracidad del anuncio.

Cuenta que caminaba entre el agua acarreando las cosas y que a pesar de que se veía una cantidad considerable de líquido, el que recubriera su casa nunca fue en su mente ni siquiera una posibilidad.

Fue hasta las 11 de la mañana del 18 de septiembre cuando en cuestión de hora y media, el agua entró a su casa.

En ese momento, el agua comenzó a entrar incluso por la taza del baño, el desborde de los ríos y las precipitaciones pluviales ocasionada por el huracán Karl se reunieron para arrasar con las colonias, pero estás, soportaron.

Un hombre en un volteo iba pasando por las calles para auxiliar a quien lo necesitara. Para la una de la tarde, el agua superaba un metro de altura y los bienes materiales ya no eran prioridad para la mayoría, pues, aunque el siniestro fue muy grande, algunos veracruzanos que vivían en segundas plantas optaron por no salir.

“La corriente era fuerte, yo estaba llorando, le dije a mi hija, ¡vente, vente! Yo me puse de nervios, y aquí esperamos a mi esposo hasta la una que llegó del trabajo para salir,” compartió para La Silla Rota Veracruz, doña María del Carmen Núñez.

En cuanto llegó mi esposo nos abrazamos y lloramos entre nosotros, y ya, entró el volteo, nos sacó hasta el puente, caminamos hasta Las Vegas.”

Una vez en Las Vegas, doña María del Carmen cuenta que el relevo de turno de su esposo, chofer de un camión con ruta a Vía Muerta los esperó para llevarlos al Coyol, lugar donde permaneció con su familia el resto del día hasta que contactó a su hermana en el fraccionamiento Jardines de Virginia para poder hospedarse ahí una semana.

A DON ALEJANDRO LE DIJERON QUE “YA VENÍA EL AGUA”

“Nosotros supimos por medio de los vecinos que ya venían mal, muy preocupados, con ropa en mano, algunos hasta llorando y nos dijeron que venía el agua,” contó Alejandro Almazán, víctima del siniestro.

Don Alejandro contó para La Silla Rota Veracruz que logró salir porque no estaba en su casa cuando los hechos ocurrieron, su esposa sacó a tiempo a sus tres hijos junto a documentos importantes y unas cuantas mudas de ropa, todo esto, temprano por la mañana.

Hasta la fecha él da gracias a Dios que sobrevivieron pues piensa que si todo hubiera ocurrido por la noche, hubiera sucedido algo peor.

“Fue como una película muy triste, cada año que llueve en estas temporadas es preocupante, se pone uno a monitorear en playa de vaca el río.”

Nueve años han transcurrido y don Alejandro no ha terminado de recuperar todo lo que perdió en el incidente.

“A nueve años de distancia de Karl hasta el día de hoy esas zonas siguieron creciendo, se siguió dando permiso para crear zonas habitacionales, se ha seguido permitiendo rellenar parte de ese sistema lagunar”, sentenció Cano Luna.

ygr