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Plazuela de la Campana, emblema jarocho desolado por pandemia

“Hilos y Redes de Veracruz” es uno de los pocos negocios que sobreviven en la Plazuela de la Campana tras nueve meses de pandemia

Escrito en VERACRUZ el

Las noches de danzón y de son montuno se pausaron en la “Plazuela de La Campana”. La pandemia de covid-19 detuvo las verbenas interminables que reunía a los jarochos para bailar al ritmo de grupos locales en el corazón del Centro Histórico de la ciudad de Veracruz.

La pista de baile ubicada al centro del callejón de “La Campana” se encuentra vacía, bordeada de locales comerciales cerrados, que ven pasar sobre las cortinas metálicas las sombras silenciosas de los transeúntes portando sus cubrebocas.

“Hilos y Redes de Veracruz” es uno de los pocos negocios que sobreviven después de 9 meses de pandemia; la tienda de artículos para pescar es flanqueada de comercios con las cortinas abajo.

El negocio da empleo a siete personas que mantienen a sus familias de los ingresos que recibe la tienda, que desde hace 20 años que se encuentra en el mismo sitio atendiendo a sus clientes.

Olivia Raymundo, una de las empleadas del negocio, relató que durante el punto más crítico de la pandemia siguieron trabajando a puerta cerrada, tomando medidas para evitar contagios, con un horario de atención más corto, brindando servicio por pedidos a clientes frecuentes.


En agosto, con la autorización del Ayuntamiento de Veracruz y el Gobierno del Estado, abrieron de nuevo las puertas a sus clientes, a quienes reciben con un termómetro laser, un tapete para desinfectar los zapatos y gel antibacterial.

En la vitrina principal una mica fue instalada como barrera protectora entre los visitantes y quienes atienden, con la finalidad de reducir el riesgo de contagio. En el interior el olor es de cloro y desinfectante, ya que de manera constante se limpia.

En las primeras cuatro horas desde que se abrió en esta jornada de viernes recibieron a tres clientes que se presentaron para comprar hilo para pescar y anzuelos, cuando hasta antes de la pandemia eran más recurrente las ventas desde temprano.

“Así han sido todos estos días, poca gente viene a comprar, hoy son las 11:00 de la mañana y se pararon en toda la mañana tres personas, antes a esta hora eran más personas comprando, la pandemia nos pegó mucho, pero esperamos que esto mejore poco a poco”, declaró.
 

La mujer camina entre los anaqueles donde todo tipo de artículos utilizados para la pesca, desde hilos, cañas y anzuelos, en perfecto orden se encuentran exhibidos; espera que se pase la voz para que se sepan que son uno de los negocios que sobrevivieron a la pandemia y esperan a sus clientes en el callejón de “La Campana”.

Cierra Auténtico Café Veracruzano, pero deja legado

En la lista de negocios cerrados en el callejón de “La Campana”, ubicado entre las calles Aquiles Cerdán y Mariano Arista, destaca el Auténtico Café Veracruzano, una pequeña cafetería cuyo propietario, Miguel García Cortés, encabezó el proyecto de rescate de la Plazuela de la Campana durante los últimos 25 años.

A través de redes sociales se difundió la noticia del cierre del establecimiento, lo que generó reacciones de tristeza entre usuarios que recordaron las noches de son jarocho, salsa, danzón, son montuno y carnaval.

“Tristemente nos dieron la noticia que el Auténtico Café Veracruzano, que era del señor que organizaba los bailes, cerró después de 25 años, así como él hay muchos otros negocios que tuvieron que cerrar, cierran negocios, se viene el desempleo y la gente se queda sin nada”, narró Olivia Raymundo, unos locales más adelante.

El negocio era reconocido no solo por su hospitalidad y calidad de café que servía a sus clientes, su propietario era quien organizaba a los músicos para que dieran conciertos gratuitos durante las noches –de miércoles a domingos- en el pequeño escenario donde se encuentra la mítica campana que le da nombre al sitio.

Las mesas de su negocio y un par de restaurantes ubicados en la zona, servían para reunir a jarochos, veracruzanos que viajaban de otros municipios y turistas nacionales e internacionales que acudían solo a bailar.

El lugar es reconocido actualmente como un referente para vivir una fiesta popular veracruzana en el puerto de Veracruz, en donde desconocidos podían convivir entre sí al ritmo de la música.

El proyecto de Miguel García Cortés no solo fue como promotor de las noches de baile, desde que abrió el restaurante se dedicó a gestionar la restauración de los vestigios de la “Plaza de la Campana”, que a mediados de la década de 1990 era un sitio abandonado.

Como activista logró que se detuviera la destrucción que autoridades municipales y empresarios promovieron en el lugar y que terminó con casi toda la arquitectura antigua de más de 200 años.

Al fondo de la plazuela se mantiene en pie una pared antigua que formaba parte del antiguo convento de Santo Domingo, construido en 1650, según los archivos históricos.

Al no contar con una torre se decidió construir en el patio trasero del edificio una torre de madera donde se colgó una campana para llamar a misa; actualmente el campanario es de concreto, la campana original se perdió y en su lugar permanece otra que se instaló en 1982, pero que se afirma es tan antigua como la original.

Con añoranza, Miguel García, arquitecto de profesión, conservaba fotografías antiguas en donde se veía la fuente, los pisos de mármol y las jardineras que daban la identidad al lugar hasta antes de ser destruido con el paso de los años.

Sin embargo, en los 24 años y 9 meses que mantuvo abierto su negocio logró que el sitio recobrara su sentido de pertenencia entre los veracruzanos, que ahora reconocen el lugar como un referente de la cultura popular jarocha.

Temen abandono del lugar, tras cierre de negocios¨

Los pocos negocios que sobreviven en la Plazuela de la Campana temen que la situación que dejó la pandemia cause el abandono paulatino del lugar, ya que luce desolado.

Olivia Raymundo, empleada de la tienda “Hilos y Redes de Veracruz”, señaló que en el mes de septiembre fueron víctimas de un robo, cuando en la noche alguien ingresó y se llevó varios productos de valor, así como mercancía.

“Ahorita con lo de la pandemia se metieron a robarnos hace como un mes, se llevaron varias cosas, mercancía, sobre todo, en un restaurante de comida que está aquí a la vuelta les abrieron la cortina y se metieron y así muchos otros negocios alrededor”.
 

La mujer afirma que la situación es triste, ya que el cierre de los comercios en uno de los sitios más representativos del Centro Histórico de la ciudad de Veracruz es la pérdida de empleos que sostenían a familias de veracruzanos.

Aunque el negocio donde trabaja no se encontraba abierto durante las noches de fiesta en el callejón, espera que estas se retomen al concluir la emergencia sanitaria, para darle de nuevo vida a la pista de baile de la “Plazuela de la Campana.