Durante su conferencia mañanera desde Mérida, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, señaló que el caso José Eduardo ya se está investigando e instó a la Fiscalía General de la República a avanzar en las investigaciones.
A tres meses de la muerte de José Eduardo Ravelo, originario de Veracruz, el presidente dijo que el crimen ya se atiende, y que la investigación se lleva de forma coordinada entre autoridades estatales y federales,
“Ya atrajo el caso la fiscalía general de la república y no hay impunidad, todo el que comete un delito debe ser castigado”, prometió López Obrador.
El presidente abrió su conferencia felicitando a las autoridades estatales y municipales debido a la elevada percepción de seguridad en el estado de Yucatán, sin embargo, dijo que hay casos que aún suceden.
“Hay desde luego algunos casos que se lamentan como sucedió con un joven que fue detenido y hay indicios de que fue vejado y perdió la vida, en manos de la policía municipal.”
La muerte de José Eduardo ocurrió el 3 de agosto de este año, 13 días después de haber sido detenido por Policías Municipales de Mérida.
El 21 de julio, José Eduardo, de 23 años se dirigía a una entrevista de trabajo y en calles del centro histórico de Mérida, un grupo de policías le marcó el alto para una revisión, ya que lo vieron caminar de forma “sospechosa”.
De acuerdo con las declaraciones del joven, antes de morir, los oficiales lo subieron a una patrulla y en la parte de atrás de la cabina se turnaron para abusar sexualmente de él por varios minutos.
Luego de esto fue llevado a la comandancia de la Policía, en donde fue encerrado en una celda y dentro de ella continuó el abuso sexual, además que fue torturado y golpeado brutalmente.
Tras ser liberado, el joven intentó ser atendido en un hospital, en donde fue revictimizado por el personal médico y pusieron en duda la agresión, al preguntarle su sexualidad y si las lesiones fueron causadas de forma consensuada.
Días después, tras el arribo de su madre a la ciudad, el joven fue atendido y el diagnóstico fue desgarrador: perforación en el pulmón y filtración de sangre al sistema respiratorio, daño en riñones por golpes, daño y trauma cerebral, además de lesiones en el recto por las violaciones.
Debido al delicado estado de salud, el joven originario de Veracruz, falleció por destrucción orgánica múltiple y politraumatismo el 3 de agosto.
Varias semanas después, un grupo de policías presuntamente agresores de José Eduardo, fueron detenidos pero luego fueron liberados por un juez, quien determinó que no existían pruebas suficientes para mantenerlos en prisión.