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Pasantes de Medicina, entre el narco y covid en zonas de riesgo

Estudiantes de Medicina narran los riesgos, el acoso, las amenazas que padecen todos los días en zonas alejadas y violentas de todo el país

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Inseguridad, amenazas, acoso, falta de insumos básicos para protegerse de la covid, son algunas de las situaciones que enfrentan médicos pasantes durante su servicio social en varias zonas del país, principalmente en aquellas con altos niveles de violencia.

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Habitualmente son enviados a las comunidades más apartadas, donde suelen estar solos, sin médico titular, a merced de criminales del lugar.

La mayoría de ellos asegura que las autoridades de la jurisdicción sanitaria a la que pertenecen hacen caso omiso cuando reportan alguna situación de riesgo.

Eso pasó con el feminicidio de Mariana Sánchez, ocurrido hace unos días en Chiapas.

Llevaba cinco meses trabajando como médica en prácticas en un centro de salud público de una comunidad marginal en Nueva Palestina (en la zona zapatista de Ocosingo). Y desde que la trasladaron a esta localidad, en agosto del año pasado, Sánchez le había contado a su madre el infierno que vivía. Después de que una noche de noviembre un compañero borracho forzara su cuarto para abusar de ella, acudió a la policía y puso una denuncia por abuso sexual. El viernes pasado apareció su cadáver ahorcado en una de las puertas de aquel dormitorio.

Un caso similar vivió una pasante en la zona rural de Ixtapaluca, Estado de México, quien a finales del año pasado fue acosada por un paciente y sus superiores la ignoraron.

“Hace como cuatro meses llegó un señor al centro de salud, yo lo noté que estaba drogado, alcoholizado, pero bueno ya estaba adentro, pasa, lo reviso, se pone agresivo, le hablo al oficial, en ese momento empieza a querer tocarme”, narró una pasante en Ixtapalupa, Estado de México. Fue un vecino el que llamó a la policía.

Van por una patrulla, se llevan al hombre y jamás llegaron las autoridades, mis superiores. Nada más por mensaje: ‘ah qué bueno que se lo llevaron, tu sigue con tus medidas preventivas’ y pues ya, no fueron ni a verme como estaba, qué había pasado. El de la patrulla fue el único que se preocupó, me dijo si necesita algo le dejo mi número, porque aquí sí está media peligrosa la zona

Desde 2011, un estudio de la UNAM sobre las condiciones de trabajo de los médicos durante el servicio social alertó que el 75% percibió escaso respaldo de las instituciones estatales de salud y el 68% observó insuficiente apoyo de la universidad.

En 2019, Televisa documentó la situación de los médicos que realizaban su servicio social en municipios del “triángulo rojo” de Puebla, zona de alto riesgo por el robo de combustible que ahí se da.

“El día que llegué en la primera noche pensé que había fiesta, al siguiente día le preguntaba a los pacientes: no doctora, no eran cohetes eran balazos”, narró Montserrat Paxtian, médica pasante en Apango, Acajete, Puebla.

En México, un tercio de las unidades de atención primaria, es decir, centros de consulta básica, son atendidas por pasantes que realizan su servicio social, señala un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública.

EL ACOSO EN LA SIERRA DE DURANGO

Iridian Holguín, pasante de medicina de Durango, no dudó en señalar que es en la región de la sierra en donde más riesgo se corre.

Hay compañeras que han recibido propuestas indecorosas de parte de personas que las intimidan, diciéndoles que son narcotraficantes

Brian Mota, otro pasante de Medicina de aquella entidad, señaló que la seguridad que ellos reciben por parte de las instituciones no es la adecuada.

A muchos nos mandan a localidades alejadas en donde por desgracia no hay ley. Ya asesinaron a nuestra compañera Mariana, quien perseguía el sueño de titularse de Medicina

Narra que a veces la gente trata a los pasantes como si recibieran un salario, cuando lo único a lo que tienen derecho es a una beca de entre mil y dos mil pesos a la quincena.

EN MICHOACÁN AMENAZA EL CRIMEN

El director de la Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas “Dr. Ignacio Chávez” de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), Arturo Valencia Ortiz, afirmó que en Michoacán los pasantes de Medicina están expuestos al crimen organizado “desde siempre”.

Señaló que en cada generación de la Facultad de Medicina de la UMSNH reciben entre 15 y 20 quejas de estudiantes que denuncian haber sido víctimas de esta situación, de los cuales 10 manifiestan haber recibido agresiones físicas.

Actualmente, la Facultad de Medicina tiene 475 estudiantes que realizan servicio social en diferentes partes del estado, en plazas de la Secretaría de Salud de Michoacán (SSM), el Instituto del Seguro Social (IMSS), así como en los ayuntamientos y hospitales particulares.

Los centros de salud en municipios donde hay focos rojos son los que menos quieren los estudiantes, ya que están alejados de la urbe; en algunos casos son lugares riesgosos, como en Tierra Caliente y Costa.

Por lo anterior, estudiantes como Karen Itzel, quien salió de la comunidad donde labora para solicitar apoyo con el director porque se siente insegura, realizan procedimientos oficiales en la dirección para pedir el cambio de su plaza.

Nosotros no los podemos cambiar, primero porque hay un consejo y se tiene que evaluar; luego porque no hay más lugares y tampoco porque no se puede quedar sin pasante la población

De manera anónima, uno de estos doctores en formación advirtió que en zonas conflictivas donde abunda la delincuencia y el crimen organizado, el ser doctor se vuelve una de las profesiones más peligrosas.

El testimonio, publicado por El Sol de México, revela que las instalaciones en las cuales tienen que practicar la medicina dentro de estas poblaciones no siempre cuentan con las medidas de seguridad necesarias. Los pasantes, afirma, duermen en las clínicas que a veces no tienen bardas o seguros a pesar de estar toda la noche solos.

Es mucho más complicado para aquellos que les toca en zonas donde está el crimen organizado, tenemos reportes de algunos compañeros que los secuestran para que curen heridos de bala y luego los regresan, pero eso no es normal, no deberíamos vivir eso; y sólo las autoridades nos dicen que hagamos caso, que les digamos que no podemos irnos y nos dan ‘clases’ para manejar esas situaciones, pero nadie sabe qué hacer cuando le ponen una arma enfrente

PARO DE LABORES POR MARIANA

En Tuxtla Gutiérrez, alumnos de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Chiapas iniciaron un paro de labores para exigir justicia para Mariana y que se atienda un pliego petitorio, que este martes 2 de febrero, entregaron a las autoridades de salud y universitarias.

Los estudiantes piden reformas y modificaciones para que los pasantes sean definidos como universitarios con derechos laborales, como seguridad social y remuneración ante riesgos.

Además exigieron plazas de servicio social en la entidad y becas para gastos de alojamiento independientemente de estímulos por excelencia académica.

La Vocera de Estudiantes de Medicina Humana de la UNACH, exigió a nombre de los estudiantes, un cambio en los procesos de asignación de plazas de Servicio Social, así como la reubicación de las compañeras para continuar con su proceso formativo.

“Exigimos un cambio en los procesos de asignación de plazas de Servicio Social. Que nuestras compañeras de las siguientes sedes sean reubicadas para continuar con su proceso formativo esto de manera preventiva”.

EN YUCATÁN SE SIENTEN SOLOS

Pasantes de la carrera de medicina de diversas universidades de Yucatán exigieron mejores condiciones de seguridad y de salud para el ejercicio de su labor, durante la realización de su servicio social.

El martes, unos 200 estudiantes se plantaron en el Monumento a la Patria y posteriormente efectuaron una marcha hasta el barrio de Santa Ana.

Señalaron que las autoridades no vigilan que las y los estudiantes de medicina desarrollen su servicio con seguridad, pues pocas veces se vigila que su integridad no se afecte.

Una estudiante de medicina que declinó identificarse explicó que los pasantes tienen que trasladarse solos a los sitios donde son asignados, lo que pone en riesgo su integridad.

Señaló que, hasta ahora, ninguna autoridad ha buscado hacer modificaciones a la labor del servicio que prestan los estudiantes, algo que sigue poniendo en riesgo a quienes concluyen su carrera.

Queremos entablar diálogo con las autoridades, con la Secretaría de Salud, con las escuelas para que se nos brinde esa seguridad y nos protejan como estudiantes de medicina

EN PUEBLA LOS RETIRAN DE HOSPITALES COVID

La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) ordenó a sus estudiantes de Medicina u otras áreas de la Salud adscritos como Médicos Internos de Pregrado (MIP) o pasantes en Servicio Social en hospitales que atienden covid-19, a retirarse hacia otras áreas donde no estén en riesgo o solicitar su transferencia hacia otra clínica que no fue habilitada para este fin.

Mediante un comunicado, la máxima casa de estudios del estado mencionó que la medida es para "garantizar la salud y seguridad de sus estudiantes", por lo que tanto internistas como pasantes tienen prohibido continuar en servicio en la primera línea de batalla contra el coronavirus.

Por ningún motivo las y los Internos de Pregrado (MIP) o pasantes de carreras del área de la Salud podrán permanecer en áreas o unidades que hayan sido reconvertidas para la atención de pacientes con covid-19, debiendo ser reubicados en otras Unidades o áreas no covid en donde continuarán sus actividades

EL CASO DEL EDOMEX QUE INDIGNÓ AL PAÍS

A  principios de enero se dio a conocer la muerte de Jorge Alejandro López Rivas, residente que murió a causa de covid-19 tras presuntamente ser obligado a apoyar en el área de urgencias del Hospital General de Ecatepec. 

López Rivas falleció a las 17:40 del 4 de enero en la sala donde 29 días antes se había contagiado de coronavirus. Los que habían sido sus compañeros trataron de reanimarlo durante 40 minutos. No contaban con guantes ni equipo de protección, con catéter ni laringoscopio, con medicamentos para inducir el coma. No funcionaba la toma de oxígeno.

Jorge tenía 29 años y era médico interno de pregrado en el hospital Doctor José María Rodríguez, en Ecatepec.

Murió debido a las complicaciones de la covid-19 después de ser obligado a trabajar cuando ya estaba enfermo.