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Orlando vendió utensilios de pesca para curar a su esposa del covid

Para costear los medicamentos que su esposa requería Orlando tuvo que vender sus herramientas que utilizaba para pescar

Escrito en VERACRUZ el

Bajo el puente que divide los municipios de Boca del Río y Alvarado, Orlando y su hermano se preparan para desembarcar después de ocho horas pescando en el Río Jamapa, los dos hombres curtidos por el sol apenas y lograron sacar lo de la comida del día.

Los días de buena pesca, donde ganaban entre 500 y mil pesos, hace varios años que se fueron. Ahora luchan contra la escasez de producto y una pandemia que vino a poner en riesgo la salud de miles de personas.

La esposa de Orlando padeció covid-19 hace tres meses, debido a los gastos que la enfermedad implicó tuvo que vender algunas herramientas que utilizaba para pescar.

Las atarrayas y parte de sus artes de pesca que consiguió a base de esfuerzo y trabajo, sirvieron para costear los medicamentos, consultas y otros insumos que su esposa necesitaba para recuperarse.

“Nos llevamos como 3 mil pesos, pero es poco en comparación de cuanto te vale un tanque de oxígeno, que son 15 mil o 20 mil pesos”, comentó.

El hombre de 62 años admite que los primeros días en los que la enfermedad atacó a su esposa fueron los más críticos, el dolor de cabeza era insoportable y por las noches la falta de aire los mantuvo en vela.

“Estuvo casi a punto de requerir oxígeno. Es duro, toda la noche no podía dormir porque sentía que se ahogaba”, contó.

El matrimonio tuvo que lidiar solo la evolución de la enfermedad, pese a que los dos forman parte de los sectores con más riesgos a tener complicaciones por el covid, Orlando afirma que siguieron todas las recomendaciones para evitar que él se contagiara.

Descargas de aguas negras, la primera pandemia que siguen enfrentando

Por fortuna su esposa es una de las sobrevivientes del covid, pero desde hace varios años se encuentran enfrentando otra crisis que llegó antes de la pandemia.

Con los nuevos fraccionamientos, centros comerciales y el aumento de la población en los municipios de Veracruz y Boca del Río, hizo que la contaminación y las descargas de aguas negras se convirtieran en un lastre que los pescadores han cargado durante años.

Los dos hermanos comentan resignados que desde hace varios años la única planta de tratamiento de aguas residuales que viene sus aguas en el río Jamapa dejó de funcionar, mientras que los distintos centros comerciales y fraccionamientos que se edificaron alrededor de ellos siguen descargando todos los desechos sin ser previamente tratados.

Como consecuencia esto hizo que las especies que más capturaban como el camarón, ostiones y peces se alejaran de las inmediaciones del río, ahora tienen que adentrase más para lograr obtener mayor captura.

“No tenemos apoyo y la pesca hay poco como 60 por ciento o a veces 40 de lo que antes había, la gente quiere el producto, pero nosotros no podemos surtir a la mayoría de las personas porque se nos ha escaseado la pesca”, recalcó Orlando.

Durante la pandemia no recibieron apoyo de ningún programa Federal ni del ayuntamiento, por lo cual tuvieron que enfrentar sin ayuda la emergencia sanitaria, así como siguen sorteando el problema de contaminación en las áreas donde trabajan.

Pescadores tienen que cambiar de oficio para sobrevivir

La contaminación que ha sufrido el área protegida que comprende el Arroyo Moreno y el canal de la Zamorana lleva aquejando a los pescadores desde hace varios años, causando severas consecuencias en la fauna de dicha área, comentó el regidor décimo del ayuntamiento de Boca del Río, Carlos Alberto Butrón Valenzuela.

“Hoy en día se ven frustrados porque la pesca ya no es igual, las temporadas anuales de arribazón de algunas especies han cambiado, se han modificado e incluso algunas especies ya no están llegando”, comentó el edil.

Esto obliga a mucho de los pescadores a cambiar de oficio, al no haber suficiente percepción de ingresos, orillando a las nuevas generaciones a que se desinteresen por este trabajo, siendo las personas mayores como Orlando y su hermano los que siguen sobreviviendo de este empleo, ya que su edad no les permite encontrar nuevas oportunidades.

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