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"Nunca pensé que andaría de limosnera, cuatro meses y Migración no me atiende"

Diana es objeto de persecución policial del gobierno de Nicaragua por apoyar protestas contra el gobernador;

Escrito en ESTADOS el

VILLAHERMOSA.- Objeto de persecución policial del gobierno nicaragüense desde hace cuatro años, cuando de manera solidaria apoyó a su hijo en las protestas  -“tranques”- populares y estudiantiles, ahora Dina Irasema Irias Guerrero vive de la solidaridad callejera, mientras espera la respuesta del gobierno mexicano a su solicitud de asilo y le entreguen la Tarjeta de Visitante por Razones Humanitarias.

Acompañada de sus gemelas, de seis años, la nicaragüense, de 40 años, se aposta en el camellón central del periférico de esta capital, portando una cartulina donde solicita el apoyo de los automovilistas para poder sobrevivir. De manera esporádica también realiza trabajos domésticos con lo que completa para la renta y la comida.

Ingresó a México, por el cruce fronterizo de Tenosique, en junio pasado, donde se entregó al Instituto Nacional de Migración (INM), con una de sus niñas enferma. De allí la trasladaron a un albergue Villahermosa, donde permaneció 15 días. Fue liberada con una constancia de que se encuentra en trámite su solicitud de refugio.

El 18 de mayo tuvo que salir de su casa, ubicada en el Barrio “Ronaldo Arau, de la ciudad de Estelí, en el norte de Nicaragua, tuvo que salir a escondidas de su domicilio, por segunda ocasión, pues la policía la vigilaba.

A penas había retornado de Costa Rica, donde huyó su hijo, a quien acompañó en el país tico casi dos años. Con el propósito de inscribir a la escuela a sus gemelas, decidió volver a Nicaragua, sin embargo, observó que continuaba la represión política del “dictador” Daniel Ortega.

Foto Cuartoscuro.

Además, por la severa crisis económica, laboral y de salud que atraviesa el país centroamericano, doña Dina Irasema, decidió salirse “para siempre” con el objetivo que sus niñas estudien y pueda buscar un mejor porvenir. Cruzó a caballo la frontera de Nicaragua con Honduras, donde continuó su travesía en transporte público durante cinco días. Fue detenida por agentes hondureños de Migración, quienes la multaron y dieron un plazo de cinco días para retornar a su país.

Sin embargo, decidió continuar su ruta trazada, tomó un transporte que las dejó tiradas en Esquipulas, Guatemala, donde se refugió en la Casa del Migrante, donde le apoyaron con recursos económicos para que continuara su viaje, y fue como llegó al Ceibo, en la frontera con Tenosique, Tabasco.

2021 AÑO DE MAYOR MIGRACION DE NICARAGUENSES A MEXICO

La cifra de ingresos de inmigrantes originarios de Nicaragua, se disparó en el presente año, en comparación a años anteriores, incluido el 2018, cuando ese país vivió la peor represión gubernamental durante las protestas desencadenadas por la reducción de las pensiones para jubilados y de los apoyos a estudiantes.

En ese año se estimaron más de 300 muertos, miles de heridos y miles de detenidos, principalmente estudiantes, durante el contexto de violencia entre el 19 de abril y el 30 de mayo de 2018.

Foto Cuartoscuro.

De enero a agosto del 2021, el Instituto Nacional de Migración (INM) aseguró y “presentó” a siete mil 262 nicaraguenses, a quienes les inició un proceso administrativo “por estar en situación migratoria irregular” en México. Representó el 4.9 por ciento del total de personas extranjeras presentadas ante esa autoridad.

Las deportaciones de nicaragüenses estuvo muy por debajo de inmigrantes de Honduras, Guatemala y El Salvador, con 45.6%, 30.0% y 8.1 %, respectivamente. Nicaragua sólo estuvo por arriba de Haití y Cuba, con 4.8% y 1.9 %, respectivamente.

Durante el 2020 –año de la pandemia-, el INM no reportó a nicaragüenses “presentados” por situación migratoria irregular, pues supone que fue una cifra mínima.

Pero, el INM si registra a mil 109 nicaraguenses, 2.9 por ciento del total de extranjeros, a los que se les entregaron Tarjetas de Visitantes por Razones Humanitarias.

Entre las condiciones para recibir ese documento del gobierno de México, destacan ser niños o adolescentes no acompañados, solicitante de asilo político o de reconocimiento de la condición de refugiado.

Foto Cuartoscuro.

En el año 2019, el gobierno mexicano aseguró y deportó a dos mil 462 nicaragüenses, un 42.1 por ciento más que el año anterior, pero que representó el 1.6 por ciento del total de extranjeros devueltos a ese país centroamericano.

Durante 2017, el Instituto deportó a 728 nicaragüenses; y en 2018, fueron mil 732, un alza del 137.9 por ciento. En este último año, representó el 1.5 por ciento del total de extranjeros devueltos por la autoridad migratoria.

Durante el 2015 y 2016, fueron regresados a su país, mil 511 nicaragüenses, y mil 312, respectivamente. Incluso, fue un 13.2 por ciento menos en este segundo año. Pero esas cifras no representaron ni el uno por ciento del total de extranjeros deportados, principalmente originarios de Guatemala, Honduras y El Salvador, los países que conforman el denominado Triángulo Norte de centroamérica.

A MI HIJO LO TORTURARON Y ENCARCELARON

Dina Irasema Irias Guerrero, relata que al igual que la mayoría de los estudiantes de Nicaragua, su hijo Michael Antonio López Irias, se sumó a las protestas antigubernamentales, y era el encargado de manejar un mortero en los bloqueos callejeros –“tranques”-, y lo catalogaron como uno de los líderes estudiantiles de la ciudad de Estelí.

Con su cartulina en la mano, “nunca me imagine pidiendo dinero”, siempre acompañada de sus dos niñas gemelas, la inmigrante nicaragüense, recuerda que el día de la detención de Michael Antonio, quien actualmente cuenta con 22 años, ella se encontraba hospitalizada para su tratamiento de cáncer.

“Llegó la policía, rodearon y allanaron la casa, detuvieron a mi hijo, confiscaron el mortero que lo mantenía en su cuarto. Le metían en la boca el mortero, le golpearon las costillas, lo lanzaron a la patrulla y lo trasladaron a la cárcel El Chipote”.

Ella pudo ver a su hijo encarcelado hasta los ocho días. Posteriormente lo liberaron, pero tenía que ir a firmar al juzgado penal cada viernes. Pero, finalmente decidió refugiarse en Costa Rica.


Recuerda que el joven fue testigo en una trinchera estudiantiles, del asesinato de su amigo por disparos de la policía, el 30 de mayo del 2018. Le quedó encima y la camisa se le empapó de sangre de su compañero. En las noches soñaba con esa escena y gritaba dormido. Tuvo que tirar la camisa ensangrentada, pues le dio miedo.

Irias Guerrero, quien recuerda que el papá de su hijo, no les apoyó, “pues es un cobarde”, menciona que también una de sus hermanas se asiló en España, igual por la persecución del régimen de Daniel Ortega, quien incrementará la represión política ahora que intente reelegirse en los comicios presidenciales de noviembre próximo.

La nicaragüense, quien estudió hasta el tercer año de la licenciatura en Derecho, espera que pronto le expidan el documento donde se le acredite su refugio oficial, pero que por ningún motivo regresaría a su país.

“Estoy acostumbrada a trabajar en la siembra de hortalizas, en fábrica, de doméstica y hasta ayudante de albañil, como hacer la mezcla, jalar blocks y armas castillos con las varillas”.

En los cuatro meses que lleva de espera de su aprobación de asilo, ya se enfermó de Covid-19, igual que una de sus gemelas, que contrajeron en un albergue aquí en Villahermosa, y así convaleciente tuvo que seguir en la calle pidiendo la solidaridad de los tabasqueños. 

esc