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¿No duermes bien? Estas podrían ser las consecuencias

En México aproximadamente 40 millones de personas sufren trastornos de sueño, y hoy en día se conocen 20 causas asociadas al insomnio, entre ellas el estrés, el estilo de vida, las exigencias diarias y la apnea

Escrito en ESTADOS el

Dormir menos cada vez se vuelve más común entre hombres y mujeres por varias razones: exigencias laborales, académicas, cargas en el hogar, y los ritmos de vida, así como condiciones médicas y trastornos de sueño. Sin embargo, esto podría estar afectando a nuestra salud severamente.

El ex académico de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, Reyes Haro Valencia, explicó que la falta de sueño impacta de manera negativa el desarrollo de nuestras actividades cotidianas, y si es crónica, acelera el surgimiento de enfermedades metabólicas y reduce la expectativa de vida.

Reyes Haro explicó que limitar las horas que dormimos tiene efectos negativos en la cognición, que es la facultad de procesar la información que recibimos.

En promedio las personas tendrían que dormir ocho horas diarias, mientras que los menores de 21 años deberían dormir nueve horas, ya que se encuentran en desarrollo.

“Aunque la gente piensa que puede acostumbrarse, dormir menos tiempo del requerido evita funciones vitales como la restauración de los sistemas neuronales, pues el cerebro se recupera al soñar, y no hacerlo impacta de manera negativa en el desarrollo de nuestras actividades cotidianas: hay cansancio y lentitud” remarcó el exacadémico.

Los trastornos del sueño

En México aproximadamente 40 millones de personas sufren trastornos de sueño, y hoy en día se conocen 20 causas asociadas al insomnio, entre ellas el estrés, el estilo de vida, las exigencias diarias y la apnea.

La apnea, que consiste en interrupciones constantes en la respiración durante el ciclo del sueño (ronquidos), es considerada peligrosa por la contracción de tejidos blandos de la vía respiratoria, que evita la llegada de oxígeno a los pulmones. 

Otros trastorno del sueño es la parasomnia, que se presenta por sueño ligero: la persona rechina los dientes, tiene sobresaltos o sensación de caer al vacío. Uno más, el sonambulismo, consiste en realizar actividades extrañas estando dormidos. Y la narcolepsia: somnolencia extrema durante el día. 

¿Qué hay sobre las siestas?

Aunque Haro Valencia asegura que “la siesta” no está considerado como un trastorno de sueño, explicó que esto “Ocurre porque existen dos ventanas de somnolencia: entre las tres y las seis de la mañana, y entre las tres y seis de la tarde. En esos horarios es casi imposible mantenerse despierto; esto sucede en todo el mundo y por eso es cuando se registran más accidentes de tránsito”.

Entonces, en México la necesidad de una siesta después de comer no es por el consumo de alimentos, sino por la ventana de somnolencia vespertina, aclaró.

El sueño tiene cuatro etapas

El proceso del sueño ocurre en cuatro etapas: dos de ellas son ligeras y otras dos profundas. El 60 por ciento del tiempo tenemos sueño ligero, que tiene una función de conservación: si hay algún peligro en nuestro entorno lo detectamos y reaccionamos.

Mientras, la primera de las etapas profundas ocupa el 20 por ciento del tiempo de sueño, y es cuando el cuerpo se restaura porque producimos hormonas, neurotransmisores y células nuevas.

Al 20 por ciento restante (final) se le denomina sueño MOR (movimientos oculares rápidos); aquí soñamos y nuestros ojos giran como si viéramos las imágenes de lo que se representa en nuestro cerebro. En esta etapa el cuerpo está absolutamente relajado, pierde tono muscular y por ello los sueños están cargados de una sensación de liviandad, explicó.

Entonces, resumió, estas etapas conforman un ciclo de sueño, en el que cada 90 minutos se sueña y cada 90 nos despertamos brevemente para volver a iniciar el periodo. Si una persona duerme las horas adecuadas y completa el ciclo, descansará mejor.

¿Cómo dormir bien?

“Los tres pilares para ser una persona sana son: ejercitarse, alimentarse bien y dormir las horas necesarias; el mejor momento para dormir, de acuerdo con la geografía de México, es entre las 11 de la noche y las siete de la mañana”, indicó Haro Valencia.

Para obtener un sueño profundo, el universitario recomendó ubicar la posición favorita, sentir el flujo de la respiración a partir de la nariz y, con los ojos cerrados, concentrarse en ella.

Además, exhortó a quienes sufren de insomnio a evitar descansos diurnos, disminuir el consumo de sustancias estimulantes, mantener horarios regulares, reducir la ingesta de líquidos por la noche, evitar realizar en la cama actividades que aumenten el estado de alerta, retirar relojes de la recámara, en caso de vivir en zonas ruidosas o iluminadas utilizar tapones auditivos y/o antifaz, y cambiar el colchón cada cinco años.

 

(Brenda Lugo)