El lunes pasado seis niños fueron violentamente asesinados en un hecho que conmocionó a la sociedad mexicana.
La familia LeBarón fue atacada por un grupo armado en los límites de Sonora y Chihuahua cuando viajaban en tres vehículos.
De los niños, algunos murieron calcinados dentro del auto que fue incendiado por integrantes de grupos criminales, y otros más, quedaron sobre el paso, asesinados con impactos de bala en el cuerpo. Ninguno de los menores tenía más de 12 años de edad.
Entre las víctimas estaba Howard, de 12 años; Krystal, de 10 años; Trevor, de 11 años; Rogan, de 3 años; y Titus y Tiana, de sólo ocho meses.
Pese a que la versión oficial del Gobierno Federal indica que “pudo haber sido una confusión”, la tragedia que vivieron estos pequeños es una realidad que ha permeado desde hace años, y en todas partes del país, cuando la violencia se desató con la llamada Guerra contra el Narco, en el 2006, durante el sexenio de Felipe Calderón.
16 mil niños y niñas asesinadas en la Guerra contra el Narco
Desde inicios del 2006, hasta lo que va del 2019, han sido asesinados por el crimen organizado más de 16 mil niñas, niños y adolescentes, según un informe de Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM). Además, hay alrededor de 7 mil niñas, niños y adolescentes desaparecidos.
Pero ante la política de seguridad del actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, y sus discursos sobre disminuir la violencia en el país, los niños siguen siendo víctimas colaterales por el incremento de violencia.
En el primer semestre de este año, asesinaron a 552 menores de edad; es decir, un promedio de tres al día, de acuerdo con datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Esto significó un incremento del 2.6 por ciento con respecto al segundo semestre del 2018.
(Foto: cuartoscuro)
En abril cuando REDIM hizo el primer corte sobre los niños asesinados en el primer trimestre del año, en donde los mismos datos promediaban a tres asesinatos de menores por día y cuatro desaparecidos, López Obrador negó que esto estuviera sucediendo.
“No tenemos el dato de tres niños asesinados diariamente… Ya lo tendríamos como una gran preocupación. En algunos casos se está apostando a la desinformación y al amarillismo”.
Pese a esta negativa, el 2019, ha tenido hechos que han marcado la violencia contra la infancia en el país.
Minatitlán, Veracruz
El pasado 19 de abril, la masacre de Minatitlán circulaba por todos los medios nacionales incluyendo la foto que marcó los hechos: una fotografía de la matanza dentro de un salón de fiestas, donde se ve el cuerpo manchado de sangre de Santiago, un niño que acababa de cumplir 1 año de edad, y que las balas le quitaron la vida.
Ese día en Minatitlán, una ciudad fuertemente golpeada por la delincuencia, un grupo armado entró a una celebración en un salón de fiestas, disparando a quema ropa contra las personas que se encontraban en el lugar. Ese día murieron 13 personas, incluyendo el bebé.
Datos del SNSP, indican que Veracruz, es el cuarto estado con más asesinatos de niñas y niños, con 37 casos.
En primer lugar está Guanajuato, con 74 casos; le sigue el Estado de México, con 58; Jalisco, con 38; y Veracruz con 37.
Empalme, Sonora
Otros hechos han ocurrió en Sonora, donde en el primer semestre sumaron 9 casos de niñas y niños asesinados. Pero para septiembre de este año, un hecho conmocionó a los pobladores del municipio de Empalme.
Dayron, de 8 años de edad, y Keyla, de 2 años, fueron quemados en su propia casa por un grupo de sicarios.
El ataque fue alrededor de las 18:00 horas del 10 de septiembre, cuando un comando atacó el domicilio de la colonia Libertad.
Los sicarios primero abrieron fuego contra la vivienda y posteriormente entraron de manera violenta para privar de su libertad a José de Jesús, de 23 años de edad. Posteriormente rociaron de gasolina la vivienda y prendieron fuego con cuatro personas adentro. Dayron y Keyla quedaron con quemaduras en el 90 por ciento de su cuerpo. Posteriormente, al no soportar las heridas, Dayron falleció en un hospital de Hermosillo.
Ciudad Juárez, Chihuahua
La noche del domingo 25 de agosto –un día antes del regreso a clases-, tres niñas de apenas 4, 13 y 14 años de edad, fueron asesinadas con más de 100 balazos en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Las tres hermanas, Lindsay, Sherlyn y Arleth Sánchez Gordillo fueron masacradas junto con su tío de 25 años de edad.
Las pequeñas fueron asesinadas con armas de fuego de alto calibre, como R-15 y AK-47, los llamados “cuernos de chivo”.
En esa ocasión, el fiscal de la zona norte, Jorge Nava, adelantó que el ataque fue perpetrado por integrantes de la pandilla “Los Mexicles”, que operan en el estado.
El primer semestre del año, Chihuahua tuvo 33 asesinatos contra niñas y niños.
Alto grado de impunidad en los delitos contra menores
Juan Martín Pérez García, director ejecutivo de REDIM, destacó que de cada 100 carpetas de investigación donde las víctimas son niñas, niños o adolescentes, solo hay una sentencia condenatoria.
“No vemos una estrategia diferente de los últimos tres presidentes, hay militarización y centralización en lo federal, no se fortalecen las policías locales y hay muy pocas carpetas de investigación, y cada día menos sentencias por delitos contra esta población”, dijo.
Según Pérez García, la necroestadística se ha convertido -equivocadamente- en la forma de medir el éxito en la guerra contra el crimen, cuando cada persona asesinada tendría que significar un fracaso del Estado para garantizar el derecho a la vida. Especialmente cuando diariamente asesinan a 3.2 y desaparecen a 4 niñas, niños y adolescentes en total impunidad.