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Músicos buscan ganarse la vida entre los panteones de Xalapa

Panteones en Xalapa abrieron por Día de Muertos y los grupos recorren buscando el trabajo que la pandemia les quitó

Escrito en VERACRUZ el

XALAPA, VER.- Con el panteón Palo Verde de Xalapa semi vacío, Sergio, músico de 57 años originario de Misantla, espeta con cierta nostalgia: “Se sufre, la música se sufre. Entre semana nos vamos a los restaurantes, la cosa es que salga”.

El hombre añora los días gloriosos donde la tradición de cantar en los cementerios durante el Día de Muertos estaba en auge y daba para vivir. A él le gustan temas como “Amor Eterno”, “Puño de Tierra”, entre otras canciones.

Sin embargo, este 1 de noviembre los músicos afirman que sólo han dado vueltas en los cementerios ofreciendo sus servicios. Quieren recuperarse después de un año y medio en el que los panteones permanecieron cerrados.

La misma situación la vive Jesús Jiménez y con ellos decenas de músicos que esperan este martes, por fin, recuperarse de la adversidad de la pandemia.

De hecho, como ellos se encuentran incluso quienes, hasta antes de la pandemia, tenían un trabajo formal en la entidad. Recientemente el Gobierno de Veracruz informó que al menos 48 mil 371 empleos no se han recuperado.  

En este escenario adverso, los músicos esperan, entre los muertos, revivir su tradición y ganarse la vida.

TRES CANCIONES A 100 PESOS

Sergio y Guillermo, ambos músicos nacidos en Misantla, llevan diez años cantando en los panteones de Xalapa en su agrupación “Los amigazos del Valle”. Suelen estar presentes en días muy específicos y celebrados como el día de la madre, el del padre y en fiestas de los Fieles Difuntos.

Pero este año no es lo que esperaban. Durante la concurrencia de estas festividades tanto en 2020 como parte de este 2022 los músicos han debido idear nuevas formas de mantenerse en el oficio que saben desde hace tiempo.

“No ha habido mucho jale. Está bien tranquilo, de hecho, entran -los visitantes- y no quieren, con las mismas se van”, dice el hombre con su guitarra colgada en el hombro que espera que el 2 de noviembre se recuperen.

Pero las nuevas reglas no juegan por completo a favor de los músicos: si bien con motivo de una celebración tan arraigada en la cultura mexicana el gobierno accedió a abrir los panteones, no se permitirá a la población pasar tanto tiempo dentro de ellos.

De hecho, algunos municipios han establecido lapsos de entre 15 a 30 minutos para que dos personas por familia -como regla general- pasen a visitar a sus familiares y seres queridos que ya no están.

“Llegamos como a las 10, poco jale, otros años a estas horas ya estaba lleno todo esto, estamos esperando a mañana, que es el mero día”, dice confiado.

Junto a su compañero forman parte de las agrupaciones que tradicionalmente se han dedicado a cantar en los panteones; en el caso de los “Amigazos del Valle” tienen la ventaja de amenizar fiestas particulares, acuden a ferias y llegan a todo evento donde sean llamados.

Y aunque en estos festejos tienen como tarifa estándar cantar tres canciones por cien pesos, ahora están dispuestos a negociar por completo con los clientes, sabedores de que el impacto negativo de la pandemia fue generalizado y no sólo para su gremio.

“Tres canciones por cien pesos, ya si dicen cuatro, pues nos echamos cuatro; ahí como le conviene a uno, también hay que ponerse sensible a la gente”, dice.

“Los Amigazos”, que siempre han tenido una inclinación por la cantada saben que otro requisito indispensable también es actualizarse para poder seguir accediendo a contratos, formales e informales.

“Tener de todo, tener un poquito de todo porque así es la música. Si vamos a un contrato ahí te van a pedir cumbias, boleros, norteños y corridos. Hay que estar actualizados”.

ESPERAN ENTRE LAS TUMBAS 

Sentado al pie de una tumba con su acordeón en las manos, Jesús Jiménez que lleva 20 años en la música y nació en Estanzuela, Coatepec, admite estar igual de temeroso que el grueso de la población ante la pandemia que no se termina.

“Como que no les interesa mucho ya la música. Como aquí pocas personas que nos piden la música, a lo mejor mañana se compone”, dice.

Jesús se acompaña de su hijo para tocar las melodías más tradicionales en estas fechas, como “Amor eterno” pero cuando se acaba esta temporada, debe buscar otra fuente de trabajo pues el oficio ya no le permite vivir de eso, máxime que su esposa aún depende de él.

De esta forma, solo recurre a la música cuando tiene un contrato particular, pues a diferencia de “Los Amigazos del Valle”, en su caso ya no es llamado para tocar en las ferias de los alrededores.

“Antes sí -le daba para vivir de la música- y no había necesidad de trabajar en otras cosas como la albañilería, pero ahora sí ya hay que entrarle porque en esto ya no da, es muy poco”, admite.

La situación preocupa a Jesús, pero se mantiene optimista “que a lo mejor no tarde mucho esta pandemia” y pueda tener un respiro a través de esto que tanto le gusta, pues para él es una de las mejores tradiciones.

“Primero veníamos y nos llamaban de por acá, nos llamaban de por ahí y a veces ni abasto nos dábamos, nos iba un poco más regular. Pero ahora bajó de tal manera que ya no es lo mismo. Ahorita en toda la mañana dos personas nos han solicitado canciones de todos los que van entrando y nada más”, lamenta.

El hombre, que aprendió a tocar a través de otros colegas espera con paciencia tener un repunte este martes. Mientras, se aferra a toda posibilidad de tocar sus instrumentos y cantar las canciones que le piden.

“Donde nos llamen, ahí estamos”, finaliza.