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"Me voy a morir, pero no de VIH", Juan vive con el virus desde hace 4 años

Juan fue diagnosticado con VIH hace cuatro años, en el Día contra el VIH/SIDA cuenta que pese al estigma intenta llevar una vida como la de todas y todos

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Escrito en VERACRUZ el

Una nota en el periódico local sobre el aumento de casos de personas con VIH/SIDA en el estado de Veracruz, alertó a Juan para realizarse un diagnóstico. Su preocupación derivó meses atrás pues mantuvo relaciones sexuales sin condón.

“Ya en otras veces me había hecho el estudio, estuve esperando, cuando ya me nombraron; me dijeron que esperara para que pasara con el doctor, ahí supe que algo no estaba bien. Sentí escalofríos y me paralicé”, contó.

Hace cuatro años fue diagnosticado con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), a la edad de 27, sintió que el mundo se le acabaría, sin embargo, no fue así. Hoy a sus 31 puede decir que goza de buena salud e incluso no le teme al covid-19.

Todos los días toma una pastilla de antirretroviral que lo ayuda a mantener sus defensas fuertes, un tratamiento que debe de seguir al pie de la letra durante toda su vida.

“Yo en estos cuatro años de vivir con ello, nunca he tenido un problema de salud, yo me siente y me veo muy bien, muy sano. Todas mis funciones biológicas están intactas”, dijo.

Incluso señala que el virus se volvió indetectable en su sangre, por lo que realiza sus actividades cotidianas como cualquier otra persona. Al igual que en el ámbito sexual, todo con las precauciones que el médico le indica.  

Pese a que actualmente se encuentra bien, a inicios del diagnóstico dice fue un proceso que tuvo que vivir en soledad. Algo que la mayoría de las personas que son diagnosticadas con el virus sufren.

“Todos teníamos miedo de no saber qué me iba a pasar, incluido yo. En mi vida emocional, pase un evento muy traumático y estuve como 15 días llorando, como cuando muere alguien muy cercano a ti”, dice.

A diferencia de otros testimonios que conoció de personas con VIH, él no sufrió ningún tipo de discriminación en su trabajo, ni en el ambiente familiar.

Sin embargo, señala que aún persiste el estigma hacía las personas con VIH, en especial en algunos centros de salud. Donde se vive el primer contacto con los pacientes diagnosticados positivos.

El camino que los pacientes recorren en los centros de salud se mezcla con la desinformación de las personas con VIH y el estigma que hay entre los servidores públicos, aseguró.

“Siempre postergan tu atención, cuando te tratan tú miras un desdén, una aversión cuando hay contigo o cuando te dicen sobre tu tema, ves una diferencia y parece que esta diferencia tiene que ver con esta profunda desinformación por parte de las instituciones que atienden el sistema”, señaló.

Veracruz entre los primeros estados con más casos de VIH

Patricia Ponce coordinadora del Grupo Multisectorial en VIH/sida del Estado de Veracruz, señala que el estado  ocupa el segundo lugar en casos de VIH y el tercero en casos de SIDA, así como el primer lugar en mortalidad femenina en mujeres embarazadas portadoras del virus.

“Somos el estado que más mujeres con VIH/SIDA aporta al contexto nacional, los municipios que tienen mayor número de casos con tanto de VIH como SIDA serían: Veracruz primer lugar, el segundo Coatzacoalcos y tercer lugar Xalapa, que luego se lo pelean con Poza Rica”, aseguró Patricia Ponce.

Según el Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (Conapred), el primer caso de VIH que se detectó en el estado de Veracruz fue en el año 1985, dos años después de que las autoridades confirmaran al primer paciente positivo en el país.

Desde entonces el estado acumula 30 mil 521 personas contagiadas, en el primer lugar está la Ciudad de México con 44 mil 810 y México con 32 mil 074, de acuerdo a los informes del Sistema de vigilancia epidemiológica de VIH  del segundo trimestre 2021 que proporciona la Secretaría de Salud.

En este año se tienen el registro de 625 personas con el virus, una cifra que es considerablemente baja a comparación de los primeros años de la detección de la enfermedad en el estado que rebasaba los 17 mil pacientes.

Patricia Ponce señala que esta cifra no podría no ser exacta, debido a que la pandemia de la covid-19 detuvo la realización de pruebas para detectar el virus.

Aparate de eso, indica que las autoridades de salud se volvieron más renuentes a compartir las cifras exactas por municipio, ya que ni siquiera por transparencia pueden obtener un número exacto de personas contagiadas por municipio.

“Frente a esta epidemia del covid se les olvidó la otra, la del VIH. Entonces, cifras y datos difíciles y los que tenemos son cifras que no son reales porque como se han dejado de hacer pruebas de detección oportuna del VIH, entonces pareciera ser que hay menos casos, pero no, lo que pasa es que se hacen menos pruebas”, aseguró.

Desabasto de medicamentos en municipios

Además de la escasez de pruebas, otro de los problemas que originó la pandemia fue el desabasto de medicamentos en municipios del estado, aseguró Patricia Ponce.

Los reportes fueron frecuentes en la zona de Córdoba, Orizaba, Veracruz, Coatzacoalcos y Minatitlán, esto en los Institutos Mexicanos del Seguro Social (IMSS).

Otra de las instituciones que registró este desabasto fueron los hospitales de Pemex y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE).

Mientras que en los Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención en SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (CAPASITS), que son los lugares donde se atienden por lo menos a 10 mil personas que no cuentan con seguro social, la asociación detectó retrasos en la entrega de antirretroviral en tres de los cinco institutos que hay en todo el estado. 

“Lo que hemos tenido desabasto es la atención integral, porque en los CAPASITS son centros ambulatorios, ahí lo que se le hace a las personas que se atienden es tomar sus signos vitales, psicología, nutrición y se les entrega su medicamento. Cuando se viene la epidemia de covid estos centros se cierran y solamente se convierten en centros de receta”, dijo.

 

Después de un año y medio, los centros volvieron a abrir sus puertas, no obstante, Patricia Ponce aseguró que esta desatención causó que muchas pacientes con VIH retrasaran su tratamiento, mientras otra cantidad muriera en la clandestinidad.

Aunque Juan no fue parte de los pacientes que vivió esta falta de medicamentos, aseguró que personas cercanas a él, en especial de municipios alejados de la urbanización, se enfrentaron a esta desatención.