Para muchos adultos mayores de 65 años, el apoyo de gobierno “65 y más” significa tener para comer y cubrir gastos durante dos meses, sin embargo, para Maura esto no será posible, pues su hija le dejó 200 pesos de los tres mil que le corresponden.
La mujer que dice no recordar su edad seca sus lágrimas con su blusa verde, mientras recuerda el día en que su hija Petra la llevó de prisa a cobrar el apoyo y “como yo no puedo caminar, ella fue”.
Tras recibir el dinero, Petra invitó a Maura a comer, pero como Maura ya había desayunado prefirió regresar a casa. Fue así, como le “quitó” los tres mil pesos y sólo le dejó 200 para dos meses.
“No llevo ni un pinche quinto, no vi nada de dinero”, asegura Maura.
La tarde de este viernes 9 de julio, en las calles de Omealca (3 mil 780 habitantes) a casi una hora de Orizaba se podía ver a Maura entre las calles del lugar pidiendo un poco de dinero para comer.
“No he desayunado nada (…) tengo que salir a pedir limosna”, cuenta entre lágrimas.
A pesar de que asegura le da miedo salir a las calles de Omealca por su torpe caminar, la necesidad por conseguir algo de comer y la nula ayuda por parte de sus hijos la orillan a abordar a vecinos por apoyo.
Con su “garrote” en forma de bastón, la mujer acudió al módulo de los Servidores de la Nación, donde le explicaron que recibirá el “apoyo” hasta que pasen dos meses, porque lo acababa de recibir, no obstante, le pidieron los datos de su hija para investigar la situación.
Maura es parte de los más de ocho millones de personas adultas mayores de 65 años que recibe pensión del programa “65 y Más”, quienes a partir del bimestre julio-agosto recibieron un aumento del 15 por ciento, es decir, 400 pesos, según datos de Bienestar.
am