PACHUCA.- A dos años de la sequía que desapareció el agua de la Laguna de Metztitlán y dejó una tierra árida con peces muertos, los pobladores ven una esperanza con las recientes lluvias que, de continuar, permitirán reactivar el turismo, la pesca y la agricultura.
Desde la cabecera municipal se hace un recorrido de 30 minutos. Hay dos vías para llegar, la más corta hay que caminar media hora dentro del espacio de lo que fue la laguna hasta la cuenca donde se acumula el agua.
Con el favor de Dios van comenzando las aguas. Bajaron poco a poco los niveles y nos quedamos muy críticos. La laguna es todo, si no hay, falta agua para la siembra, está bien que se reactive porque este clima nos estuvo afectando bien”, mencionó uno de los pobladores.
Al menos 120 familias de pescadores de Metztitlán y Eloxochitlán obtenían sus ingresos con la pesca de bagre, mojarra y carpa, algunas introducidas por ellos mismos por las condiciones fluctuantes de la laguna, hoy ven la posibilidad de retomar sus actividades.
Por lo mismo de que ya no había agua teníamos mucha impaciencia, porque se acaban las plantas ¿y los animales qué comen?, las primeras fotos que salieron –de la semana pasada–, todavía eran mucho lodo, ahorita sí ya se está llenando, sube ahí donde se ve el páramo”.
Los lugareños sacan a pastorear a sus animales en la parte más alta y vigilan la laguna en vehículos o motos, que se atascan en el fango, en espera de un tractor que los auxilie, pero están contentos porque hace meses que no oían el ruido de la lluvia.
El Sistema Meteorológico Nacional (SMN) prevé precipitaciones al menos por 15 días más, mientras en redes los usuarios sugirieron campañas de reforestación para evitar que el espejo vuelva a desaparecer.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE?
Hace dos décadas el cuerpo de agua alcanzaba una profundidad de entre 9 y 10 metros, tiene la función de retener nutrientes y sedimentos arcillosos que permiten la vida de microalgas, además de coadyuvar en la recarga de mantos acuíferos subterráneos y servir como estabilizadora de las condiciones climáticas locales, como la temperatura, que varía entre 29 y 38 centígrados.
Cuando estaba llena, albergaba peces –carpa, baje y mojarra para el sustento de los pescadores–, anfibios, así como patos, garcetas, pelícanos, gaviotas, espátulas, ibis y aves rapaces, pues formaba parte de su ciclo de reproducción, menciona la ficha informativa del sitio de humedales, que forma parte del convenio Ramsar.
PREVENIR CONTAMINACIÓN, EL RETO
Debido a que la zona es de producción agrícola, principalmente de maíz o frijol, la turbidez del agua del río Metztitlán, que desemboca en la Laguna, se agrava conforme se acerca a esta, según datos del plan de manejo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conamp) de la barranca, donde se encuentra el espejo de agua.
Tanto más cerca esté de la laguna, el cauce del río habrá recibido más sedimentos de las laderas, más fertilizantes y agroquímicos de las zonas agrícolas en La Vega y más descargas de drenajes de los poblados establecidos en las márgenes, con impactos en contenido de sedimentos, patógenos, productos químicos orgánicos y nutrientes, menciona el documento.
Otra de las advertencias hace referencia al pastoreo, principalmente de ganado caprino, que es menos selectivo en las plantas que consume y por ende más destructor, por lo que la comisión se pronunció por un uso eficiente de las zonas.
(Fotografías: Oliver García)
¿QUÉ DICE EL GOBIERNO SOBRE LA LAGUNA?
El Plan Municipal de Desarrollo 2020-2024, del alcalde Alfredo Morales Mora, sólo hace una mención del embalse. Lo describe como un fenómeno que puede abarcar hasta 34 mil hectáreas, que data de hace 35 mil años y es capaz de almacenar hasta 326 millones de metros cúbicos de agua en una profundidad máxima de 30 metros, pero no señala estrategias para la conservación o gestiones ante las instancias federales.
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Incluso uno de los caminos que se tuvo la oportunidad de recorrer para llegar a esta se encuentra en mal estado, con porciones de tierra o baches.
El gobierno local, que arrancó funciones el 15 de diciembre, pretende convertirse en Pueblo Mágico e incrementar en 10 por ciento el número de visitantes, con actividades como competencias de ciclismo, una de las cuales tuvo lugar el pasado sábado, impulsar callejones emblemáticos y solicitar una valoración de los monumentos históricos al INAH, así como la creación de “parques económicos”.
sjl