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La lucha en Oteapan apenas comienza: Astrid

La joven de 19 años marchó sola por las calles de Oteapan, denunciando acoso en el marco del 8M; ha sido aplaudida por decenas de mujeres en redes sociales

Escrito en VERACRUZ el

OTEAPAN, VER.- Astrid Martínez nunca imaginó que después de marchar sola por varias colonias de Oteapan, en el día Internacional de las Mujeres, sus redes sociales se saturarían de felicitaciones y solicitudes de entrevistas.

 

Si en 2020 la fotografía de Katia Gómez -mesera xalapeña- se viralizó por apoyar la marcha feminista detrás de un cristal en el restaurante donde labora, este año los reconocimientos fueron para la joven de 19 años de edad, quien se sumó a la lucha millones de mujeres con una pancarta en cartón con la frase “Juntas libres y sin miedos”. 

Una de las causas por las que Astrid decidió salir a marchar por las calles de Oteapan, un municipio de 17 mil habitantes en el sur de Veracruz, es porque en muchas ocasiones ha sido víctima de acoso por hombres de todas las edades, compartió en entrevista con La Silla Rota. 

“Una vez en el kínder, un niño se me acercó y me dijo que me iba a besar, teníamos cuatro años y el niño comía unos chetos que forman parte de la imagen que aún no olvido, y me beso a la fuerza y hasta que vino otro niño me ayudó porque estaba encima de mí, yo no sabía qué hacer”, contó.

En la primaria enfrentó situaciones similares con compañeros de clases, “quienes intentaban besarme o tocarme, pero yo nunca me dejé”.

Aunque una de las peores experiencias la vivió cuando regresaba a su hogar tras salir de la preparatoria; Astrid estudiaba en el turno vespertino y tenía que abordar dos autobuses para regresar a Oteapan desde el municipio de Minatitlán, donde cursaba el bachillerato.

“Una vez me tocó subirme hasta atrás del camión y pues llevaba falda en la preparatoria, y me senté al lado de un señor que no se si estaba borracho y yo puse mi mochila entre los dos; luego sentí que mi mochila se movía y sentí la mano del señor en mis piernas, me dio mucho miedo y no sabía qué hacer”.

Astrid tuvo miedo, pero escribió lo siguiente en su celular: “Si sigues haciendo eso te armo un escándalo”, le enseñó el texto al acosador y ya no la tocó más.

Después decidió bajarse del camión sin decir nada, y cuando se colocó en la puerta trasera el hombre mayor le dio una nalgada, sin darle tiempo a reaccionar. 

“Me bajé con temor e impotencia, pero no tuve de otras más que aguantar y subirme a otro camión hasta llegar a mi casa donde explote en llanto y prometí que no permitiría que eso volviera a pasar”.

Un noviazgo que marcó su vida

Pero no solo en la escuela o camino a casa Astrid fue víctima de acoso, ella asegura que hay un noviazgo que la marcó su vida.

En su adolescencia, Astrid comenzó un noviazgo que duró un par de años y se convertiría en una pesadilla.

“Yo corté por salud mental y decidí alejarme porque no aportaba nada en mi vida; esta persona no lo tomó bien y luego comenzó a marcarme borracho y me decía groserías, aunque ya no éramos nada".

“Incluso me di cuenta de que realmente era un acoso lo que cometía conmigo, porque casualmente a donde yo iba él estaba, él siempre estaba ahí, luego me llamaba, y todos los días aun cuando lo bloquee en Facebook y creo otra cuenta y me volvió a mandar solicitud, realmente me comenzó a dar miedo”, narró Astrid.

El acoso de su exnovio terminó cuando él sufrió un fuerte accidente en motocicleta y durante varias semanas estuvo en cama sin poder caminar.

“Yo aproveché eso para ir a verlo y hablar con él y con su familia, para decirle que me dejara en paz, porque de lo contrario ya actuaría de forma legal en su contra”.

Con nervios decidió salir a marchar

Todos los abusos vividos a sus 19 años fueron suficientes para que Astrid se armara de valor y alzara la voz en el día de la mujer.

Es la primera vez que se suma al 8M y en un principio pretendía acudir a la ciudad petrolera de Minatitlán donde cuenta con amigas integrantes de un colectivo, sin embargo, horas después reflexionó y decidió marchar en el municipio que la vio nacer, donde pocas mujeres se atreven a hacerlo.

“Yo tenía ganas de hacerlo, porque es algo grandioso luchar porque se respeten nuestros derechos básicos, el año pasado no pude participar por trabajos y me quede con las ganas, por eso este año me apure en todo y dije, aunque sea sola, voy a alzar la voz por aquellas que no pueden hacerlo y arme mi cartel y decidí salir a las calles”, explicó.

Admite que al cruzar la cerca de su casa sentía muchos nervios, pero al avanzar sobre la calle Simón Bolívar por donde vive, todas las dudas y temores se disiparon y emprendió su consigna.

“Conforme avanzaba, la gente me decía de todo: muchas personas me aplaudieron, unas me decían estoy contigo, otras me pintaban con el claxon de su automóvil, y no faltó el que se reía, pero no me detuve”, señaló.

Si era necesario Astrid se detenía para explicar a las personas sobre su movimiento, lo cual dice ayudó a que muchos la entendieran y le regalaran una sonrisa.

“La verdad me sentí muy bien cuando me gritaban estamos contigo y fue un momento en que me dio tanta emoción y me dio fuerzas para seguir caminando”.

La joven recorrió toda la carretera transístmica desde la desviación de Oteapan, pasando por el parque central hasta llegar a la Escuela Secundaria General 1 en la colonia El Rincón, donde vive su abuela.

- ¿Cómo reaccionaron tu mamá y abuela?

“Pues al principio se sorprendieron y mi mamá me dijo que, porque no le comenté, quizá hasta me hubiese acompañado y más amigas me dijeron lo mismo. Mi abuela se sorprendió y más cuando vio el cartel, pero le explique y me felicito”, relató.

Una lucha que comienza en Oteapan

Su lucha le ha valido decenas de comentarios positivos en redes sociales, pero sobre todo en la inspiración de jóvenes mujeres que le han pedido sumarse al movimiento y algunos consejos.

“Me dicen que haga otra marcha y que me acompañaran, muchas chicas me dicen que se sienten identificadas conmigo, jamás imaginé que causaría tanta impresión en ellas, pero eso es bueno y creo que de algo sirvió luchar sola”, expresó muy contenta.

De igual forma, colectivas y grupos de mujeres en defensa de sus derechos reconocieron la acción de Astrid.

“Esta diosa se llama Astrid, tiene 19 años y marchó sola este 8 de marzo contra la violencia machista en Oteapan, Veracruz. Mana, acá está tu manada, qué chingona eres. Has sembrado una semilla poderosísima”, publicó en sus redes sociales oficiales el colectivo Las Brujas del Mar.

Pero Astrid no quiere que su marcha quede en un simple reconocimiento, por lo que está dispuesta a formar un grupo de apoyo a las jóvenes de Oteapan y la región; incluso pretende realizar una marcha donde invitará a las mujeres que quieran sumarse.

 “Creo que eso requiere de mucho esfuerzo y pues ya estoy pensando que marchemos juntas, porque si estamos juntas todo mejorará, si estoy pensando en que esto avance primero con una marcha y luego un grupo de trabajo en apoyo a las mujeres jóvenes principalmente”, confirmó.

Dice que está dispuesta a seguir con esta causa solo o acompañada y ahora más que nunca pues ya se convirtió en un ejemplo para las mujeres de Oteapan.

“Hay que seguir, porque esta lucha apenas comienza en Oteapan”.

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