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La bala de un policía mató a Jonathan, familia exige justicia

La versión oficial es que Johathan derrapó en su moto, al ser perseguido por los policías, quienes al supuestamente auxiliarlo, se les escapó un disparo

Escrito en VERACRUZ el

Veracruz, Ver.- Un grito desgarrador termina con el silencio que por largo rato se impuso en el 1695 de la calle Miguel Lerdo de Tejada de la zona centro de la ciudad de Veracruz, el cuerpo de Jonathan Niño Flores es velado en la funeraria La Piedad.

Su madre apenas encontró el tiempo para lamentar la muerte de su hijo asesinado por la bala de un Policía Municipal hace exactamente 24 horas, en el fraccionamiento Colinas de Santa Fe.

La mujer es rodeada por sus familiares, que hacen guardia al ataúd que se observa desde afuera, a través de los ventanales de la funeraria. La compaña el papá de Jonathan, sus tías, sus abuelas y los dos niños de 8 y 9 años que quedan huérfanos.

Hasta ahora, no existe una versión oficial o pronunciamiento de alguna de las corporaciones que prestan servicios de policía preventiva en la ciudad de Veracruz y que estuvieron presentes durante los hechos.

La versión recogida por la prensa que cubrió el suceso, es que el joven huía en su motocicleta cuando se le había marcado el alto para una revisión de rutina en el fraccionamiento Colinas de Santa Fe.

Al cruzar por un tope en la calle San Luciano, entre San Joaquín y Santa Bárbara, presuntamente la moto derrapó y él cayó de lleno en el pavimento.

Cuando los agentes se aceraron para recogerlo, en las maniobras a un Policía Municipal se le disparó el arma que portaba y la bala perdida perforó el pulmón del muchacho y se alojó en su cuerpo.

No murió en el lugar, vecinos salieron para auxiliarlo, lo reconocieron porque era quien les repartía gas doméstico desde hace un par de años.

Marco Antonio Niño Hernández, padre de Jonathan, dice que su hijo se encontraba en el fraccionamiento para dejar en su casa a su novia, que lo acompañó a una consulta médica.

En el trayecto empezó la persecución por la patrulla P-117 de la Policía Municipal, con elementos de esa corporación, Policías Estatales y Navales; del motivo de la persecución no se sabe nada, dijo Marco Antonio.

Los testimonios de los residentes que son recogidos en el lugar se dan con desconfianza y cautela; aseguran que Jonathan era perseguido a toda velocidad por una patrulla y por alguna razón derrapó.

De inmediato los policías bajaron de la patrulla y se abalanzaron sobre él cuando un disparo se escuchó. Varios niños se encontraban jugando en la calle, mientras que familias con las puertas abiertas de las casas disfrutaban una tarde que parecía tranquila.

Primero se escuchó un golpe seco como de algo pesado que se había caído y después como un cuete, nos dimos cuenta que era un balazo cuando notamos que la patrulla estaba estacionada, señaló un vecino en condición de anonimato.

Los mismos testimonios son repetitivos en la forma en la que ocurrieron los hechos, coinciden en que el sitio se llenó de inmediato de policías, entre Municipales, Estatales, Navales y Guardia Nacional, luego de que el joven recibiera el balazo.

Al menos cinco patrullas estaban presentes 15 minutos después de lo ocurrido, mientras que paramédicos de la Cruz Roja arribaron más de media hora después de que Jonathan recibiera el disparo que entró por su espalda, a la altura de los hombros, y se alojó en su cuerpo, según lo relatado.

Durante ese tiempo un policía que acompañaban la patrulla en la que viajaba el presunto responsable, mantuvo una de sus manos cubriendo la herida, mientras que vecinos asistieron al joven moribundo en la banqueta.

Parte de estos hechos fueron grabados en vídeo por vecinos, que ahora se encuentran en poder el papá de Jonathan. En una de las grabaciones que muestra se observa la patrulla que siguió al joven estacionado en medio de la calle, delante de la motocicleta y el cuerpo de Jonathan en el suelo.

No se distingue si el policía que auxilia al joven es un agente Municipal o Estatal, pero sí se ve el rostro de una mujer que lo está atendiendo, es la propietaria de la casa en cuyo patio Jonathan cayó y en la que se presume intentó refugiarse.

Un día después de los hechos, relata que solo vio a su hija, que jugaba en el patio de enfrente, entrar corriendo asustada, después de eso un disparo.

Se refugió unos minutos y cuando vio de quien se trataba salió para ayudarlo, le dio agua y lo mantuvo consiente. No supo cómo ni porqué pasó, pero ver el rostro conocido de quien le vendía gas hizo que por humanidad lo atendiera, señaló.

Lo mismo aseguró que le respondió a Policías Estatales, Policías Navales y Guardia Nacional que durante los primeros minutos de los hechos le tomaron su declaración y todos sus datos generales, lo mismo que a Policías Ministeriales que realizan las investigaciones.

El papá de Jonathan tocó varias puertas esperando que los testimonios favorecieran la investigación para aclarar los hechos, pero lo único que encontró es un rompecabezas que mientras arma le hacen creer en la responsabilidad premeditada de los agentes.

“Lo que me dicen es que a media cuadra de donde cayó gritó que lo querían matar, su moto derrapó en el tope y cayó, cuando se repuso intentó refugiarse en una casa, pero uno de los policías le disparó, a sangre fría, cuando lo tenía a menos de 10 metros y podía intervenirlo si era lo que quería”, relató.

Ninguna autoridad explica a los familiares de Jonathan cual era el motivo de la persecución, solo saben que el agente policiaco responsable se encuentra detenido en espera de que avancen las investigaciones de la Fiscalía Regional de Veracruz.

“Nos sentimos desamparados porque es una lucha contra el mismo gobierno”

Marco Antonio Niño Hernández recibió la llamada de uno de los compañeros de trabajo de Jonathan, quien le rápidamente le contó lo sucedido y le dijo que su hijo se encontraba grave en el Hospital del IMSS de Cuauhtémoc.

No alcanzó a verlo, cuando llegó ya había muerto. Pero asegura que logró ingresar al Área de Urgencias, en donde el primer reporte que recibió fue que Jonathan tenía tres disparos en la espalda.

Más tarde el reporte fue corregido y le informaron que solo se había tratado de una bala, pero que fue letal por causar daños en el pulmón.

Marco Antonio dijo que en ese momento fue abordado por personas que se presentaron como funcionarios de la Fiscalía General del Estado, quienes le ofrecieron apoyo para cubrir los gastos funerarios, lo que le hizo dudar de la versión de un accidente.

Hasta ahora, en la Fiscalía le informaron que debe de presentar la denuncia por homicidio en contra del agente de la policía que supuestamente se encuentra detenido, sin embargo, para que se siga el proceso le pidieron reunir a testigos presenciales de los hechos o, de lo contrario, el detenido será liberado.

El papá de Jonathan afirmó que visitó varias casas de personas que observaron los hechos, pero en todos los casos solo recibió negativas de testificar, por temor a represarías.

En la Fiscalía afirmó que se le negó conocer el nombre del detenido y a qué corporación pertenecía, ya que tampoco tiene certeza de la denominación del policía que activó el arma, dado que en la ciudad de Veracruz los servicios se prestan de manera conjunta entre policía Municipal, Estatal y Naval.

Fuentes oficiales confirmaron a este medio que el responsable es un Policía Municipal, quien tras los hechos se puso a disposición de las autoridades.

Las pruebas reunidas por familiares de Jonathan son el número de la patrulla, varios vídeos posteriores a la persecución en el que se ve a su hijo en el suelo y la certeza de que la bala que se alojó en el cuerpo de Jonathan provenía de un arma activada por un agente policial.

Para él son suficientes para que los hechos sean investigados a fondo y esclarecidos, se castigue a quien resulte responsable y se cubra la indemnización por los daños que causaron a sus nietos.

La exigencia de justicia

La voz de Irene Flores, madre de Jonathan, se quiebra, pero es firme, quiere justicia por la muerte de su hijo, la cual tiene certeza que ocurrió con el arma de un policía que lo perseguía sin dar razón hasta el momento del motivo.

La mujer rechaza la versión del accidente, le resulta inverosímil que agentes entrenados para el uso de armamento sean descuidados y las activen en contra de alguien desarmado y a quien tienen a menos de 20 metros de frente tendido en el suelo para poder detenerlo.

Irene lamenta que su hijo haya sido tratado como un delincuente, cuando no se ha podido comprobar cuál era el verdadero motivo por el que fue intervenido por elementos de la policía.

Para ella, se trataba de un joven dedicado a su familia, en un empleo fijo que siempre cuidó y en el que, hasta su muerte causada por una presunta detención arbitraria, tuvo buenas referencias de sus jefes.

Irene grita justicia por la muerte de quien asegura se esforzaba por hacer a su mamá feliz con bromas y una vida fuera de problemas.