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Insabi dejó al pequeño Leonardo sin medicamento contra convulsiones

Por desaparición del seguro popular la familia del menor en Xalapa batalla para obtener medicamentos y atención para el pequeño Leonardo

Escrito en VERACRUZ el

Xalapa, Ver. - Durante sus primeros 4 años de vida Leonardosufrió de gripa y tos, algunas semanas su salud mejoraba, pero era frecuente el escurrimiento nasal y el carraspeo. Para lidiar con los síntomas de la enfermedad sus padres le daban jarabe, suero y antibiótico que le recetaban en el centro de salud o farmacias.

El virus que le provocaba la “gripa” se volvió resistente a los antibióticos. Tras un año de incubar en su cerebro le provocó una severa inflamación que lo llevó a convulsionar. Hoy debe tomar al menos ocho medicamentos diarios para controlarse. El diagnóstico médico fue encefalitis viral. 

La desaparición del Seguro Popular, que garantizaba los servicios médicos a la población más vulnerable, provocó que el medicamento que requiere Leo para controlar las convulsiones no pueda proporcionárselo la Secretaría de Salud(SSA). 

Su enfermedad no es parte del catálogo de padecimientos que atiende el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), que creó el gobierno de Morena.

Además, la pandemia obligó al cierre del Centro de Rehabilitación e Integración Social de Veracruz (Crisver)donde el menor recibía terapia, pues la encefalitis causó graves estragos en su cerebro y su motricidad.

Desde su nacimiento Leo fue incorporado al Seguro Popular, creado en 2003 en el gobierno de Vicente Fox y que desapareció en diciembre del año pasado por decreto del presidente Andrés Manuel López Obrador y se sustituyó por el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), que sigue en proceso de integración y que hoy ya no brinda atención a enfermedades como la encefalitis de Leonardo.

LA HISTORIA 

Karen Hernández Alonso, madre de Leonardo, cuenta que ella fue incorporada al Seguro Popular desde el año 2010. Su hijo nació en 2015 y los gastos médicos por el parto los cubrió la SSA.

A los 10 meses, Leonardo o Leo, como le dice su mamá, fue diagnosticado con desnutrición severa, y le detectaron una patología denominada criptorquidia, uno de sus testículos no bajó, por lo que necesitaba una operación.

Durante tres años llevó seguimiento de los dos padecimientos, pues para poder ser operado debía mejorar su peso. Ya en 2018 entró a quirófano, pero los resultados de la operación no fueron los esperados. Pidieron a sus padres dejar pasar un poco de tiempo para someterlo a una nueva operación.

En octubre del año pasado, ingresó al Centro de Alta Especialidad (CAE) Doctor Rafael Lucio con síntomas de “dengue”; el 2019 fue un año en el que el padecimiento generado por el mosco Aedes aegypti impactó entre los veracruzanos, ubicando a la entidad en el primer lugar a nivel nacional con el mayor número de casos acumulados.

Tras varios estudios médicos y de laboratorio, algunos de ellos se enviaron a España, una cirujana pediatra confirmó a sus padres que un virus infectó su cerebro, lo que provocó una severa inflamación y convulsiones. La gravedad de su enfermedad llevó a los médicos a inducirlo a un coma para reducir la hinchazón. 

“El cerebro se inflamó demasiado y lo llevaron a terapia intensiva. Nos informaron que nosotros no podíamos estar con él como padres, él tendría una enfermera las 24 horas a su cuidado. Le daban más de 8 medicamentos para controlar las convulsiones; lo tenían tapado de ojos y oídos, sin ningún tipo de roses o movimiento porque convulsionaba”, platica Karen.

En enero de este año Leo fue canalizado al Crisver para empezar a recibir terapia, a consecuencia de la encefalitis su cerebro decreció y hoy tiene problemas motores, de habla, de crecimiento y no tiene la fuerza en piernas, columna y cadera para mantenerse sentado.

La terapia solo duró un par de meses, pues en marzo les informaron que el centro de rehabilitación cerraría a consecuencia de la pandemia por el virus Sars CoV-2. Lo que nuevamente mermó en la salud del menor.

En marzo sufrió nuevamente de convulsiones y en el CAE le dieron un nuevo medicamento y se le aumentó la dosis de otros que ya recibía. Al momento de pedir se surtiera la receta se informó que el Centro de Alta Especialidad ya no proporcionaría los fármacos.

La explicación que se dio a los padres es que el Insabi, organismo descentralizado que se creó para brindar servicios de salud a la población, ya no cubría ese tipo de padecimientos, por lo que debían comprarlos en alguna farmacia de la ciudad. 

La pandemia también ha limitado que en sus recaídas Leo pueda ser atendido en el CAE, pues en este momento funciona como hospital covid, por lo que, en junio, cuando volvió a convulsionar, lo llevaron a un hospital privado, tras cuatro horas de estar internado les cobraron 4 mil pesos. 

“En junio vuelve a convulsionar, ya lo veíamos muy mal, pasó días sin comer, con 8 medicamentos y con sedantes. Era un trapito, lo cargábamos y estaba muy débil. Fue entonces que lo llevamos al hospital Ángeles, con el doctor Miguel Arnulfo Perfecto, comenzamos desde cero, vio su tomografía, resonancia y nos comentó que su cerebro dio a tope, y nos dijo que el virus le dejó el cerebro chiquito”.

La atención que el menor recibe con un médico particular ahora es financiada por sus padres. Su papá es taxista de oficio y su mamá prepara postres, vende productos por catálogo y reciben donaciones o regalos de personas que los contactan a través de la página https://www.facebook.com/LeonardoDaniel232015/.

En el caso de la criptorquidia, el otro padecimiento que afecta a Leo, que de no atenderlo le podría generar cáncer, también tendrá que ser atendido en una clínica particular. El médico que lo atendía les mencionó que en tanto dura la pandemia no podrá darle seguimiento y la operación ya no será financiada por el Estado.

ygr