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VERACRUZ

Huracán Grace: desabasto, devastación y olvido en Veracruz

En Poza Rica viven una guerra constante entre la falta del suministro eléctrico y el desabasto de insumos para el hogar; se sienten olvidados

Escrito en VERACRUZ el

POZA RICA, VER.- Antonia, de 84 años, no pudo entrar a su casa en Poza Rica. Los candados se oxidaron por el paso del huracán Grace, y con sus pocas fuerzas no logró repararlos. Pidió ayuda a un vecino más fuerte, pero el trabajo fue en vano. 

En su mirada refleja tristeza y desespero. Sabe que si no entra a su pequeña vivienda de lámina los vecinos de la colonia “Morelos” le pueden robar sus cosas: el colchón, las paredes y el techo de lámina. 

 

“No puedo abrirla. No tengo fuerzas. Vengo a verla porque luego roban las cosas, pero de aquí afuera veo todo”, dijo.

 

En Poza Rica, más de 300 mil personas se vieron afectadas por los vientos de 250 kilómetros por hora que trajo Grace. No tienen energía eléctrica, les faltan hielos para medicinas y alimentos, perdieron sus viviendas y los hoteles están saturados. 

Mientras personas como Antonia deambulaban alrededor de sus casas en busca de subsistir y resistir, periódicos y medios digitales en Poza Rica replicaban la noticia del accidente en helicóptero del secretario de gobierno de Veracruz, Eric Cisneros. 

A los pozarricenses poco les interesa saber cómo está Cisneros. Necesitan recuperar el techo que perdieron, comer al menos una vez al día y esperar a que el gobierno les ayude a salir del desastre. 

Colonias como en las que vive Antonia, así como, la que está a escasos 30 metros “La Granja, son las que se encuentran en “Asentamientos irregulares”. Se trata de 23 pequeñas colonias a las afueras de Poza Rica, que no cuentan con servicios básicos por no tener título de propiedad.

Justo ahí, rodeados de árboles y domos caídos está Antonia y sus vecinos. Limpian, recogen y se preocupan. “Lo importante es que estamos vivos”, expresó. 

La mujer que espera la llegada el apoyo “65 y más” llamó a su perro guardián para regresar a la casa de su hijo, a unos metros de distancia; su hija enferma y familiares la esperan. 

A pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que censarán los municipios más afectados por el huracán Grace, en algunos lugares de Poza Rica, no ven claro. 

La coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez Alzúa informó que a partir del 25 de agosto iniciaría el censo en los 24 municipios más afectados por el huracán Grace, entre los que se encuentra Poza Rica. Desde días antes personas sin identificación caminan por las casas de la “Morelos” y “La Granja” a pedir nombres. 

En su desesperación, familias completas le entregan sus datos personales. Confían en que alguno de ellos les dará apoyos. 

Antonia dice que sí a cualquier persona que le ofrezca ayuda, no es la primera vez que vive un huracán, pero sí la primera en la que un kilo de tortillas llega a costar 40 pesos. 

La tortilla en Poza Rica costaba entre 15 y 18 pesos el kilo, sin embargo, desde que se quedaron sin luz y comida, las tortillerías comenzaron a venderla hasta en 40 pesos. 

Aprovecharon que nadie más podía hacer tortillas por la falta de luz, para incrementar los precios. 

 

De acuerdo con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) fueron 806 mil 363 usuarios los que se quedaron sin energía eléctrica. Antonia fue una de ellas.  Desde la noche del 20 de agosto -un día antes de que Grace tocará piso veracruzano- los focos se apagaron. 

Es por esto por lo que guarda sus pocos ahorros. Al ver pasar a una mujer con bolsas de masa en la mano, piensa que cuestan más de 20 pesos el kilo. Se niega a comprarlo. 

 

“Masa, masa, masa a 10 pesitos”, gritaba la mujer.

 

Algunos vecinos no lo creyeron y preguntaron para confirmarlo. Sabían que la tortilla y el hielo cuestan más que una cena sencilla. 

La mujer agradece que las medicinas de su hija con discapacidad no tienen que refrigerarse, pues sin luz y con las bolsas de hielo a 80 pesos, no le alcanzaría. 

Los pozarricences como María viven con hielo escaso. Las más reconocidas productoras en la ciudad están cerradas, y las que no, solo atienden a los revendedores. Estos compran al mayoreo y luego las ofrecen al triple de su precio. 

Enfermos de bajos recursos quieren comprar una bolsa en tiendas de autoservicio, donde normalmente cuestan de 18 a 22 pesos, pero no tienen.  

El suministro de hielo es escaso, y muchas personas luchan por obtener al menos una bolsa, que los ayude a mantener sus medicinas en buen estado. 

Antonia no necesita refrigerar medicinas, pero sí utiliza masa, casi todos los días. 

¿QUÉ PASARÁ CON SUS CASAS? 

Antonia se refugió en la casa de uno de sus hijos, quien vive un poco más alejado del río Cazones, por lo que la mujer que padece del corazón pudo estar con sus familiares hasta que la lluvia cesó. 

 

Sus vecinos no corrieron con la misma suerte. Con los 100 pesos que logran sacar revendiendo fierro viejo o papeles y cartón, les costó mucho pagar un hotel. 

Los baratos se llenaron al instante, y los otros, costaban mínimo 500 pesos y solo admitían a 4 personas.

No obstante, los hoteles en Poza Rica están llenos. Para reservar una habitación sencilla necesitas esperar hasta el sábado 28 de agosto, porque el huracán orilló a familias completas a dejar sus casas. 

 

“No teníamos casi nadie aquí. Con la pandemia bajó nuestra ocupación, pero con el huracán tenemos todo lleno”, dijo la recepcionista de un hotel.

 

Ante esto, las autoridades estatales y federales aseguraron que apoyaran a los damnificados. 

A través de la Ley del Riesgo de Desastre buscarán sustituir al Fonden y al Fondo para la Prevención de Desastres Naturales (Fopreden), sin embargo, en Poza Rica y Papantla esperan expectantes. 

A una hora de la casa de Antonia se encuentra La Victoria, Papantla, otro de los municipios que se encuentra entre los más afectados por Grace. Ahí, sus vecinos pasan la voz de que “hay gente que quiere láminas y despensas y no las necesita”

 

“Aquí no tenemos agua, no tenemos luz, ni comida. Debería ver como está mi cocina, todo se lo llevó el huracán”

 

Lo saben y lo reconocen. En Poza Rica, Papantla y Tihuatlán, no todos tienen agua, no todos tiene luz y la gran mayoría perdió su casa al igual que Antonia. 

 

Esto es lo que viven los pozarricences y papantecos desde que llegó el huracán Grace. Nadie sale de su casa al menos que tenga que hacerlo, pues “los vecinos no se cuidan”.

Lo sabe Antonia. Desilusionada camina entre las calles lodosas que rodean su casa, regresará al otro día para intentar volver a entrar. 

 

“Lo bueno es que no se cayó”, finalizó.