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Guardias civiles persiguen delincuentes en Xalapa

A pesar de la presencia de la Gendarmería Nacional y cuerpos policíacos municipales y de la Secretaría de Seguridad Pública la ola de asaltos va en aumento

Escrito en ESTADOS el

XALAPA, Veracruz (La Silla Rota).- “Por favor, vecino abra la puerta. Présteme un teléfono para hacer una llamada que a mi hermano le está dando un ataque respiratorio”, son las palabras que escucharon habitantes de la zona sur de Xalapa antes de ser robados por sujetos armados en el interior de sus viviendas. Las agresiones y el corte de cartucho fueron incluidos para quien opuso resistencia.

Los delincuentes fueron identificados por las víctimas, se trata de dos personas del sexo masculino de entre 30 y 40 años edad, que circulan abordo de un vehículo color plateado marca Nissan, modelo Versa, del año 2017, con placas UAT1990, del estado de Puebla. Los datos los proporcionaron en denuncias ante la Fiscalía General del Estado (FGE).

El día miércoles 5 de julio de 2017, al menos tres robos a casa habitación se registraron entre las 21 y 22 horas en la capital de Veracruz, Xalapa, que alberga a los tres poderes del estado. Los atracos se cometieron, no obstante, la presencia de la Gendarmería Nacional y cuerpos policiacos municipales y de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).

Uno de estos delitos se cometió en el fraccionamiento Las Fuentes, habitado en su mayoría por burócratas, quienes desde hace tres semanas se armaron con palos, hachas y machetes para realizar rondines nocturnos.

“Ya tiene bastante tiempo que estamos padeciendo el problema de los robos. Si salimos a cuidar nuestras casas y negocios es porque estamos en el olvido”, explica don Jesús, a quien sus vecinos ya se refieren como “comandante”. Esta noche es quien lidera una “cacería” para hallar a las personas que robaron un domicilio, donde una menor de 16 años veía la televisión.

“Vamos a platicar con una de las afectadas de esta noche. Una persona le pidió el aparato móvil para hacer una llamada y después huyó llevándose ese aparato y algunos más. Allá nos espera un comando que tenemos organizado”, explica el empresario con voz de polizonte.

Son las 23 horas y pocos duermen en Las Fuentes. Un grupo de WhatsApp integrado por 276 vecinos replica en redes sociales las fotografías de los dos presuntos asaltantes que fueron captados por cámaras de seguridad. “Son ellos”, replican los usuarios.

Don Jesús lidera un grupo de cinco jóvenes que patrulla las periferias del fraccionamiento. A falta de alumbrado público, improvisaron una linterna que va conectada a la batería de un automóvil particular. “Con esta lámpara podemos visualizar las áreas verdes, los techos de las casas, que por ahí es por donde han ingresado los ladrones”, comenta el empresario.

Mientras uno de ellos – estudiante de preparatoria- resuena un silbato desde su asiento de copiloto para anunciar la vigilancia a los vecinos de la zona, don Jesús explica que la vivienda robada se encuentra en el sector I, conocido por ellos como la zona “U”.

Ya a una cuadra de su destino, el vehículo de don Jesús es sometido a una revisión por otro grupo de habitantes – como todos los automovilistas que circulan por las inmediaciones-. “Pasen, vecinos”, contesta el vigía encargado y señala con una linterna a la joven víctima, que es socorrida por tres mujeres, entre ellas su madre.

“Yo les abrí la puerta porque creí que necesitaban ayuda”

“Eran casi las 21 horas, escuchaba música y alguien tocó la ventana de la casa con mucha insistencia. Me dijo que era vecino del fraccionamiento y que traía a su hermano que no podía respirar. Incluso me enseñó un inhalador”, introduce María – quien será llamada así por seguridad-.

Con la respiración galopante, María recuerda a su agresor como un hombre de 40 años, que usaba lentes y lucía barba abultada. “Es el mismo que circula en fotografías en las redes sociales, él también agredió a una vecina de edad avanzada, porque opuso resistencia”, refiere la madre.

El sujeto solicitó prestado una computadora y un teléfono celular a María, con un dedo señaló a su automóvil donde otro hombre simulaba ataques respiratorios. “Yo les abrí la puerta porque creí que necesitaban ayuda. No sé cómo, pero me convenció”, recuerda la adolecente.

Una vez abierta la puerta principal, el hombre engrosó la voz y pidió el celular, la computadora portátil y hasta una consola de video juegos Xbox. “Yo ya me sentía nerviosa, no pude decirles que no y se fueron”; los hechos quedaron registrados en la carpeta de investigación UPIJ/DXI/13/4005/2017.

Sin embargo, María retomó las recomendaciones de las guardias vecinales y memorizó las placas del vehículo de los delincuentes; el mismo que fue señalado en tres averiguaciones ante la fiscalía veracruzana y que habría delinquido en las calles Neptuno, Faraón y posteriormente en la unidad Las Haciendas, a ocho kilómetros de Las Fuentes. Los atracos se cometieron en menos de 60 minutos.

Este medio fue contactado por una segunda familia que fue víctima de robo en el fraccionamiento Las Haciendas. De acuerdo con los afectados, el saldo fue de una computadora MacBook Air 11. 6 pulgadas y un celular Samsung Galaxy. Lo anterior, respaldado en la carpeta de investigación UIPJ/DXI/F-25/4013/2017.

El afectado aseguró que escuchó el mismo discurso de los agresores. “Me dijo a que su hermano le estaba dando un ataque respiratorio. No quise abrirle y entonces me mostró un arma que guardaba en su pantalón. Son las mismas placas, los mismos hombres. Ahora que dimos con los datos del vehículo, exigimos a las autoridades a que los detengan”, espetó.

De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, entre enero y mayo de 2017 fueron interpuestas 449 denuncias por diversos tipos de robo:  robo de vehículo, 181 denuncias, robo a negocio: 113 denuncias; robo a casa habitación: 62 denuncias; robo a transeúnte: 51 denuncias; robo –otros- 42 denuncias.

Autoridades omisas, “nos tienen olvidados”

El día termina para los vecinos organizados. Buscaron en el monte, en un canal que cruza al fraccionamiento, en la azotea de las casas. No hubo suerte. Don Carlos, con el ceño fruncido recrimina ante las cámaras, “Necesitamos el apoyo de fuerzas estatales, estamos en el olvido”.

El hombre antes de romper filas, refiere que, a raíz de un asalto a otro de los vecinos, que tuvo como saldo el robo de aparatos electrónicos y dinero en efectivo, se reunieron con el cabildo municipal, el pasado 23 de junio de 2017.

“El alcalde – Américo Zúñiga Martínez- no se presentó a dicha reunión. Prometieron hacerse cargo de la seguridad, reparar el alumbrado público, pero solo vinieron a darse una vuelta y después se olvidaron del caso. Las patrullas de la SSP solo se dan escasas vueltas, se sacan la foto y se van”, abundó don Carlos.

Otro de los funcionarios señalados fue el Fiscal José Alfredo Gómez, quien prometió hacerse cargo de las investigaciones por robo. “Dijo que vendría a tomar huellas dactilares a recabar indicios, pero es la fecha que no se ha parecido por acá”.

Son las tres de la mañana y la veintena de habitantes clausuran la guardia con un pitido. Las labores de vigía deben posponerse. “Es miércoles y mañana hay actividades”, refiere don Carlos -el comandante-, esta vez asume una figura de empresario. 


kach