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"Gracias a mi novio vivo", Guadalupe recibió un trasplante de riñón

Después de tres años de espera, el novio de Guadalupe le donó uno de sus riñones con el que puede tener una mejor calidad de vida

Escrito en VERACRUZ el

“El riñón de mi novio está aquí, conmigo y me está dando vida”, dice Guadalupe, hace cuatro meses le fue trasplantado un riñón donado por su novio Elmer, con el que lleva cuatro años de relación.

Los primeros síntomas que la alertaron sobre su padecimiento, comenzaron a notarse hace tres años a finales del 2017: el cansancio, las manchas en la piel, nauseas y dolor de cabeza, algo que su novio comenzó a notar de inmediato.

Tras estos padecimientos, fue al médico. Guadalupe es originaria de Omealca un municipio que está a cinco horas del puerto de Veracruz, y su clínica se encuentra en Córdoba. 

Al principio los doctores pensaron que tenía problemas en la vesícula, pero después de consultar diferentes opiniones descubrieron que sus malestares eran por problemas en los riñones.

El día que Guadalupe se enteró que padecía insuficiencia renal crónica su mundo cambió radicalmente, a sus 17 años no sabía si aquella respuesta era algo bueno o malo, ni qué tanto le cambiaría la vida.

“Yo no sabía qué era la diálisis, no sabía qué era la insuficiencia renal, desconocía todo eso”, contó.

El diagnostico del médico le dijo que sus riñones tenían unas manchas color blancas anormales. Varios estudios y análisis le confirmaron que esos órganos no estaban funcionando, debido a que no crecieron.

Las primeras indicaciones de los médicos fue que tenía que tomar de inmediato diálisis peritoneal para expulsar las toxinas de su cuerpo.

Guadalupe sabía que después de esto su vida iba a cambiar radicalmente, por lo cual también su relación.

“Antes de la enfermedad ya éramos novios, yo me enferme después, al año. Yo le mandé mensaje en diciembre, pero yo aún no le quería decir nada a él, porque tenía miedo, porque es una enfermedad fuerte y creí que él se iba a hacer a un lado, en ese momento pasaban muchas cosas por mi mente”, dijo.

Para su sorpresa, Elmer estuvo a su lado en todo el proceso, las flores y los detalles para animarla, hicieron que las hemodiálisis y el tratamiento fuera menos complicados.

EN ESPERA DE UNA DONACIÓN

Después de un año en tratamiento, los doctores le dijeron que era candidata a una donación, por lo que su papá era la única persona que podría ser aspirante a ese proceso, ya que sus hermanas eran menores de edad y su mamá solo contaba con un riñón.

Su papá comenzó de inmediato con los análisis correspondientes para ver si era o no candidato, desafortunadamente por problemas de retención de líquidos y otras anomalías que los resultados arrojaron sobre sus riñones, no pudo ser donador de su hija.

Las esperanzas para Guadalupe se reducían cada vez más, pues en la lista de espera para recibir un donante había muchas personas que llevaban años aguardando por uno.

Más tarde los doctores le llamaron pues había una posible donación, aunque delante de ella había otros pacientes que al igual estaban esperando, por lo que Guadalupe tenía pocas posibilidades de ser elegida.

Luego de tres intentos fallidos por buscar un donador, fue su novio quien decidió dar el paso, “yo quiero ser tu donador”, fueron las palabras que Elmer le dijo a Guadalupe.

“El querer donar no significaba que seriamos compatibles, es una serie de procesos, hay que llevar un protocolo de selección”, explicó.

Después de realizarse todos los estudios correspondientes para reafirmar su decisión de ser donador, vino el más importante, que era el de compatibilidad. Salió positivo.

Todo apuntaba que Guadalupe tendría posibilidades para que le realizaran un trasplante, pero llegó la pandemia de la covid que atrasó las consultas y cirugías.

“Todo iba muy bien, pero se atraviesa la pandemia y se suspendieron los estudios y el doctor me dijo que me iban a hablar hasta nueva fecha, hasta que estuviera baja la pandemia (contagios)”, dijo Guadalupe.

Después de tres años de espera fue en el mes de abril que Elmer logró donarle un riñón a Guadalupe, el trasplante se realizó en el Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional (CMN) “Adolfo Ruiz Cortines”, ubicado en la avenida Cuauhtémoc del puerto de Veracruz.      

Actualmente ya se recupera en casa, solo demoraron seis días en el hospital, hasta el momento no tuvieron complicaciones, así como Guadalupe volvió a recuperar su salud.

“Ahorita es diferente, yo vivía por una máquina y ahora es gracias a un riñón de mi novio que me está dando vida y a los médicos”, concluyó Guadalupe.

 

 

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