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Fotografía Luis: 93 años que resisten a la crisis por pandemia

A 93 años de su creación en el puerto de Veracruz, Fotografía Luis sobrevive a la pandemia del covid-19 y a la escasez de trabajo

Escrito en VERACRUZ el

“Ahorita tengo cinco días sin tomar una fotografía”, lamenta Luis Serrano, él y su socio llevan resistiendo la falta de trabajo que la pandemia impuso en el puerto de Veracruz desde hace 11 meses.

La suspensión de fiestas y eventos fue uno de los golpes a los que se tuvieron que enfrentar, esto los llevó a estar seis meses sin trabajar por causa del paro de actividades no esenciales.

"Fotografía Luis" es uno de los estudios más antiguos del municipio veracruzano, antes llamado Fotografía Dixon, lleva 93 años operando en la zona del Centro Histórico.

Hace dos años se cambiaron a un lugar más pequeño debido a que sus posibilidades económicas no les permitían costear una renta más cara, ahora están ubicados en la calle Francisco Canal y esquina Francisco I. Madero.

“La pandemia nos ha pegado durísimo, nadie se ha acercado a echarnos la mano, sobrevivimos por el milagro de Dios, pero de ahí en fuera estamos solos, creo que somos invisibles”, cuenta Luis.

Resignado, aún se acuerda de los años en los que la profesión de fotógrafo era redituable para ellos, las largas filas que se formaban a las afueras del estudio paulatinamente se fueron quedando vacía, actualmente son contados los clientes que llegan a solicitar algún paquete.

Entre la gran variedad de estudios fotográficos que en los últimos años se establecieron en el puerto de Veracruz, la llegada de nuevas tecnologías como el uso del celular y distintas herramientas con las que se puede tomar una fotografía las personas dejaron de requerir sus servicios.

Cambió la cámara por otros oficios

“Esto no da, ya no es negocio, ya solo es para sobrevivir”, afirma Luis. Durante los meses en los que estuvo sin abrir el local tuvo que cambiar de oficio, había días en los que trabajaba de “viene viene”, estacionando carros.

Al igual que muchos de sus compañeros que cambiaron de giro, se dedicó a la venta de comida, además está en proceso de renovar su licencia de conducir para trabajar como taxista.

“Hay veces que no sale y me tengo que completar con lo que gano de propinas, pero ya no, nomás es la sobrevivencia es la casa, hay que pagar luz, los gastos de toda la familia”.

De su sueldo depende una familia entera, ya que él y su esposa aún cuidan a tres de sus nietos, quienes son menores de edad.

Su esposa es la única que lo ayuda para solventar los gastos de su casa, ambos son adultos mayores y pese a contar con la ayuda del programa de pensiones que ofrece el Gobierno Federal, admite no ser suficiente, por lo que Luis sigue yendo a trabajar, con el riesgo por su edad.

Teme contagiar a su familia

Luis no teme contraer el virus, dice que sí cree en su existencia, pero que la necesidad lo obliga a salir cada día a trabajar, lo único que le causa temor es que debido al riesgo al que se enfrenta pueda contagiar a su esposa y sus nietos.

“Aunque tenemos los tapetes (sanitizantes) en la entrada de la casa no es lo mismo, tenemos que llegar a bañarnos, pero desafortunadamente no se puede dar de salir”.

Luis asegura que ya se encuentra preparando sus documentos para poder ser acreedor de la vacuna para el covid-19, pues a sus 71 años todavía tiene la energía de seguir laborando.

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