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“Era un niño”, despiden a Brian Emanuel en cementerio de Tejería

Familiares de Brian Emmanuel, de 12 años, se enteraron de que cayó a la alcantarilla después de escuchar los gritos de vecinos en Chivería

Escrito en VERACRUZ el

Vania Barcelata se niega a hablar. Sus únicas expresiones vienen de su rostro, que se le deforma por el duelo mientras ve a su hijo de 12 años por última vez a través de la ventana del ataúd.

Al fondo del cementerio de la localidad de Tejería, en el municipio  de Veracruz, un puñado de gente se despide de Brian Emmanuel a la vez que le rinde  aplausos entre coronas y flores blancas.

Sus familiares, amigos de secundaria y algunos de sus maestros pasan uno a uno a despedirlo antes de que su ataúd baje a la tumba donde sepultarán sus restos.

El menor murió la noche del lunes 1 de noviembre luego de recibir una descarga eléctrica al caer en una alcantarilla destapada de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a unos metros de su casa, en la calle José Vasconcelos del Infonavit Chiveria.

Su muerte ocurrió cuatro días antes de su cumpleaños 13, que según testimonios de familiares sería celebrado en las playas de Veracruz.

La conmoción todavía no se aparta de los rostros de sus tías. Una de ellas, toda vestida de negro, llora mientras sostiene una cartulina con fotos de su sobrino.

“Era un niño”, dice.

Los restos de Brian Emmanuel llegaron minutos antes de las 17:00 horas de este miércoles 3 de noviembre al panteón de la localidad de Tejería, ubicada cerca de la zona industrial del puerto de Veracruz.

El cuerpo del niño era acompañado por más de 50 personas que llegaron al cementerio en un camión de transporte urbano de la línea Granjas que los esperó lo que duró el sepulcro.

Con el ataúd en brazos sus familiares bajaron de un par de camionetas y colocaron a Brian Emmanuel frente a su tumba antes de enterrarlo.

Los padres de Brian Emmanuel se aferraron a su ataúd retrasando su entierro, como no queriendo que se fuera, pero ya no hubo más tiempo.

De pronto un puñado de serpentinas explotó sobre el ataúd de Brian y globos azules y blancos se elevaron el cielo.

“¡Vuela alto, Brian!...” era la manera de felicitarlo. La fiesta en la playa con la que celebraría su cumpleaños número 13 se convirtió en un inesperado último adiós. 

El ataúd bajó poco a poco hacia la fosa donde lo enterraron… Vania solo se sentó a observar, tiró una flor y luego se encorvó llevando sus manos a la cara, roja y mojada por las lágrimas.

A unos pasos de la tumba uno de los asistentes preguntó cómo murió el niño: “se cayó a una alcantarilla, estaba destapada, no la vio”, le respondieron.

Haciéndose escuchar, uno de los trabajadores de la base de taxis donde Vania labora pidió un último aplauso para Brian Emmanuel.

“Estas son las mañanitas que cantaba el Rey David…”, la ovación vino seguida de las mañanitas. El canto no era de una celebración, sino de duelo melancolía.

Una flor que su madre aventó a su tumba se perdió entre los montones de tierra que terminaron de sepultar el cuerpo de Brian. 

En la mente de la mujer no hay otra cosa que el recuerdo de su hijo. Por ahora, las acciones legales contra la Comisión Federal de Electricidad (CFE) no le importan mucho.

“Primero quiero asimilar todo esto”, dijo.