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Entre ausencia de turistas y clientes, sobrevive “Tamales la Güera”

Por pandemia del covid las ventas de tamales de “La Güera” disminuyeron 70 por ciento

Escrito en VERACRUZ el

La noche cayó en el centro Histórico del puerto de Veracruz, la zona tradicional de “Los Portales”, alrededor del zócalo, se empieza a iluminar de luces, en la esquina de la calle Lerdo e Independencia un pequeño puesto de tamales comienza a instalarse, mientras algunos clientes ya esperan ansiosos a que “La Güera” termine de acomodar las ollas.

Eli Luna, mejor conocida como “La Güera”, por el color rubio de su cabello que la caracteriza, lleva 34 años vendiendo tamales en aquella zona del centro de la ciudad de Veracruz.

Proveniente del estado de Oaxaca, llegó a la edad de nueve años a la ciudad de Veracruz. Desde pequeña se dedicó a la venta de tamales, descendiente de una familia donde la principal fuente de ingresos era el negocio de la comida, fue así como le tomó el amor a este trabajo.

“Como aquí vivía mi hermana, yo me viene aquí a migrar y yo los traía (los tamales) de haya de Oaxaca, porque me los hacía mi mamá, estaba chica y ya de ahí yo fui aprendiendo a hacerlos” comentó.

Desde entonces su sabor y estilo único permanece impregnado en la memoria de los jarochos, principalmente de las personas de antaño, quienes la recuerdan en sus inicios y los cuales siguen yendo todas las noches a aquella esquina a degustar sus tamales.

Cierre de calles y de Los Portales disminuyó ventas

Durante dos meses los jarochos tuvieron que abstenerse de ir a cenar con “La Güera”, debido a la pandemia del covid y a los cierres de espacios públicos a mediados del mes marzo.

“Cerraron Los Portales y aquí la algarabía y el ambiente son los turistas que vienen, entonces estaba muerto no había nada”, dijo Eli.

Pese a eso, Eli asegura que no dejó de trabajar, ya que los gastos de su familia no se lo permitieron, ese tiempo lo ocupó para vender mole, antojitos y demás comida en los alrededores de la colonia donde vive.

De la misma forma, implementó el servicio a domicilio a través de su página de Facebook y de los pedidos que le hacían por WhatsApp, por lo que aseguró siempre estuvo activa para seguir brindado sus mejores platillos.

Aunque admite que sus clientes frecuentes seguían yendo a su puesto, el cierre de calles y del Zócalo disminuyó la venta hasta 70 por ciento, por lo que apenas hace un par de semanas se ha ido recuperando lentamente.

A pesar de todo sigue vendiendo, ya no con la misma cantidad de mercancía que hasta antes de la pandemia traía, pero con lo necesario para seguir llevando el sustento a sus hijas.

Tradición que heredó de su familia

Eli aún recuerda los primeros años en los que llegó a Veracruz, uno de los lugares preferidos para los jarochos eran Los Portales y las zonas aledañas al Centro Histórico, ahora afirma que la mayoría de los veracruzanos fueron perdiendo la tradición de visitar aquellos sitios.

“Aquí antes estaba muy activada la economía, desde la una de la tarde había gente, ahorita es muy poca, más bien son turistas, porque la gente de aquí ya no viene como antes”, aseguró.

Mientras atiende a sus clientes, su hija menor acomoda las sillas donde se sentarán los comensales, Eli recuerda que a su edad ya ayudaba a su mamá a cortar la hoja y hacer las salsas, fue así cómo aprendió a realizar los tamales.

Ahora como si fuera un deber de madre quien tiene que pasar la receta a sus hijas, ella les enseña a preparar las distintas variedades, no solo de tamales, sino de moles, tacos y otras comidas que venden, para que en un futuro ellas puedan heredad el negocio y seguir con la tradición familiar. 

Debido a que es madre soltera, es la única que aporta un ingreso en su casa, de aquellas ventas sacó adelante a tres hijas.

“Hemos vivido de esto y nunca las he abandonado, me siento orgullosa de haberlas sacado adelante”, dice conmovida Eli.