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En el abandono, con despidos y deudas, la planta chatarra de Lozoya en Veracruz

Proagroindustria fue fundada hace 30 años y en 2014 Pemex decidió comprarla en 475 mdd; sin embargo, el gasto ascendió a 760 millones de dólares

Escrito en ESTADOS el

VERACRUZ.- A varios metros de distancia del parque industrial de Coatzacoalcos, en el municipio de Nanchital, puede verse una bandera de México ondear entre los tanques y torres de fierro de la empresa Proagroindustria S.A de C.V, ubicada en el sur de Veracruz. 

Los pobladores del municipio de Nanchital, en su mayoría, ignoran que la disputa legal de ese conjunto de hierro, cemento, cables, tubos y ladrillos ha causado uno de los más grandes escándalos de corrupción en el país de los últimos tiempos y el primero de este sexenio. 

Obreros, del resto de las plantas petroquímicas que hay en ese corredor, salen de sus jornadas labores, entre el calor de más de 40 grados, extrañados por la presencia de periodistas, camarógrafos y fotógrafos. 

Caminan con sus overoles color naranja y sus cascos abajo del brazo, sin saber que la compra de la fábrica de fertilizantes derivó ayer en una orden de aprehensión contra Emilio Lozoya, ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex) durante el sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018). 

Además, también provocó la detención del empresario Alonso Ancira, dueño de la firma Altos Hornos de México, antiguo dueño de esa planta de fertilizantes productora de urea. 

La fábrica está ubicada en el parque industrial de la zona conurbada Coatzacoalcos-Minatitlán, en ambas ciudades están asentadas empresas que trabajan o son parte de Pemex. 

ProAgro (Proagroindustria) fue fundada hace 30 años. En el 2014 tenía 14 años sin producir fertilizantes y, pese a eso, Pemex decidió comprarla por un total de 475 millones de dólares, según registros oficiales; sin embargo, hasta finales de febrero habría requerido una inversión mayor a la estimada, la cual ascendió a 760 millones de dólares. 

Además, la Auditoría Superior de la Federación (ADF), detectó que ese complejo era casi una chatarra, dado a que el 60 por ciento de sus instalaciones estaba inservible, lo que costaría más de 8 mil millones de pesos ponerla en óptimas condiciones. 

El mismo ente reveló que debido a la compra a Altos Hornos de México, y de otra planta a Grupo Fertinal, habría provocado pérdidas a Pemex Fertilizantes por el orden de los 21 mil millones de pesos.

ProAgro nació en 1992, cuando el gobierno Carlos Salinas de Gortari privatizó lo que se conocía como Fertimex, una compañía del Estado, que fue adquirida por Ancira, que luego le regresó al gobierno mexicano, con su venta al Pemex de Lozoya. 

 

EN PARO

Desde el 2014 a la fecha, a casi cinco años, la planta sigue parada, los pocos empleados y contratistas que han logrado empleo, protestan por la falta de pago, tanto que mostraron su descontento en una manifestación realizada en abril de este 2019, cuando el presidente, Andrés Manuel López Obrador, visitó el lugar junto a Rocío Nahle, secretaria de energía. 

Cornelius Versteeg, empresario de Coatzacoalcos, uno de los afectados, relató que está a punto de la quiebra debido a que Pemex no le paga los servicios que ha dado a la fertilizante. 

Él invirtió su dinero en la instalación de una planta de agua para potencializar el sector de fertilizantes en el sur, pero nunca le liquidaron las facturas. 

Ahora, no sólo él sufre la falta de liquidez, también sus más de 150 empleados que, ese abril, lo acompañaron para protestar frente al convoy de camionetas que transportaba al presidente de la república. 

“Llevamos sin cobrar más de un año, este mes ya nos quedamos sin recursos y queremos llegar a un acuerdo, pero la semana pasada nos dijeron que desconocían el contrato”, dijo Versteeg. 

En un recorrido realizado afuera de la planta, sólo algunas personas están en el interior, uniformadas, con sus cascos blancos, pero sin laborar, sólo parados, buscando sombra para escapar del sol. 

Una fuente extraoficial explicó que esos trabajadores son integrantes de contratistas que fueron requeridos para hacer trabajos especiales de mantenimiento, sin embargo, como no les han pagado, acuden todos los días, pero no laboran, están en espera de su cheque. 

Ahora, con las acciones que ha emprendido la Fiscalía General de la República (FGR), algunos tienen la esperanza de que, por fin, tras tantas décadas, se produzcan los fertilizantes que tienen como base el amoniaco.