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Ella es Juana, regala comida desde hace 20 años en Hospital Regional de Veracruz

Diariamente Juana ayuda entre 70 y 80 personas que se acercan a pedir comida a su local por el Hospital Regional

Escrito en VERACRUZ el

Todos los días Juana Ovaldo recorre los alrededores del Hospital Regional y  la Torre Pediátrica en Veracruz, se acerca a las personas que se encuentran esperando por sus familiares internados y con voz amable les dice “Estoy regalando picadas ahí en la esquina amiguita, por si gusta vaya para allá”.

Esta acción la realiza más de cinco veces al día, sube y baja entre la banqueta y los dos puestos ambulantes de comida que tiene en cada esquina.

Son 20 años los que tiene trabajando y regalando comida a las afueras del hospital, Juana no pertenece a ninguna asociación y asegura que tomó esta iniciativa derivado de la necesidad que continuamente veía en las personas que esperan noticias de sus familiares, muchas de ellas en situación de pobreza y provenientes de distintos municipios del estado.

“Aquí hay mucha necesidad, en este hospital hay hambre, hay frío, hay de todo, me nació porque yo he sufrido aquí, en este punto de mí puesto, donde hemos pasado nortes, lluvias y aquí nosotros hemos visto cómo la gente sufre cuando no tienen a donde meterse. Entonces a mi me nació regalarles un vaso de atole, un plato de comida de corazón”, dijo.

POR PANDEMIA CERRÓ UNO DE SUS PUESTOS

Doña Juana se despierta a las 3:00 am para preparar sus guisos y el producto que requiere para sus comidas, llega al  hospital a las 6:00 am para montar sus dos puestos y se retira a las 14:00 horas.

Los estragos de la pandemia de la Covid-19 también fueron padecidos por doña Juana y sus trabajadores, pues durante año y medio uno de sus puesto se mantuvo cerrado, pese a las bajas ventas y la poca actividad que hubo, siguió brindando la ayuda a las personas.

“No había gente nos quedamos sin trabajo, pero bendito Dios ahí vamos saliendo, nada más es tener fe en Dios y estamos otra vez trabajando”.

Diariamente ayuda un promedio de entre 70 y 80 personas que se acercan a comer, también notó que la necesidad de las personas aumentó durante los últimos meses, ya que ha tenido que adquirir más producto y mercancía de lo habitual.

“Compraba antes siete kilos de masa y ahorita estoy comprando 12 o 13 kilos, pero estoy satisfecha de lo que estoy haciendo”, aseveró.

Juana asegura que a pesar de estar en interacción con múltiples personas y trabajadores del hospital ninguno de sus empleados ni ella se han contagiado de covid, admite que seguirá ayudando.

PESE A PANDEMIA JAROCHOS SIGUEN BRINDADO AYUDA A NECESITADOS  

Aunque la mayoría de las empresas en el puerto de Veracruz salieron afectadas por la contingencia sanitaria, algunos de ellos no desistieron por seguir brindado ayuda. 

Muchos jarochos se solidarizaron con distintos grupos que se vieron mayormente afectados por la crisis que desató la Covid, uno de ellos fue la fonda de Kika, donde al igual que Juana regalaba comida a las personas que se acercaban a su local y aunque sufrió múltiples asaltos sigue brindando ayuda.

También Joaquín y su esposa enseñaban a las personas que se quedaron sin trabajo por causa de la contingencia, a hacer manzanas de chamoy para que tuvieran un ingreso.

A pesar de las limitaciones económicas, personas como Juana no desistieron y siguieron dando comida y despensa. 

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