Rosalinda Esthefanie Morales García recibió una llamada, aparentemente del padre de su hijo, por lo que pidió permiso para salir temprano del trabajo por un problema familiar. Pero nadie volvió a saber de ella.
Los padres se enteraron de la desaparición de su hija el mismo día alrededor de las 21:00 horas, cuando una de las compañeras del trabajo fue a verla a su domicilio.
Esto luego de haber recibido un mensaje alarmante de Rosalinda.
La compañera señaló que ella le mandó un mensaje asegurando que había tomado un taxi en el municipio de Metepec, Estado de México.
Pero al poco tiempo Rosalinda le alertó que el chofer no la dejaba bajar de la unidad.
Fue la última vez que hubo contacto con su amiga, con quien se iba a encontrar a las 19:00 de la noche, de modo que al no verla llegar acudió con sus padres.
Era el 14 de diciembre, cuando la mujer de 29 años se esfumó. Las posibilidades de un secuestro desaparecen a medida que avanzan las horas y las llamadas de rescate no llegan.
Por ello, sus padres han comenzado la búsqueda. Rosalinda es trabajadora del Organismo de Agua y Saneamiento de Toluca, por lo que asistieron al a averiguar si sabían algo de su hija.
Rosalinda llegó a su trabajo, puntual. Pero fue alrededor del mediodía cuando dejó las instalaciones laborales.
Esto luego de que, según sus compañeras de trabajo, la escucharon discutir con el padre de su hijo a través de una llamada.
La última vez que Rosalinda fue vista sucedió en la avenida José López Portillo.
La familia de Rosalinda no sospecha de la expareja de su hija, pues aseguran no es agresivo, aún así, es el segundo sospechoso, tras el taxista que no la dejaba bajar del vehículo.
Sin embargo, los padres de la desaparecida notaron que su hija tenía moretones en las manos.
En cuanto a la expareja, sólo saben que vive en Querétaro, por lo que no han tenido contacto con él.
Sobre el taxi, las autoridades detectaron que la unidad de servicio público que abordó la joven por última vez tiene dos direcciones de registro.
Con información de Debate
rgg