Los pasos de Juana cada día se vuelven más lentos, ya no puede caminar largas distancias y los achaques de la edad se vuelven más frecuentes, por lo que tiene que estar con medicamentos para aminorar las molestias, aunque a veces tenga que comprar de los más económicos, ya que con la pensión de 65 y más admite que no le alcanza.
Mientas fríe unos plátanos para el desayuno hace cuentas, son 700 pesos que paga al mes por la renta de la casa donde habita junto a su hija, cada una pone la mitad, es decir 1500 por el alquiler total, así como aporta para el pago de la luz 200 pesos cada dos meses, los gastos de comida, gas y despensa, rebasan los mil pesos quincenales.
A sus 77 años tiene que seguir aportando para los gastos del hogar, dice que con el sueldo de su hija no les alcanzaría para sobrevivir, ella gana el salario mínimo por trabajar en la recepción de un hotel, por ocho horas su sueldo es de 2 mil 125 pesos, si hace turnos extras un poco más.
Por lo que gran parte de su pensión la destina a la compra de comida y si le sobra, quizás le alcance para ir al médico.
Hace más de un año que no visita al doctor, pese a las múltiples enfermedades que aquejan su cuerpo que dice cansado. Juana padece de diabetes, osteoporosis, piedras en los riñones y tiene una mancha en el hígado.
Para la osteoporosis dice que no lleva ningún tratamiento, pues no le alcanza para pagarlo, mientras que para los otros malestares compra recetas de genérico.
“A veces no me da pa´ir a ver al doctor, pero me la compro ahí (…) de medicina compro una que me vale 250, cuando voy a ver al doctor uf me gasto… receta medicinas muy caras y a veces me gasto mil o 2 mil pesos en medicamentos que él receta y la consulta cobra 150”, contó Juana.
Aparte de eso tiene que pagar el taxi de ida y de regreso, ya que no puede transportarse en camión, su edad no se lo permite, por lo que en carros para visitar al médico gasta 200 pesos o más.
Con la pensión que recibe dice que apenas y salva el mes, otras veces se queda sin nada antes de la fecha que le depositan. Lo único que le queda es esperarse hasta la próxima entrega.
La pensión para adultos mayores que otorga el Gobierno actualmente es de 2 mil 700 pesos cada dos meses, en el mes de marzo el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que este apoyo aumentaría 15 por ciento más, lo cual significa un total de 3 mil 100 pesos.
Se vera reflejado a partir del bimestre julio- agosto, beneficiando a 4 millones 600 mil derechohabientes, según el portal de la Secretaría de Gobierno.
Para Juana este aumento es bueno, pero todavía no será suficiente, pues en los últimos meses los productos de la canasta básica han aumentado, carnes, pollo, arroz, frijol, aceite y los más recientes el gas y tortilla.
“Todo está caro, el aceite subió muchísimo de 21 que costaba el Nutrioli ahora vale 40 y tantos (…) agarras un billete de 500 y se te va enseguida”, dijo.
En Veracruz, el delegado federal Manuel Huerta Ladrón de Guevara aseguró que, son poco más de 700 mil adultos mayores de 68 años en el estado los que reciben el apoyo. Además, el registro para nuevos interesados comenzará de las zonas con mayor marginación hasta llegar a las ciudades conurbadas, por lo que pide a la población no acudir sino a los módulos en días no hábiles.
TODA UNA VIDA TRABAJANDO
Hace 65 años Juana llegó a Veracruz, salió de Tierra Blanca junto con sus hermanas, la finalidad era buscar una mejor calidad de vida. A la edad de 12 comenzó a trabajar en el antiguo mercado de pescadería.
Desde entonces comenzó su vida laborar, que apenas hace unos años dejó, esto en gran medida por que su edad ya no le permite hacer muchas cosas.
“Lavaba trastes, hacía mandados, llevaba comidas a San Juan de Ulúa para los que estaban de guardia (…) hacía tortillas a mano, tenía como 13 años, una bola de cinco kilos, me pagaban un peso la bola por hacer tortillas, ya después me la pagaron a uno 50, demás vieja vendía zapatos Andrea, vendí bolita (lotería, perfumes, hacía tandas y ya no sabía qué hacer para ganar dinero”, contó.
A los 16 años contrajo matrimonio, tiempo después se separó de su esposo y tuvo que mantener a sus hijos sola, para eso puso un puesto de antojitos con el cual sobrevivió hasta donde las fuerzas le alcanzaron.
Ahora se mantienen resguardada en casa desde antes de la pandemia, esto porque cada día se cansa más y para salir debe gastar en taxis, un gusto que no se puede dar.
ENFERMEDADES Y POBREZA AQUEJAN A ADULTOS MAYORES
Datos del Consejo Nacional de Población (Conapo), señala que en estado de Veracruz hay alrededor de un millón 053 mil 428 de adultos mayores en el 2019.
El total de población de 60 años y más en el municipio de Veracruz se contabilizó a 73 mil 582 habitantes, representando el 12.06 por ciento de la población de adultos mayores, siendo esta localidad la que mayor cifra concentra.
Después le sigue Xalapa, Coatzacoalcos, Poza Rica de Hidalgo, Córdoba, Boca del Río, Orizaba, Papantla, Minatitlán y San Andrés Tuxtla, en la lista de los 10 primeros lugares con mayor población absoluta de personas adultas mayores a 60 años.
Mientras que a nivel nacional existe una población de 15.4 millones de personas de 60 años o más, de las cuales 1.7 millones viven solas.
Solo 41.4 por ciento son económicamente activos, y 69.4 presentan algún tipo de discapacidad, de acuerdo con la última encuesta especial del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En tanto que los resultados de quinta edición de la Encuesta Nacional de Salud y Envejecimiento señalan que en 2018 las enfermedades que más afectan a la población de 50 años y más son: hipertensión arterial, diabetes y artritis.
El 62.4 por ciento de las personas de 50 y más años de edad percibían tener un estado de regular a mala.
Por otro lado, el estudio publicado en 2020 por el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, Adultos mayores y COVID-19: Vulnerabilidad económica ante la crisis sanitaria, señala que la población de 60 y más, señala que el monto de la pensión que otorga el gobierno a este sector es insuficiente, aunque ha ido creciendo en los últimos años sigue siendo insuficiente.
Esto afecta más a los adultos que viven en las zonas urbanas, como Juana, pues con esa cantidad se cubre la línea de bienestar mínima rural y 80 por ciento de la línea de bienestar mínima urbana.
Por lo que es insuficiente para costear gastos extras como los medicamentos, transportes y demás insumos que puedan necesitar, Juana espera que con este aumento le pueda alcanzar para comprar los medicamentos que necesita.
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