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Denuncian acoso en transporte público de Chilapa

Desde el mes de septiembre grupos de delincuentes iniciaron el acoso más visible al transporte público

Escrito en ESTADOS el

GUERRERO (La Silla Rota). Desde el mes de septiembre grupos de delincuentes iniciaron el acoso más visible al transporte público de la ruta Chilpancingo-Chilapa, el cual se mide con una lista de asesinatos de choferes de los sitios de unidades, con los pasajeros como testigos involuntarios de los hechos que las autoridades no han explicado causas.

Esta situación ha generado la suspensión del servicio de la ruta que conecta a la capital de Guerrero con la Montaña baja, una de las regiones que es referencia de más hechos violentos en los últimos meses.

El crimen más reciente de un chofer ocurrió el 17 de octubre pasado, en el punto conocido como Ojitos de Agua, todavía en los límites de Tixtla. Según la versión policiaca ocurrió así: alrededor de las nueve de la mañana unos hombres armados forzaron que Jaime, quien conducía la urvan 07, se detuviera, y después le dispararon delante de todos los tripulantes.

El crimen sucedió después de que los choferes de las bases en Chilpancingo suspendieran sus actividades por unas tres semanas. Los sitios Morelos y Montaña cancelaron actividades; Águila Dorada modificó sus horarios: de 5:30 a 21 horas por 6:30 a 17 horas. "No hay servicio por causas ajenas a nosotros", se leía afuera de los sitios.

El cierre de estas rutas impactó de muchas maneras a Chilapa, una de ellas es que quienes se quedaron supliendo subieron el costo del pasaje de 65 a 90 pesos. Los maestros es uno de los sectores que más padeció la carencia del transporte, y también enfrentaron por su cuenta laborar en una de las zonas más inseguras de Guerrero.   

El hecho que se concibe como el acoso más claro al transporte público es el incendio al autobús de pasajeros en la carretera Chilpancingo-Chilapa. Ocurrió el 26 de septiembre, a unos cinco kilómetros de la ciudad, cerca de Tixtla. La versión del chofer del autobús fue que unos hombres armados que viajaban en una camioneta les cerraron el paso, bajaron a los 40 pasajeros y les quitaron sus cosas; rociaron con gasolina al autobús y le prendieron fuego.

La carretera de Chilpancingo hacia Chilapa es una de las vías de mayores hechos violentos: el tramo hasta Tixtla es considerado como un tiradero de cadáveres, por el número de cuerpos que dejan abandonados. Chilapa, Zitlala y Ahuacoatzingo, son municipios de la Montaña baja con alto índice de crímenes: hasta mediados de septiembre sumaban más de 165 personas asesinadas, de acuerdo al recuento de los casos publicados por los periódicos.

Los habitantes de Chilapa también fueron advertidos por delincuentes de su acoso a los choferes del transporte público. "Les pedimos que no viajen en ningún tipo de transporte público, nosotros estamos haciendo una limpia de gente secuestradora y cobra cuotas que andan haciendo daño gente inocente”, es uno de los mensajes que circularon entre los habitantes de Chilapa.

Durante el lapso en que no circuló el transporte hacia Chilapa, algunos choferes de otras rutas y giros ofrecían el servicio. "Vamos por nuestro propio riesgo", dijo un transportista durante ese tiempo.

La lista de crímenes más recurrentes de choferes abrió el primer día de septiembre, en el crucero hacia la comunidad de El Durazno: unos hombres interceptaron al chofer de una unidad, lo bajaron y lo mataron.

A mediados del mes, la tarde del sábado 16, por ejemplo, asesinaron a un chofer del sitio Morelos, cerca de la comunidad El Ahuejote, entre los límites de Tixtla y Chilapa. Lo atacaron adentro de la unidad del transporte que manejaba, con los pasajeros dentro. El jueves anterior mataron a otro casi de la misma manera, cerca de la comunidad Limón.



kach