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De Oaxaca a Pachuca; don Rogelio vende artesanías en la pandemia

El artesano de origen indígena vende en las calles de Pachuca, él no puede quedarse en casa porque eso implica dejar de obtener ingresos

Escrito en HIDALGO el

PACHUCA.- Con sus manos correosas, oscuras y agiles jala tiras de palma sintética, verdes y moradas, con las que va creando figuras simétricas que más adelante se convertirán en una bolsa de mano, así se gana la vida don Rogelio Ramos Vázquez.

Cada año vengo desde Oaxaca aquí a Pachuca, para vender bolsitas, canastitas y unos tapetitos (para mesa de comedor)”,


El artesano de origen indígena quien tejía en una banca de la avenida Juárez, frente a la delegación de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). Dice que nació en un pueblito que se llama San Andrés Montaña, municipio Silacayoápam, Oaxaca, comunidad indígena con lengua zoque. Para trabajar migró desde pequeño a otros municipios e incluso estados.

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A mí me enseñaron mis papás a trabajar desde los 9 años. Prácticamente desde esa edad tejo canastas y otras cosas, mi papá se llama Fidel y mi mamá Bonifacia, ellos todavía están vivitos”.

Él tiene 49 años de edad. Dice que pertenece a un grupo de tres familias artesanas que vienen de Oaxaca a Pachuca y que se distribuye en diferentes zonas de la ciudad, con excepción del centro, pues dice que no los dejan vender ahí.

Ahora menos nos dejan vender en el centro (de Pachuca) por la enfermedad (pandemia de la covid-19); por eso nos venimos aquí, pues pasa más gente y hay más chance de vender algo”.

Las bolsas de mano que teje las vende de 120 a 150 pesos, según el tamaño. También oferta canastas, esas las da en 100, 120 y 180 pesos. Además, hace tapetes para las mesas de comedores que da la media docena en 220 pesos, pues son más laboriosos.

Para hacer una bolsa a mano, don Rogelio se tarda hasta tres días; es por ello que no deja de tejer mientras se realizaba esta entrevista, el tiempo es importante para él. Apenas había vendido una bolsa en 100 pesos, ya que le regatearon.

Allá en mi pueblito San Andrés Montaña es puro campesino. Trabajan en la milpa, sembramos maíz, calabazas y chilacayote; yo mejor me vine a la ciudad, pues luego no sale (económicamente)”.

Debido a la pandemia de la covid-19 y la suspensión temporal de las actividades y el llamado a quedarse en casa, desde el año pasado no ha tenido muchas ventas; sin embargo, es optimista y espera sacar al menos para la renta.

Nos quedamos en un cuartito allá en la colonia Europa (al norponiente de Pachuca); pero si no sale aquí, luego me voy a ‘ranchear’ (vender) a las colonias”.

El artesano hizo un llamado a las personas para que se cuiden “nosotros así lo hacemos, no nos hemos enfermado, aunque estamos en la calle. Nosotros vivimos al día, no tenemos un trabajo en los edificios (oficinas); nuestras bolsas están bien hechecitas y bonitas, les ponemos muchos colores, vengan a comprar una”, concluyó.


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