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Con tercera ola a la baja vuelven fiestas en pueblos de Veracruz

Gobierno estatal confirmó el regreso de Cumbre Tajín, Festival de la Salsa y del Carnaval, pero en otros municipios piden la vuelta de las fiestas patronales

Escrito en VERACRUZ el

NAOLINCO, VER. - La tercera ola de contagios de covid-19 que ha iniciado su descenso, permitirá este año la celebración de festividades en pueblos mágicos de Veracruz; se confirmó que Naolinco abrirá nuevamente sus puertas a visitantes para los festejos de Todos Santos.

La medida incentivará el comercio local tras casi dos años en letargo, lo que representa un respiro para todos aquellos que tienen como ingreso principal algún negocio familiar.

Sin embargo, las actividades que habrán de desarrollarse dependerán, en gran medida, del semáforo epidemiológico que estará vigente entre el 15 de octubre y el 1 de noviembre.

Además, las autoridades municipales vigilarán lo mismo a comerciantes, habitantes y visitantes para que no rompan las medidas de seguridad. 

Esta semana el Gobierno del Estado confirmó que la Cumbre Tajín, el Salsa Fest en Boca del Río, la Cumbre Olmeca, la Carrera Panamericana y el Carnaval, según anunció la secretaria de Turismo y Cultura, Xóchitl Arbesú Lago.

Xóchitl Arbesú Lago

Sin embargo, en pueblos como Naolinco lugareños piden que también vuelvan los festejos locales cuidando las medidas sanitarias. 

OPORTUNIDADES PARA EL COMERCIO

María del Carmen Argüelles Valencia lleva más de 25 años haciendo pan de muerto tradicional en la panadería Cayetano, propiedad de su familia.

La mujer cuenta que las fiestas en honor a los Fieles Difuntos representan no solo una oportunidad financiera valiosa, sino una auténtica tradición familiar, al colocar un altar que es de referencia en el lugar.

“Del 24 a 25 de octubre se elabora pan para todos santos, el 25 de octubre se pone el primer pan que sale del horno en el altar y se deja hasta que llega el 2 de noviembre que finaliza todo santo y ‘bajamos el muerto’ que significa que terminamos de trabajar”, comparte.

María del Carmen Argüelles Valencia

Mientras posa a lado de su altar a la Virgen de Guadalupe, refiere que la pandemia ha dejado una afectación importante en la economía familiar, pues además de que bajaron las ventas a nivel de comunidad, también dejó de entrar el turismo, lo que era un alivio para los comerciantes del sitio.

“… pero Dios no nos ha abandonado y aquí seguimos trabajando para los turistas, para que nos visiten”, invita.

María del Carmen señala que en las últimas semanas ha empezado a entrar más gente al municipio, a los que ha observado en todo momento conservando las medidas de protección dictadas por las autoridades.

Además del tradicional pan de muerto a base de huevo que realizan, su familia coloca un enorme altar que se ha convertido al paso del tiempo en toda una tradición, pues en él se coloca una cabeza de cochino, lo que lo hace diferente de otros altares.

La tradición, que inició con su suegra tuvo lugar un día en que esta estaba parada frente a su altar cuando se le ocurrió que debía ponerle “algo diferente” que llamara la atención de los visitantes.

“Y entonces decidió comprar una cabeza de cochino, la precoció, la maquilló, le puso pestañas, sus chapitas y le puso una frase ‘morí por cochina’; buscaba frases diferentes para que los visitantes admiraran su cabeza de cochino”, dice.

La mujer espera ansiosa las festividades de Día de Muertos, pues también comparten galletas y tamales con los visitantes que acuden a las diversas actividades que tienen lugar esos días.

“Los invitamos con sus medidas de cuidado; los esperamos en Naolinco para que nos visiten y compren nuestro tradicional pan de huevo”.

No muy lejos de su negocio está el de Elizabeth Hernández Martínez “arte en tus manos de Liz” que se dedica a hacer catrinas desde hace 20 años.

Su negocio inició como el de muchas familias que hicieron algo para sus altares particulares, pero poco a poco fue tomando forma hasta convertirse en una fuente de ingresos.

Elizabeth Hernández Martínez 

Liz tiene a su cargo la tarea de elaborar catrinas por pedidos y para venta al menudeo en su negocio. De esa actividad se encargan ella y una docena de personas más a las que una a una va organizando de acuerdo con sus capacidades.

“Yo decido en la elaboración color, acabado pero el mérito es de todos, todos tenemos mucha capacidad”, señala.

Pero Liz no es la única. Cuenta que hay muchos talleres en el municipio que se dedican a la elaboración de uno de los elementos más tradicionales en los altares y todos son fuente de ingreso para Naolinco.

A diferencia de otros negocios, la pandemia no afectó tanto a Elizabeth pues el año pasado en plena suspensión de actividades por la pandemia, no dejó de tener pedidos sobre todo para aquellos que usaron a las catrinas para consumo personal.

“Como es un evento un poco más íntimo desde el año pasado hemos tenido mucha aceptación, mucha gente ha regresado a surtir su producto en cantidades enormes antes eran una o dos catrinas y ahora la gente está viniendo a traer una gran cantidad”, dice.

La calidad en el trabajo que hace Hernández Martínez es lo que ha impulsado su negocio, donde hay catrinas artesanales de papel maché, de papel crepé o la catrina diamantada.

“Sí nos tardamos un poquito porque trabajamos en medidas, tratamos de sacar de 30 a 35 diarias”, afirma.

El trabajo que inició desde marzo de este año está a punto de culminar para ella y sus socios. Liz quiere que Naolinco se conozca por sus tradiciones. Ella ayuda a preservarlas.

Maribel Bustamante es otra de las personas que espera un repunte en las ventas de su negocio familiar, la elaboración de vinos artesanales.

Ella narra que el proyecto inició entre su hermano y amigos para preservar la tradición de su familia, con todo lo que esto implica: una botella reutilizada, una tapa hecha con un olote y un pedazo de plástico.

“Empezamos con el sabor de uva, la íbamos a cortar en unas ocasiones y en otras tratábamos de comprárselas a personas que viven en otras localidades de Naolinco, que son de escasos recursos y a eso se dedican en estas fechas”, cuenta.

Maribel Bustamante

Gracias a la perseverancia, el negocio lleva ocho años de existencia y a lo largo de los años se han incluido nuevos sabores como la mandarina, jobo, maracuyá o la guayaba, al ser el municipio rico en especies frutales.

“De eso se trata; no se utiliza ningún saborizante artificial ni pesticidas en la agricultura, se dan en el cerro, en el bosque. Cuando es la temporada, la gente sale a recogerlas.

“Esto es Naolinco y me gusta el hecho de compartir los sabores, la tradición más que nada, todo lo que Naolinco pueda ofrecer a todos”, dice Maribel.

La joven, que espera que su empresa sea sustentable al utilizar materiales reciclados, sostuvo que todo el proceso de elaboración es complejo y requiere de mucha dedicación.

Por ello, tiene la esperanza de que estas festividades le permitan colocar más su producto, pues si bien no lo exhibe en un lugar específico, sino que ha incluido otras formas de venta, espera que todo el amor que las personas que buscan vender algo en estos festejos rinda el fruto necesario.

“La tradición de Todos Santos no solo son los vinos, los dulces, las flores. Es el pueblo como tal, esa sensación que se siente diferente el clima, la convivencia con nuestros amigos y seres queridos. 

“La gente respeta eso y viene a ver el amor que nosotros le ponemos a toda esa tradición que es a quienes ya no están aquí”.

MENOS ACTIVIDADES, PERO MÁS VIGILANCIA

Autoridades locales de Naolinco han advertido que la oferta de actividades estará sujeta al color del semáforo epidemiológico vigente del 15 de octubre al 1 de noviembre de este año.

Arturo Escobar Tapia, director de Turismo Municipal dijo que, si bien el pueblo no va a estar cerrado al público y habrá actividades impulsadas principalmente por colectivos de jóvenes, se estará vigilando que estas sean llevadas a cabo con las medidas sanitarias y en grupos reducidos para no dejar de lado las medidas sanitarias pertinentes.

“Sí va a haber actividad y movimiento, pero referente a “La cantada” la instrucción es esperar al semáforo que se presente entre el 15 de octubre y 1 de noviembre para sobre eso ver qué tantas actividades se van a manejar”, refirió.

Arturo Escobar Tapia

El servidor público recordó que Todos Santos es de las actividades más importantes en materia de turismo para Naolinco, pues generan una importante derrama económica, pero este año se harán visitas a los comercios para que no bajen la guardia, con el fin de que “la gente se sienta segura al venir y nos protejamos nosotros mismos para las personas que nos esperan en casa”.

Recordó que la Casa de Cultura va a colocar la catrina monumental a un costado del palacio municipal, donde también se va a colocar la ofrenda tradicional para los visitantes además de que en coordinación con la Universidad Veracruzana (UV), se llevará a cabo el coloquio “Diálogos con la muerte” para compartir las tradiciones de Naolinco.

“A diferencia del año pasado no estamos tomando esa postura de ‘por favor no vengan’ o que se reduzca la cantidad de gente, pero sí estamos recalcando que queremos reforzar las medidas tanto para la gente de aquí como para la que nos visita”, dijo.

Escobar Tapia se manifestó respecto a las actividades realizadas por particulares, que recientemente tuvieron lugar en el municipio, sin la venia de las autoridades locales.

Al señalar que “decepciona la actitud de la gente” pero hay casos en los que no se puede intervenir, enfatizó que, para las tradiciones más importantes, como “la cantada” se verificará que se haga uso de las medidas pertinentes.

“Es una cuestión de conciencia de cada quién, el municipio hizo lo correspondiente para evitar que se llevaran a cabo estas actividades, cada quién es responsable de lo que hace o no hace y uno como autoridad estamos cumpliendo en no fomentar esas actividades”, resaltó.

En esa misma línea, Zenaido Gómez Córdoba, director de la casa de Cultura de Naolinco recordó que no habrá actividades en ese recinto.

Lo que sí es cierto, es que la monumental catrina que año con año se realiza en este sitio, será colocada en la Plaza de Armas, al igual que la ofrenda, para disfrute de los visitantes.

Zenaido Gómez Córdoba

Este año la catrina tendrá una pajarera, pues se busca que siempre tenga alguna referencia mexicana de relevancia.

La monumental empezó a elaborarse desde agosto de este año y se estima que en unas dos semanas esté lista para ser trasladada al lugar donde será exhibida.

Fuera de su papel como funcionario público, Zenaido añora hacer actividades que tengan que ver con los muertos y que se truncaron el año pasado por la pandemia del covid-19.

“En parte como naolinqueño se siente una melancolía al no poder realizar nada, eso todo el mundo lo sentimos por segunda ocasión, desgraciadamente esto sigue, sí siento no poder realizarlo”, lamenta.

El hombre, que el año pasado ni siquiera salió de su casa durante los días de celebración a los Fieles Difuntos cuenta que aunque no vaya a haber recorridos en la Casa de Cultura, se siguen impartiendo talleres de dibujo y cultura para niños y adultos, además de danza y cocina tradicional, todo con sana distancia.

“Sí pueden venir con las medidas sanitarias -los visitantes- y que vengan para que aprecien, aunque sea en chiquito lo que es nuestro día de muertos, aunque cada casa pone sus ofrendas”, invita.