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Con olor a muerte: la escena de la masacre en Las Choapas

En el lugar resulta impresionante imaginar cómo los ejecutores hincaron a sus víctimas, golpeados, amordazados y maniatados, para luego darles el tiro de gracia

Escrito en VERACRUZ el

LAS CHOAPAS, VER.- Desde la entrada al ejido El Amate se comienza a hacer notar la falta de vehículos en la carretera, pocos autos, quizás de empresas distribuidoras con sus entregas, algún motociclista que regresa de la faena... Coppel que visita a sus deudores, pero nada más, pareciera que no existe un poblado en pleno desarrollo a unos cuantos kilómetros, el miedo es notable.

Al llegar a la carretera El Amate-Alto Uxpanapa, uno pensaría que la tragedia ocurrió en algún kilómetro separado de los oídos indiscretos, pero no es así, pues a poco menos de 500 metros, la escena del crimen aún está fresca... Huele.

El reguero de sangre aún permanece impregnado en la grava, como si un ''cuete'' hubiese regado tinta, desparramada. En el lugar las cintas de “prohibido el paso” todavía permanecen como una marca del delito.

El lugar todavía huele a muerte, pues al llegar, el olor impregna los sentidos y resulta impresionante imaginar cómo los ejecutores hincaron a sus víctimas, golpeados, amordazados y maniatados, para luego darles el tiro de gracia a sangre fría.

Allí, Mauro Gorostieta Hernández, de 28 años; Fernando Gorostieta Hernández, de 30 años; Valentín Gorostieta Hernández, de 32 años; Teódulo Gorostieta Domínguez, de 57 años; y Ramiro Gorostieta Domínguez, de 59 años, todos familiares, padre e hijos y hermano, así como Isidro García Morales, agente municipal de la congregación del Cerro de Nanchital, de 46 años de edad, Bartolo Domínguez Isidro, de 30 años; Alfredo Jaime Barrusqueta, de 56 años; Miguel Barrales Rodríguez, de 51 años; Luis Hernández Hernández; Regulo López Domínguez y Santiago Rodríguez, fueron asesinados.

Sin embargo, a un lado, a escasos tres o cuatro metros, se aprecia un pequeño desagüe que baja por una ladera que está alambrada, donde se encuentra el otro sitio de ejecución, donde dos de las 12 víctimas corrieron por sus vidas.

Pareciera como si los criminales les hubiesen aplicado la "Ley Fuga", al dejarlos correr cuesta abajo para luego acribillarlos cruelmente. Justo ahí, al bajar se observa un pequeño charco de sangre aún líquida; impresionante, que llena la nariz con el ‘olor a muerto’ característico de la sangre fresca... Nauseabunda.

Nadie vio y oyó nada, pues la gente teme a aquellos que transitan en camionetas de lujo, armados hasta los dientes, en grupos de 8 o más, con total libertad, prepotentes, bañados de la impunidad que le otorgan "los de arriba", quienes supieron desde hace años de su existencia y no hicieron nada. 

Los hechos se dieron entre las 18:30 y 19:00 horas, cuando fue “levantado” un hijo de Don Teódulo Gorostieta, por lo que le llamaron para que fuera a buscarlo por el rumbo de Tronconada. 

Fue así como se desplazaron a buscarlo pero más bien se trataba de un señuelo, ya que fueron emboscados por hombres armados. Los golpearon, torturaron y luego los llevaron hasta el camino de terracería, donde los asesinaron con el tiro de gracia al que habían “levantado” más los otros 11 que fueron en su búsqueda.

Presencia MX|La Silla Rota Veracruz

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