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Camionero arrolló a Flora y familiares acusan impunidad

La mujer de 72 años, se había ido a hacer análisis de rutina cuando al cruzar la calle fue arrollada por un urbano. Su muerte apagó la felicidad de su familia

Escrito en VERACRUZ el

Veracruz, Ver. Esmeralda Fernández Martínez se preparaba para ir a recoger a su hija de 6 años a la escuela, veía la televisión en su domicilio cuando un noticiario local anunció la peor primicia de su vida: Su madre, Flora Martínez Roque de 72 años de edad, había fallecido. Ahí se informaba que fue atropellada sobre la avenida Salvador Díaz Mirón y esquina Francisco Javier Mina por una unidad del transporte público del servicio urbano.

Tras un mes de lo sucedido no existe ninguna persona detenida por el caso, por el contrario, el peritaje realizado responsabiliza a su madre de haber cruzado la calle de manera imprudencial.

El de Flora Martínez es el cuarto fallecimiento a causa de atropellamiento por un camión de pasajeros del servicio de transporte público urbano en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río.

Los familiares de la víctima exigen que se haga justicia en este caso.

El último día de Doña Flora

La señora Flora salió muy temprano de su casa en la colonia Miguel Hidalgo para ir al hospital y hacerse exámenes de rutina, pues como mencionó su hija, “Estaba sana (…) era muy precavida”.

Con un: “Al rato nos vemos, hija” se despidió de Esmeralda, a su nieta de 16 años le dedica una recomendación “te tomas tus medicinas y te cuidas”, pues la adolescente sufre de epilepsia; y a su esposo muy enfática le dice: “Te sirves de comer, te dejé la comida, te la calientas y comes”.

Terminados los exámenes y antes de mediodía, Flora se encamina sobre la avenida Díaz Mirón para esperar el autobús que va hacia los volcanes y poder regresar a casa.

Al pararse sobre el paso peatonal, fue arrollada por un camionero de la ruta Díaz Mirón-Las Vegas 1 y 2, marcado con el número económico 493, mismo que dejan abandonado sobre la misma avenida.

Flora quedó tendida en la acera al momento de ser aplastada con una de las llantas. Los 20 pesos con los que planeaba pagar el transporte público quedaron aferrados a su mano.

Esmeralda despide a su madre

“Vamos a ver si es ella, hasta dije: “no creo”. Yo todavía dudando, llegué a Semefo y desgraciadamente era ella”, cuenta Esmeralda mientras baja la mirada.

Cerca de la 1:00 de la tarde llegó al Servicio de Medicina Forense en compañía de su padre, el señor Hipólito Fernández Muñoz, sin embargo, no la dejaron entrar al reconocimiento del cuerpo.

“El médico me enseñó su credencial de elector y como fue atropellamiento, no estaba bien que yo la viera, me dijo, que no iba yo a poder aguantar eso”.

Una vez que reconocen oficialmente el cuerpo, las autoridades la envían a la Fiscalía para que levantara la denuncia correspondiente y pudieran entregarle el cadáver.

“No me dijeron de qué murió, por los medios de comunicación fue que yo vi cómo falleció mi madre y vi el número de autobús y todo, cundo fui a levantar mi denuncia, fue lo que dije, número de autobús, ruta, línea y lo que había pasado”.

De regreso, en la Fiscalía le toman la declaración, aproximadamente en una hora concluye el proceso. A su salida, cerca de las seis de la tarde la funeraria recibe el cadáver de la señora Flora Martínez.

“En la funeraria entregué un pantalón blanco y una blusa color rosita que le gustaba mucho, era la que se ponía siempre, le gustaban los colores vivos. Era muy alegre mi mamá”, dice mientras se le escapa una pequeña sonrisa y las lágrimas comienzan a salir.

El velorio demoró dos noches, sus familiares viajaron desde ciudades lejanas. El 05 de junio a las nueve de la mañana, Flora Martínez Roque fue sepultada en el panteón municipal de Veracruz.

"Te vas a quedar solito"

Doña Flora llegó de Santiago Tuxtla al puerto de Veracruz, desde muy joven y con un bebé en brazos para trabajar como sirvienta, narra su hija.

Su familia la recuerda como una mujer muy alegre, “ama de casa tradicional”, de voz fuerte y en exceso cariñosa con su familia: “Para sus nietos todo, así fuera la cosa más pequeña que ella comprara, se los daba a ellos.”

“Era muy alegre, yo le decía, `Mamá, en vez de hablar, gritas´ me contestaba `tú estás loca, y se reía”, Esmeralda no logra contenerse más y por un momento cae en llanto.

“Ella siempre me decía: ‘si yo me muero, te vas a quedar solito, yo me voy a morir y te vas a quedar solito´”, platica entre lágrimas, su viudo Hipólito Fernández, quien a su avanzada edad, es insulinodependiente y actualmente atraviesa un cuadro depresivo.

Flora fue una mujer que hasta el último momento luchó por superarse pues a sus 72 años asistía a la primaria abierta y cuando se le complicaba la tarea, recurría a sus nietos “apenas sabía leer y medio escribía, su ilusión era obtener su certificado, ya no pudo”.

Acciones legales

Los familiares de la víctima exigen que se haga “lo que debe ser, ni más ni menos”:

“Son dos los responsables, el conductor, Mario Alberto Vargas González y la dueña Mat de la Paz Cornejo Sandoval, tenemos dos testigos, y van a decir solamente lo que pasó, lo que vieron”.

“El señor yo creo que ya andaba enfermo, tienen al parecer 42 años y manifestó que, al ver a mi madre tirada después de dos o tres cuadras, no sé cómo la vio porque ni yo distingo a una cuadra, se le subió la glucosa a 400.”

Comentó que los dueños de las líneas de autobuses en Veracruz deben estar al pendiente de sus empleados y saber cuáles son las condiciones en las que conducen las unidades.

“En Veracruz hay muchos atropellados y nunca se hace nada, casi siempre nos quedamos callados. Me quitaron a una madre y a mi papá una esposa”