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Caballo Blanco: Atentado que no se borra ni se olvida

El esposo de Vanesa, Dj Bengala, murió en el atentado al bar Caballo Blanco. Para recordarlo, la mujer se ha tatuado el rostro del que llama el amor de su vida

Escrito en VERACRUZ el

Coatzacoalcos, Ver. -  El 27 de agosto de 2019 es una fecha que no solo marcó la vida de Vanesa Galindo Blas, sino también su cuerpo. Su esposo, conocido ‘Dj Bengala’, murió en el atentado del bar “Caballo Blanco” junto con otras 29 víctimas. 

Vanesa decidió grabar recuerdos de Erick Hernández Enríquez en forma de tatuajes. Su rostro, la manera de vestir y los tres hijos que procrearon juntos quedaron marcados en sus brazos, pecho, hombro y espalda. Las marcas sobre su piel le recuerdan a diario, también, su derecho a existir justicia. 

Erick era el encargado de amenizar la fiesta en el bar “El Caballo Blanco. La noche del atentado delincuentes ingresaron a ese establecimiento y ordenaron a todos que se tiraran al piso; de inmediato rociaron con gasolina en el piso de cristal y prendieron fuego.

“Yo me enteré de lo ocurrido casi una hora después a través de redes sociales. De hecho, cuando supe lo que estaba pasando, pensé que mi esposo estaba vivo; yo no creía que había muerto hasta que nos entregaron su cuerpo al día siguiente”, narra Vanesa, mientras observa la imagen de Erick.

De acuerdo con lo referido por bailarinas sobrevivientes, Erick Hernández, de 29 años, murió “como un héroe”, pues aun teniendo la oportunidad de salir a tiempo del incendio y salvar su vida, prefirió ayudar a sus compañeras de trabajo, quienes habían quedado atrapadas detrás de una puerta. 

A un año de la tragedia, la primera de esa magnitud en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, Vanesa se devuelve a aquella noche de martes y recuerda el último mensaje enviado por su pareja: 

“Me escribió que un señor que había abandonado su celular una noche anterior, le regaló 300 pesos por devolvérselo”, dice Vanesa, mientras lamenta no haberle respondido, pues ya se encontraba en cama descansando, hasta que se levantó por la peor noticia de su vida.

Un dolor grabado 

Días posteriores al ataque, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez y el entonces Fiscal, Jorge Winckler Ortiz, señalaron que el atentado al bar se ligaba al cobro de piso. Antes de Caballo Blanco, otros cinco comercios fueron incendiados de formas similares. 

“Hay dolor y te puedo decir que a un año no lo he superado del todo. Nunca imaginé la magnitud de quedarme sola de un día para otro y apenas estoy cayendo en la realidad. Primero entre en depresión por su pérdida y pues gracias a unos amigos y mi familia he tratado de salir adelante y lo hago por mis tres hijos”, expresa Vanesa.

Vanesa cuenta que los primeros meses, después de sepultar a su esposo en el panteón Antiguo de Coatzacoalcos, fueron los más duros. Un día decidió tatuarse el rostro de ‘Dj. Bengala’ en su brazo izquierdo y posteriormente otros cuatro tatuajes en su honor.

Una mirada alegre cubierta por lentes de aumento con armazón negro, una gorra con la marca de Chanel, y una cadena sobre una playera negra eran la vestimenta preferida de Erick y así es como su esposa plasmó la imagen con tinta negra (que era su color favorito).

“Este tatuaje me lo hice a las pocas semanas de su muerte, yo dije que quería tenerlo en mi cuerpo para siempre, porque era el amor de mi vida. Él era mi amor y mi sostén, si yo me caía, él me levantaba y por eso no quiero olvidarlo”, comparte.

Además del rostro de su esposo, Vanesa se tatuó una mariposa en el pecho junto a la frase “Te amo hasta la eternidad”, que asegura es lo que le diría a Erick si tuviera la oportunidad de verlo por última vez. 

“El tercer tatuaje que me hice es en el hombro derecho porque fui a un retiro, ahí Dios me dijo que mi esposo estaba con él y que yo tenía que seguir adelante y en un sueño mi esposo me dijo lucha; sé fuerte, por eso me puse guerra de Dios”, explica la mujer de 33 años.

El cuarto tatuaje son los nombres de los cinco integrantes de su familia, Vanesa, Erick, y los tres hijos que procrearon juntos: Kevin (11 años), Kimberly (6 años) y Kayle (5 años).

Vanesa y sus hijos, consideran que un quinto tatuaje es el que más les recuerda a Erick: un colibrí en la espalda con las iniciales sus iniciales.

“No recuerdo cuanto tiempo tenía que falleció Erick y un día que subimos al automóvil que nos dejó. Mientras avanzábamos, se metió un colibrí al carro y por más que abrimos las ventanas, el pajarito no quería salir y viajó con nosotros hasta la escuela de mis hijos, y se dejó agarrar. Le tomamos foto y nos abrió el piquito y después voló. Mi hija dijo que era su papá que los había venido a visitar y a cuidarlos”, cuenta entusiasmada.

Una vida difícil sin Erick para Vanesa y sus hijos

“Ha cambiado mucho en lo emocional porque a los cuatro nos hace mucha falta. Y en lo económico sí me la estoy viendo muy difícil, porque la verdad si dependíamos por completo de Erick. Yo no trabajaba pues él luchaba por sacarnos adelante, no habría algo que mis hijos no quisieran que él no les comprara”, cuenta Vanesa.

La madre se vio en la necesidad de trabajar y cuidar de sus hijos al mismo tiempo, por lo que asegura que ha sido difícil realizar ambas actividades.

“En lo emocional creo que ha afectado más a los niños. El más grande se ha vuelto un poco más rebelde, pero ahí la llevamos, y pues me siento satisfecha porque creo que no son malos hijos, y a pesar de la pérdida son buenos hijos”, asegura.

Vanesa decidió vender productos por catálogo para ayudarse. Sin embargo, eso no alcanza para alimentar, vestir y dar estudio a los tres menores, por lo que también puso un puesto de botanas y snacks. Este mes habilitó un local de láminas con un nombre al negocio: ElotEKKK, en honor a Erick y sus hijos.

“Eso me ayudado un poco más, porque, no te creas, hay días que no la veo y la gente no te ayuda, al principio si nos ayudaron muchos, pero ahora ya no y tenemos que buscarle de todas partes, porque en ocasiones ellos piden y no saben si hay dinero o no”, admite.

En la casa que construyeron Erick y Vanesa las cosas están como él las dejó: en su cuarto lucen decenas de fotos con sus hijos y regalos. En la cocina está un altar a Erick, donde Vanesa todos los días prende una veladora y pide que los cuide.

De jugar con su padre a cooperar en los gastos de casa 

A sus once años, Kevin se ha convertido en el hombre de la casa tras el fallecimiento de su padre. El menor relata que aún no asimila la ausencia de quien lo defendía de cualquiera que lo molestara. 

“Él era un gran padre y le gustaba mucho la música y siempre nos hacía reír. Siempre jugábamos pelotas y me prestaba su celular para jugar, fue a todo dar y era el mejor papá”, expresa el menor.

Para el pequeño, solo hay adjetivos buenos en su padre: “amoroso, juguetón, bailarín, y sobre todo muy trabajador”. No sabe de responsabilidades aún, pero ayuda a su madre en el negocio de esquites. 

“Si no hay detenidos, por lo menos que el gobierno de becas”

Las autoridades no han informado sobre la detención de presuntos responsables del atentado en “Caballo blanco”. 

Un día después del crimen, el gobernador Cuitláhuac García publicó en sus redes, que uno de los autores materiales había sido Ricardo “N” alias “La loca”, detenido en julio del 2019 por fuerzas federales y luego liberado, lo cual terminó por ser desmentido. 

En septiembre del 2019 pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador reveló que fue un joven de 15 años quien roció la gasolina en el bar de Coatzacoalcos.

“Acaba de haber un crimen horrendo en Coatzacoalcos, uno de los que roció la gasolina en ese bar era un joven de 15 años, se quemó la mitad del cuerpo”, declaró el 7 de septiembre.

Vanesa dice que no cree en que los responsables de la muerte de su esposo lleguen a ser detenidos y tampoco que paguen por lo cometido.

“Yo ya no creo que los agarren y por seguridad de mi familia prefiero no hablar del tema, ahorita lo que me preocupa es sacarlos adelante”, afirma.

Lo que sí pide al gobierno federal o del estado, es que la ayuden con becas paras sus hijos, pues los más difícil es darles estudio a los tres.

“Yo si le pido al Gobierno o las autoridades que nos ayuden a salir adelante, porque nos quedamos solos y necesito que mis hijos estudien y era el sueño por el que su padre luchó durante once años. Ojalá que nos escuchen, yo no quiero nada para mí, solo quiero me ayuden con becas para mis hijos”, concluye.

ygr