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Antonio es invidente y sufre malas condiciones de calles en Veracruz

Hace cinco años la vida de Antonio cambió, una neumonía que padeció le dejó una bacteria que se alojó en sus ojos y que poco a poco le fue robando la visión

Escrito en VERACRUZ el

Para Antonio el encierro por la pandemia de la covid no implicó un reto, ya que desde que empezó a perder la visión su estancia en casa se hizo cada vez más prolongada, debido a que salir a caminar o a dar un paseo se volvió algo complicado.

Las malas condiciones en las que se encuentran las calles y los pocos espacios públicos que existen para personas con discapacidades en Veracruz son las cosas con las que debe lidiar cada vez que debe salir.

Hace cinco años la vida de Antonio dio un giro de 360 grados, una neumonía que padeció le dejó una bacteria que se alojó en sus ojos y que poco a poco le fue robando la visión.

Desde entonces comenzó a notar lo que muchos pasan desapercibidos en la ciudad, los obstáculos que las personas con cualquier discapacidad enfrentan en las calles, lugares públicos y demás espacios recreativos, de los cuales no son tomados en cuenta por ser una minoría, aseguró.

“Hola buenas noches vecinos, quería ver si hay alguien que conozca a un taxista que me haga carreras, pero debo llevar conmigo a mi perro guía, ya que tengo baja visión”, se lee en la publicación de Facebook que Antonio hizo.

Para salir necesita de su bastón y de su perro, el cual lo está entrenando para que le sirva como guía en las calles. En los transportes públicos señala que también existen limitaciones, como es el caso que no en cualquiera aceptan mascotas, aunque estas sean de ayuda para ellos.

Además del transporte existen lugares que no están permitidos los animales, como en algunos centros comerciales y pese a que hay algunas personas que cuentan con perros guías, no pueden salir a disfrutar como los demás por esta razón. 

“Ni las banquetas están bien, porque están todas bien feas con hoyos, igual con el bastón no puedo andar mucho, las calles están horribles como para andar solo”, contó.

Antonio no puede ni salir a caminar a los alrededores de su casa, por los baches y malas condiciones en las que se encuentra su colonia, el fraccionamiento Villa Rica, donde vive con su pareja desde hace 10 años.

“Sí me cuesta, no es que me entre depresión, pero sí me llegó a desesperar porque no encuentro esto o que se me olvidó y no sé dónde lo dejé”, contó.

Las cosas que hay en su casa están acomodadas de tal manera que él pueda caminar sin encontrar ningún obstáculo que le cause algún accidente.

“APRENDES A ADAPTARTE”

Fue en el 2016 que Antonio sufrió de una neumonía que le trajo severas consecuencias, pese a que de inmediato se trató en el Seguro Social donde le dijeron que todo estaba bien y su problema no iba a pasar a más, cada día iba notando como su agudeza visual disminuía. 

Más tarde consultó a un médico particular quien le dijo que lo mejor era consultar con un especialista en México, Antonio afirma que tardaron más de un año para que le dieran el pase de traslado para ser atendido en la Ciudad de México.

Esto después de tener un accidente al intentar atravesar la calle para ir a su trabajo, dónde casi le cortan la pierna y el cual lo llevó a perder más rápido la visión.

“Hubo desprendimiento de retina del golpe, el virus todavía no estaba congelado o inactivo, entonces fueron muchos factores que avanzaron el problema, entonces a raíz de eso fue que el Seguro se movió”, aseguró.

Pese a que lo operaron y consultó otras opiniones la respuesta siempre era la misma, no podría recuperar su visión, actualmente solo ve 30 por ciento con el ojo izquierdo.

Desde entonces aprendió a adaptarse, trata de mantenerse ocupado y llevar su vida lo más normal que puede.

“Dentro de lo que cabe cocino, lavo, limpio, trato de hacer lo más que pueda para no caer en depresión, aquí en la casa sí me desplayo bien (…) yo nunca tuve miedo, dije si me voy a quedar ciego tengo que aprender a vivir de ello”, contó.

12 MILLONES DE PERSONAS EN EL PAÍS TIENE LIMITACIONES PARA VER

El Instituto Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) señala que las personas con discapacidad enfrentan condiciones pronunciadas de exclusión.

Una alta proporción de esta población vive en pobreza, y además es discriminada en la educación, la salud y el empleo, entre otros ámbitos.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el Censo 2020, indicó que el país hay 20 millones 838 mil 108 personas con alguna discapacidad, la cifra representa 16.5 por ciento de la población.

De esta cantidad 12 millones 727 mil 653 no pueden ver aun usando lentes, de acuerdo a la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2017, persisten los prejuicios y actitudes discriminatorias a la población que sufre de alguna discapacidad.

Una de cada cuatro personas en el país, 25 por ciento, considera que “son de poca ayuda en el trabajo”; casi la mitad de las personas con discapacidad, 48 por ciento, considera que sus derechos no se respetan.

“Casi la tercera parte 31 por ciento afirmó que en los últimos cinco años se les negó algún derecho sin justificación. Para esta población, sus principales problemas incluyen la falta de accesibilidad en la infraestructura y equipamiento público, así como la falta de oportunidad para encontrar empleo”, señala el documento de la Conapred.

A pesar de las limitaciones que la sociedad les impone a las personas con discapacidad visual, Antonio mantiene siempre una actitud positiva, desea realizar un grupo de ayuda para que más personas que no pueden ver se reúnan y así realizar una red de apoyo y charlas para motivarse a seguir adelante.



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