La casita de lámina y madera en donde habitan Alejandro y su hermana fue dañada cuando dos árboles le cayeron encima el 24 de diciembre, debido a los vientos de 120 kilómetros por hora que dejó a su paso por la ciudad de Veracruz el frente frío 23.
Alejandro Salazar, de 23 años, y su hermana de 16, no tienen otro lugar para vivir, por lo que a pesar del riesgo que existe a que la vivienda termine de colapsar, es imposible para ellos abandonarla.
Durante cuatro días –desde el 24 de diciembre y hasta esta mañana de 28 de diciembre-, tuvieron que dormir dentro de la vivienda, a pesar de que los dos árboles se mantenían recargados sobre el techo y la fachada.
La caída de los árboles sobre la casa ocurrió en vísperas de navidad, a las 18:00 horas del pasado jueves. El joven pidió ayuda a la Dirección de Protección Civil, sin embargo, no tuvo respuesta porque le respondieron que el daño ocurrió en propiedad privada y los árboles se encontraban en la vía pública.
“Se dañó la estructura y parte de ella, también el interior, parte de la fachada, lamentablemente los árboles no pudimos retirarlos, pero afortunadamente amigos y vecinos nos ayudaron para contactar al Ayuntamiento”, relató Alejandro.
Fue hasta esta mañana que personal de la Dirección de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Veracruz atendieron el llamado que se hizo por usuarios de redes sociales para apoyar a los hermanos a retirar los árboles de la vivienda ubicada en la calle Playa Regatas de la colonia Playa Linda.
Alejandro dijo que debido al tamaño de los árboles fue imposible para él y sus vecinos, retirarlo del techo de la casa, ya que se requería una sierra eléctrica por la que cobraban 10 mil pesos.
Tendrán que reconstruir
Alejandro es el único sustento de su hermana menor de edad, desde que su madre murió el año pasado. Aunque cuenta con un empleo fijo, lo que gana apenas es suficiente para cubrir las necesidades básicas de ambos.
Los daños en la casita que habitan en la colonia Playa Linda significan otro gasto que deberá de cubrir, aunque la reconstrucción tendrá que ser lenta ya que no cuenta con el suficiente dinero.
“Es una casita de madera totalmente y con techo de lámina, tiene una antigüedad de 27 años, después de que impactó nos quedamos aquí porque no tenemos a donde ir, escuchando como la lámina cruje por el peso de los árboles”.
Alejandro hizo el llamado a la población que pueda ayudarlo con material para la reconstrucción de su vivienda, ya que es el único lugar que tiene para vivir junto con su hermana.