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Alabanzas al Rey: la primera escuelita para niños migrantes en Juárez

Desde finales de 2018, Ciudad Juárez se convirtió en un punto de concentración masiva de migrantes, muchos de ellos con hijos en edad escolar

Escrito en ESTADOS el

CIUDAD JUÁREZ.- A las 9 de la mañana se abre la puerta del aula, que se distingue desde la cocina y los dormitorios del albergue para migrantes Alabanzas al Rey. Niños y niñas, algunos usando ropa de diario y otros uniformes rojos, corren hacía el salón con mochilas azules donadas por la Unicef.

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“¡Maestra! ¡Maestra!” le gritan a Mariana Ortega, quien acomoda mesas y sillas dentro de una pequeña aula de unos 10 metros cuadrados. Los nombres de los pequeños migrantes que han pasado por la escuelita del albergue en Cd. Juárez han quedado plasmados junto con ilustraciones sobre papel café multiusos, que decoran las paredes del salón.

“Ellos saben que están es su escuelita… al inicio llegan niños tímidos, niños preocupados o hasta niños groseros y agresivos. Aquí poco a poco se adaptan al grupo y de cierta manera hago una clase en la que puedo distraerlos de los problemas que traigan de sus lugares de origen”, cuenta Ortega a La Verdad.

 

Aileen, de 11 años, es una de las niñas que actualmente toma clases en Alabanzas al Rey. Su madre, Deisy, nota que ha mejorado en su escritura y al leer de forma más fluida. En Guerrero, su estado natal, cursaba clases en línea que interrumpió cuando ella, su madre y su hermano mayor, Kevin, huyeron al ser amenazados en el negocio de abarrotes de su familia.

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A pesar de las dificultades, para Deisy es importante que sus dos hijos continúen estudiando. “La educación es todo. Es fundamental… uno no puede dejar una herencia, pero puede hacer un sacrificio para que ellos tengan una carrera”.

CRISIS EN LA FRONTERA

Ciudad Juárez, desde finales de 2018, se convirtió en un punto de concentración masiva de migrantes, muchos de ellos con hijos en edad escolar. Por ello, hay múltiples esfuerzos para que niños, niñas y adolescentes migrantes continúen con sus estudios.

Paola Gómez, oficial de educación en UNICEF México, considera que algunos de los retos para hacer accesible la educación es que el tema educativo queda como última prioridad, tanto para los coordinadores y directores de albergues que se preocupan por cumplir con necesidades básicas como alimento y techo, pero también para los padres y madres que permanecen en la frontera de forma indefinida.

“Esta crisis migratoria que estamos viviendo en México es una emergencia, entonces no podemos decir que primero garantizamos todo lo demás y luego vemos la educación”, dijo Gómez.

La educación también ayuda a salvar vidas, transmite mensajes de protección, ayuda a recuperar rutinas y ayuda a que estos niños recuperen la tranquilidad después de un proceso traumático y duro

LA ESCUELITA EN MOVILIDAD

A pesar del beneficio de tener una educación certificada, adaptar a los niños, niñas y adolescentes migrantes a la educación pública también implica sus retos cuando los padres y madres aún tienen dificultades al adaptarse a las comunidades fronterizas en las que no saben por cuanto tiempo iban a permanecer, dijo Lucero De Alva, activista de la Organización Mundial por la Paz, que ha impulsado programas educativos en diversos albergues para migrantes en Ciudad Juárez

¿Cómo mandas a un niño migrante a la escuela pública si las madres no saben ni que camión tomar? Yo pensaba en los bailables del día de la madre y las cuotas anuales que se cobran en las escuelas públicas y en cómo se iban a pagar

De Alva consideraba que era mejor desarrollar programas de acompañamiento escolar en los albergues y en Alabanzas al Rey inició la primer “escuelita” para niños y niñas migrantes. A través del CONAFE, De Alva logró adaptar estos programas de acompañamiento escolar a un sistema educativo llamado ‘Aprendizaje Basado en la Colaboración y Dialogo’ que certifica a los alumnos en el sistema educativo nacional.

El programa educativo certificado ya se ha implementado en más de 200 ninos, niñas y adolescentes migrantes en siete albergues de Ciudad Juárez, dijo De Alva, quien actualmente trabaja para expandir este programa a más espacios de acogida en Juárez y en el resto de la frontera norte.

La Unicef identifica las razones que dificultan el acceso a la educación para los niños y niñas migrantes, siendo entre ellas las barreras económicas, aún dentro de la educación pública en México. Para muchos padres y madres migrantes inscribir a sus hijos a la escuela implica gastos de transportes, cuotas escolares y compra de uniformes.

En algunos casos se solicita documentación que respalden los estudios cursados en su país de procedencia y en el caso de muchos padres, madres y tutores, son documentos que no trajeron consigo al salir de sus lugares de origen.

Israel y su familia salieron de Michoacán hace seis meses buscando huir de la violencia generada por los carteles que afectaba la comunidad rural donde vivían. Esta misma violencia interrumpió la educación de su hija de nueve años, Dayana.

“Allá a veces los maestros no iban o no había clases porque cerraban las carreteras”, dijo Israel. “Yo decidí salirme porque uno ve muchos pleitos entre carteles. Son niños, pero ellos se dan cuenta, ven los autos con gente armada. Nosotros teníamos que salirnos para que ella no viviera tanta violencia”.

“La escuelita no solo es un espacio para aprender sino también para que vuelvan a ser niños”, dijo la maestra Adilene Torres.




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